domingo, 24 de junio de 2012

Injusta destitución al vapor del presidente de uruguay y consecuencias

 

ASUNCION (Reuters) - Sudamérica reforzó el domingo un cerco diplomático a Paraguay que podría golpear su economía en protesta por la destitución del mandatario izquierdista Fernando Lugo, mientras el nuevo Gobierno que lo reemplazó brega por tener el reconocimiento regional.

La presión sudamericana sobre el Gobierno del reemplazante de Lugo en el poder, el centroderechista Federico Franco, se acentuó con la decisión del bloque Mercosur de suspender la participación de Paraguay en una cumbre y con el freno de los envíos de crudo de Venezuela, mayor proveedor del atribulado país.
Venezuela, como Argentina, retiró a su embajador de Paraguay ante la destitución del presidente socialista Lugo en un veloz juicio político en el Congreso, que fue considerado a nivel regional como un quiebre del orden institucional, que el nuevo Gobierno paraguayo niega con vehemencia.
Un funcionario brasileño de alto rango explicó que había consenso para sancionar a Paraguay y dijo que "el punto es transformar al nuevo Gobierno en un paria".
Brasil, Uruguay, Colombia y Chile llamaron a consultas a sus jefes de misión en Asunción, mostrando su malestar por el desplazamiento de Lugo, que precipitó la asunción de Franco, su vicepresidente, como nuevo jefe de Estado.
El senador Miguel Abdón Saguier, un estrecho aliado de Franco, consideró "grave y arbitraria" la decisión del venezolano Hugo Chávez, y dijo a Reuters que el Gobierno resistiría "esta especie de Triple Alianza del siglo XIX", en alusión a una cruenta guerra concluida en 1870 luego que los ejércitos de Argentina, Brasil y Uruguay devastaran Paraguay.
La presión regional es potencialmente peligrosa para la pobre y mediterránea economía paraguaya, que depende de los puertos de sus vecinos Argentina, Brasil y Uruguay para el transporte y el abastecimiento y exportación de bienes.
Paraguay se enfrenta además a más sanciones de los entes regionales que integra, como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el bloque aduanero Mercosur.
El depuesto Lugo dijo que el Gobierno que encabeza Franco es "trucho" (falso) y no colaborará con él. Además anunció que concurriría a la cumbre del Mercosur esta semana en Mendoza para explicar la situación.
Los representantes del Gobierno de Paraguay no podrán hacerlo, ya que el Mercosur suspendió la participación del país por considerar que había quebrado el orden institucional, según informó en una nota la cancillería de Argentina, a cargo de la presidencia rotativa del bloque.
REGRESAR AL PODER
Lugo dijo que acompañaría todas las manifestaciones pacíficas en favor del retorno de la democracia. Uno de sus colaboradores más estrechos, Augusto Dos Santos, quien era ministro de Comunicaciones, dijo que el ex obispo socialista tenía como objetivo ser reconducido al poder.
En la sede del canal estatal de televisión, varios cientos de partidarios de Lugo, muchos de ellos empleados públicos o del mismo canal, se reunieron para darle su apoyo. Campesinos, militantes de izquierda y estudiantes también se acercaron para dar discursos en defensa del ex obispo.
"Lugo debe volver al poder. Vamos a resistir pacíficamente. No me siento representado por Franco ni por este Congreso lleno de intereses particulares", dijo Christian Rappenecker, un estudiante de 22 años.
Lugo dijo el viernes tras ser destituido que aceptaba la decisión del Congreso de apartarlo del cargo pese a que la consideraba injusta.
El domingo, sin embargo, fue más enfático en condenar la forma en que fue separado del cargo, que calificó como un golpe de Estado parlamentario. "Este es un Gobierno que no es un Gobierno legítimo. Aquí se ha interrumpido un proceso democrático", dijo.
Las calles de Asunción estuvieron semidesiertas en el soleado y fresco domingo invernal, excepto frente a la sede del canal estatal. Ese hecho era destacado por el nuevo Gobierno, que indicó que el cambio de mando se ajustó a pleno derecho.
Muchos ciudadanos expresaban indiferencia ante la situación política, aunque algunos reprochaban al Congreso la forma en que Lugo fue destituido y al mismo tiempo criticaban al ex obispo socialista.
"Lugo era un inútil, pero lo del Congreso fue un chiste, eran como chanchos hablando de higiene", dijo Benjamín Aguayo, un estudiante de 18 años.
EN BUSCA DE DIALOGO
El nuevo Gobierno de Paraguay dijo que buscaba dialogar con la región para apaciguar los cuestionamientos de Argentina, Brasil y Uruguay, sus socios en el Mercosur, que siguieron a la destitución de Lugo.
Franco asumió tras un procedimiento que él mismo calificó como inusualmente "rápido y sorprendente", pero que defendió como legal. El nuevo Gobierno recibió el apoyo de Alemania, España, Canadá y el Vaticano.
"Entiendo que no es fácil entender la forma absolutamente sumaria, casi express con que se hizo esto (...) vamos a poner todo nuestro esfuerzo para que el concierto de las naciones pueda entender que en el Paraguay no hubo golpe", agregó el nuevo mandatario.
El canciller José Félix Fernández Estigarribia había señalado, antes de la suspensión a Paraguay decidida por el Mercosur, que pretendía concurrir a la cumbre en la provincia occidental argentina de Mendoza.
(Reporte de Daniela Desantis, Guido Nejamkis y Didier Cristaldo. Con reportes adicionales de Marianna Párraga y Juan Lagorio en Caracas, Brian Winter en Sao Paulo y Magdalena Morales en Buenos Aires. Editado por Damián Wroclavsky.)

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