AL PUEBLO DE SINALOA
¡Tiren a matar! ─Alcanzaron a escuchar los maestros y padres de familias más cercanos a la posición de los policías federales. A las 8 am había empezado la represión en Nochixtlán. El enfrentamiento se prolongó por varias horas y su saldo es de siete muertos (Oscar Aguilar, Andrés Sanabria, Anselmo Cruz, Yalid Jiménez, Oscar Nicolás, Omar González y Antonio Pérez) más de treinta heridos y 24 detenidos. Juchitán y otras comunidades también pasaron momentos amargos este domingo pasado, pues al final de la jornada el reportero Elpidio Ramos Zárate murió mientras cubría los acontecimientos.
Los mexicanos hemos seguido la protesta magisterial con la preocupación a flor de labios, porque a pesar de que el reclamo de fondo es el No a la llamada Reforma Educativa, los maestros siempre han demandado una Mesa de Diálogo. Se han multiplicado las protestas en muchos rincones geográficos del país y también las medidas oficiales para impedirlas. La exigencia de una Mesa de diálogo ocupa el centro de esas manifestaciones. Se sigue negando inexplicablemente por la autoridad.
En un Estado de derecho (país democrático) protestar es un derecho y reprimir es un delito. Nuestra Constitución así considera a México y las medidas de fuerza utilizadas para impedir las manifestaciones públicas violentan ese derecho consagrado por la Carta Magna. No nos explicamos por qué una regla de convivencia social elemental y que garantiza la gobernanza en México, como es el de permitir y aceptar de buena gana la protesta de grupos sociales inconformes, se enfrenta a la intolerancia oficial y a la represión.
La ausencia del infaltable diálogo ha empobrecido las relaciones entre el magisterio y la autoridad (no solo educativa, sino la política, la que debe llevar las riendas en el país). Y la reiterada actitud a no dialogar, también empobrece las relaciones entre trabajadores de la salud, productores del campo y otros sectores sociales. Y al no cultivar las vías del entendimiento y la conciliación, la insatisfacción social se profundiza y sólo queda espacio para la confrontación. Por la salud de la vida pública nuestra y por el bien de nuestro país, todos debemos apostar para que ahora, precisamente ahora, se imponga el diálogo entre los maestros de la CNTE y el Gobierno Federal.
Ninguna Razón de Estado puede invalidar las razones del Diálogo. ¿Alguien podrá decirnos que esto no encierra una gran verdad después del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971? Otra certeza que la historia nos ha enseñado es que sociedad que no defiende a sus maestros, le está abriendo las puertas a la ignorancia y a la esclavitud en sus distintas formas. Los costos en vidas, económicos, políticos y sociales son ya muy altos como para seguir desdeñando el diálogo de los recursos de solución del gran conflicto en que se ha convertido hasta hoy la aplicación forzada de la llamada Reforma Educativa.
Que no se caiga en la tentación que no pocas veces imponen los conflictos graves y prolongados: contra el adversario todo el peso de la fuerza y el odio. Por eso decimos que no se repita la acción realizada por la Policía Federal que impidió en el punto de Huitzo, el avance de la brigada de enfermeras del Hospital Civil de Oaxaca que acudían a reforzar la atención de los heridos de Nochixtlán.
Coincidimos con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, cuando dice refiriéndose a este problema que, "por sensibles que sean las divergencias, deben buscarse coincidencias mediante el diálogo y la mayor protección y vigencia de los derechos humanos de todas las partes." Y queremos ser contundentes: por la memoria de los caídos en este conflicto y por el gran respeto que nos merecen los heridos, encarcelados y todos los que han acumulado lesiones físicas y morales en este traumático problema, incluidas las partes ajenas al mencionado conflicto. Por todos ellos reiteramos nuestro planteamiento de que se abra una Mesa de Diálogo ya. La dignidad del pueblo de México lo demanda así.
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa
Cooperativa de Pepenadores Progreso de Culiacán
Voces Unidas por la Vida
From: oscarloza
Subject: Posición ante hechos Nochixtlán
Date: Mon, 20 Jun 2016 17:07:58 -0700
Oscar Loza Ochoa
Responsable de Relación con Instituciones de la
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa
Andrade # 475 norte, Desp. Núm. 8 Planta alta
Centro Histórico, Culiacán Rosales, Sinaloa. CP 80000
Tel. 667-712-56-80 y Cel. 6672-09-01-46
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