miércoles, 9 de marzo de 2016

FW: DESDE EL CORAZON DE BERTHA



De: Gustavo Castro


Fecha: 4 de marzo de 2016, 18:28
Asunto: DESDE EL CORAZON DE BERTHA


Queridos amigos y amigas, familiares, compañeros en la lucha,

Desde estas tierras que vieron nacer y morir a nuestra querida amiga
Bertha, amiga entrañable, solidaria y mujer excepcional, les quiero dar las
gracias por tanta solidaridad y cariño que poco a poco, en momentos en que
puedo recibir mensajes, caigo en la cuenta de todo lo que allá afuera se
mueve. No es fácil la señal acá, pero tampoco es fácil cuando se anda en
mil declaraciones ministeriales.

Mientras acá las aguas son un torbellino. Los sicarios que han asesinado a
Bertha y que intentaron asesinarme siguen en la impunidad mientras el
gobierno pretende socavar la memoria de Bertha y el honor y la lucha
magnifica que el COPINH ha hecho por tantos años en la defensa de la vida,
los territorios y de los derechos humanos.

Vi morir a Bertha en mis brazos pero también vi su corazón sembrado en cada
lucha que el COPINH ha realizado, en tantísima gente que la conocimos. No
hay lluvia que semeje tantas lágrimas derramadas por su partida, pero no
hay tanta fuerza que asemeje la lucha lenca que se enfrenta día a día,
palmo a palmo disputándose el territorio contra las grandes
transnacionales. Mantienen una lucha inquebrantable contra más de 40
proyectos hidroeléctricos; contra decenas de proyectos mineros, y una lucha
por recuperar sus territorios en mas de 50 puntos de su región ancestral y
tan hermosa como es la hondureña. El COPINH marcha, camina, protesta,
recupera, y extiende su mano solidaria con los movimientos. Esa era también
Berta.

El asesinato de Bertha podrá significar para muchas empresas e intereses la
oportunidad para avanzar sobre sus territorios. Pero el COPINH es más
fuerte que nunca y necesitará de la solidaridad de todos y todas para
sumarnos a su lucha, con solidaridad y con la memoria de Bertha en nuestras
manos.

Los sicarios ya saben que no morí, y seguro estarán dispuestos a cumplir
con su tarea. Mientras el consulado mexicano acudió de inmediato en mi
auxilio y no se han separado de mí, además de patrullas y policías, no
significa que mi vida deja de correr peligro, y es cosa que el gobierno
hondureño no quiere ver, intentando todavía hasta el dia de hoy retenerme
para controlar la información de mis declaraciones. Se han negado a darme
copia de mis declaraciones. Me amenazan que si me voy a Tegucigalpa por mi
seguridad, me enviarán ordenes de aprehensión preventiva. O que si salgo
sin su consentimiento no habría acompañamiento de seguridad y será por
nuestra cuenta.

Yo no tengo delito, ya declaré, y las demás diligencias las puedo hacer
desde mi país.

 Me duele enormemente estar encerrado en la misma ciudad solo, mientras
miles se congregan a unas cuadras para despedir a nuestra querida Berta.
Pero les quiero decir que ahí estoy con ustedes, llorando a mares la
perdida de Bertica pero también agradeciendo a la vida haberla conocido y
haberme inspirado tanto.

Pero sé que tengo que salir, y el gobierno sigue preparando sus argucias
para presentar ante al opinión pública que el asesinato de Bertaa se debió
conflictos internos, cuando hay demandas contra quienes la habían  querido
asesinar, vinculando a la empresa hidroeléctrica protegida por el estado.
Solo quieren indagar lo interno del COPINH para despedazarlo y acabar con
una de las principales luchas y más emblemáticas de Honduras en los últimos
20 años.

Y es que mis declaraciones les estorban para culpar a quienes quieren meter
a la cárcel.  No escuche carros llegar ni irse cuando el asesinato; el
escenario del crimen fue modificado y alterado; las pruebas de sangre y
otras dejaron lìneas en blanco que luego pueden ser alteradas; mandan a
declarar a la mayoría a gente del Copinh y no a los sospechosos tiempo
atrás de estar intentando asesinar a Berta. Hasta el día de hoy tuve
atención médica oficial para las heridas y mientras una familia solidaria y
otra doctora lo hicieron por solidaridad. Toda la madrugada de ayer y hasta
bien entrada la noche pude cambiar mis ropas ensangrentadas pero retienen
mi maleta sin devolvérmela. Si bien quedé en ayunas y en la tarde me
ofrecieron algo de comer, no probe alientos hasta el día de hoy,
respondiendo preguntas, haciendo test y cuanta cosa se les va ocurriendo.
Parece que se les olvida que soy víctima y en durante 48 horas no cerré los
ojos, sin descansar, atendiendo sus diligencias. Pero lo más hermoso,
siempre había gente del COPINH afuera, en la sala en cualquier momento,
acompañando mi seguridad, silenciosos, atentos, maravillosos. Se siente el
calor  humano y solidario tremendamente. Se siente uno mas seguro con ellos
que con mil policías.

Luego de dejar anoche el ministerio público y de ir al juzgado a declarar
como testigo protegido, vestido con una túnica negra hasta los talones y
con una capucha negra, regresé para más pruebas y preguntas; por fin me
dieron oportunidad de cambiarme y trajeron mi maleta, pero se la volvieron
a llevar. El cónsul se movió para encontrar un hotel mientras cientos y
cientos iban arribando a la ciudad para despedir a Bertica. Nuevamente de
madrugada logramos llegar a la habitación de un hotel y por fin descansar
unas pocas horas porque el día de hoy partiríamos a Tegucigalpa. Pero
llegaron para que viera fotos y videos e identificar al asesino que me
encontré cara a cara, pero lamenté que todos los videos y fotografías eran
de las marchas del COPINH, para que señalara quién de ellos había sido.
Pero no me han mostrado las caras de los dueños de las empresas o sus
sicarios. En lugar de dos horas, fueron 4 horas de otos y mas preguntas de
las mismas.

Por fin hoy nos iríamos y levantamos el avispero. Llegaron ya cuando
estábamos a punto de abordar la camioneta blindada del Cónsul rumbo a
Tegucigalpa cuando llegan de esa ciudad los altos funcionarios de las
fiscalías contra delitos contra la vida, y de la Agencia Técnica e
Investigación Criminal, a solicitarme que me quede, que les ayude a la
reconstrucción de los hechos. Lo consulté y creí conveniente quedarme, pero
con la condición de que me dejen ir al velorio de Bertita, con la gente.
Han accedido. Ah!, y que durante las horas largas de la reconstruccción de
los hechos tengan cafecito, porque espero poder lograr y soportar
reconstruir ese asesinato y calvario.

Espero que sea lo ultimo que me pide este gobierno, porque aunque no
quisiera están tentados a retenerme preventivamente, porque soy el único
testigo. Pero la confusión no solo reina en nuestros corazones apachurrados
por que tuvimos que sembrar a Bertica antes de tiempo, sino que en el mismo
ministerio publico y sus dependencias reina lo mismo.

Bueno, accedí a ayudar en esta difícil prueba de la reconstrucción de los
hechos. Por Bertica, por el COPINH, porque algún día se haga justicia y se
expulsen de los territorios los proyectos de muerte y destrucción.

Gracias a tanta gente por su solidaridad, por estar pendientes de este
pueblo valeroso. Gracias, de veras gracias, me ha emocionado hasta las
lágrimas, todavía más, al ver que mi equipo de trabajo, que mis amigos y
tanta gente, se hayan preocupado por denunciar esta situación.

Gustavo Castro Soto
4 de Marzo de 2016







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