Bonita chingadera, ese AMLO
Parece que a los partidos mexicanos del continuismo les molesta la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, así que la están torpedeando con sus métodos habituales. Ahora, por ejemplo, están haciendo circular un falso volante de AMLO en el cual se denuncia a la Iglesia como parte de la mafia, se señala a la Virgen de Guadalupe como un fraude y se reclama "iglesias al servicio del Estado".
¿Demasiado torpe, quizás? No, porque amplios sectores sociales están tan embrutecidos por la religión, la TV, el alcohol, el fútbol y la educación pública, que pueden tragarse ese bocado y otros aún más repelentes.
Así que AMLO ha tenido que salir a desmentir la paternidad del engendro, de este modo: ha dicho ser partidario del Estado laico, pero, desdiciéndose, aclaró que, como Ignacio Ramírez [político liberal, 1818-1879], "me hinco donde se hinca el pueblo". Y agregó: "Respeto la religión del pueblo".
Al decir "respeto la religión del pueblo" está diciendo "respeto la ideología del pueblo", porque, ¿qué otra cosa que ideologías (o una parte gravitante de ellas) son las religiones, solo que revestidas del blindaje de lo sagrado para bloquear cualquier cuestionamiento racional que ponga en evidencia su fragilidad? ¿Y qué otra cosa que no sea su ideología es lo que hace que una mayoría de oprimidos acepte un sistema que beneficia a una minoría de expoliadores (y no solo lo acepte, sino que comulgue con él y participe entusiastamente en sus cachondeos)?
Hacerle seguidismo al pueblo es ser un conservador furioso, porque sería el pueblo de a pie, si asumiera la conciencia de sí, el que podría cambiar el statu quo. No lo hace porque está atontado por las emanaciones de la ideología de la clase dominante. Los desfavorecidos no instauran las condiciones que hagan prevalecer la justicia no por debilidad numérica, sino ideológica, de modo que rendirle pleitesía a su presente nivel de conciencia es garantizar la continuidad de la actual relación entre las clases sociales.
Total, que si para algunos AMLO era la mejor opción para las próximas elecciones, amigos mexicanos, lasciate ogni speranza: están tan desnudos como nosotros (por no decir "tan en bolas", que quedaría horrible).
Mejor, pateen la mesa.
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