NO HAY QUE OLVIDAR QUE TAMBIEN ELLOS CREARON AL QAEDA INGE, POR LO TANTO LO DE LAS TORRES GENELAS FUÉ SOLO UN AUTOATENTADO. PARECE QUE POCO A POCO TE HA IDO CAYENDO EL VEINTE, TE TARDASTE 14 AÑOS , PERO MAS VALE TARDE QUE NUNCA......
Date: Thu, 5 Feb 2015 02:25:04 +0000
Subject: USA y ISIS
To: eljuglardeloscaminos48@hotmail.com
From: rjalonso@terra.com.mx
El Vigía 4/Feb/15 01:08
EUA ha creado un monstruo
El Vigía
Date: Thu, 5 Feb 2015 02:25:04 +0000
Subject: USA y ISIS
To: eljuglardeloscaminos48@hotmail.com
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El Vigía 4/Feb/15 01:08
EUA ha creado un monstruo
El Vigía
Las brutalidades del Estado Islámico (ISIS) siguen horrorizando al mundo. Su última bestialidad de impacto mediático fue la de quemar vivo a un piloto jordano dentro de una jaula, el primer asesinato de un prisionero árabe en represalia por el apoyo de su país a la coalición que lidera Estados Unidos en contra de los extremistas. Sin duda este hecho no hace más que abrir nuevas interrogantes sobre el alcance de la sangrienta cruzada islamista.
Todo indica que el grupo de yihadistas ya ha declarado una guerra abierta y ha ampliado su lista de enemigos. Con la matanza previa de otros rehenes –incluso, las recientes de dos japoneses–, el ISIS ha intentado utilizar las vidas de cooperantes y periodistas occidentales para obligar a los gobiernos europeos y estadounidense a abandonar los ataques sobre sus posiciones. Sin embargo, ahora el plan criminal parece extenderse hacia el riñón musulmán, donde ya tienen bajo amenaza a Arabia Saudita.
Vale preguntarse: ¿Hasta dónde llegará el ISIS en su escalada de barbarie en nombre del islam? Analistas coinciden en que EUA y Europa han engendrado un mito sobre el Estado Islámico y de allí que se crea que este grupo podría apoderarse del planeta en los próximos años, por lo que hay que exterminarlo. Lo que no explica la propaganda occidental es quién ha originado este movimiento, quién lo financia, lo sostiene y a quién le interesa que exista como un peligro para la humanidad.
El ISIS es uno de los ejércitos no estatales más grandes del mundo, cuyo orfebre no es otro que EUA. Es una poderosa organización armada conformada por un sector fundamentalista, con una visión extrema de su religión, junto a otro que desciende del sicariato y cuya función mercenaria provee el contingente necesario para los objetivos trazados.
Su entrenamiento proviene de la CIA y aplica técnicas de tortura estimuladas desde Guantánamo. El ISIS posee armamento de última generación aportado inicialmente por EUA, Inglaterra, Alemania y las monarquías árabes, incluidas armas de de destrucción químicas y biológicas.
Por lo mismo, expertos dudan que la ideología del ISIS tenga una estricta relación con el Corán, ya que los verdaderos cerebros de esta organización son occidentales con otros objetivos diferentes a lo que dicta la religión. En todo caso, la creación de un califato entre Siria e Irak es una estrategia para dar sustento a la expansión del grupo, pero no necesariamente está basado en cuestiones espirituales.
Financiado por "donaciones" de Occidente y de las monarquías árabes –además de robos de oro, a bancos, secuestros y extorsiones– el ISIS cuenta con una altísima capacidad económica. En un contexto ya distorsionado, hoy para los yihadistas llegar hasta Arabia Saudita sería la cereza del pastel por dos atractivos principales: los campos petroleros y apoderarse de los principales sitios sagrados del islam, como La Meca y Medina.
De lograr su cometido, el grupo sabe que atraería a muchos más combatientes musulmanes a sus filas, además del golpe que esto representaría para su creador, EUA, y para sus aliados.
De aquí se desprende la complejidad de esta lucha, que el presidente Barack Obama –con el apoyo de la Unión Europea y la OTAN– ha decido encarar con propósitos pocos claros.
Habría que preguntarse objetivamente si Washington desea eliminar al ISIS, una organización que le sirve para intentar derrocar al régimen sirio, pero que no le conviene tenerla de rival en Irak y Arabia Saudita. Esta absurda jugada se lleva de encuentro a sus socios y crea una nueva película bélica de ficción con enormes daños colaterales.
Según analistas, el ISIS no se extenderá más allá de la región que tiene controlada. A lo sumo podría cometer atentados terroristas en objetivos bien definidos, para atemorizar más a sus detractores. Tampoco es cierto que el grupo vaya a atacar EUA a gran escala, porque no tiene los nexos ni el alcance para hacerlo, pero sí podrá seguir reclutando militantes en las naciones occidentales.
Está claro que en toda esta encrucijada Obama debería reconocer que la única respuesta a lo que ha provocado artificialmente está en sus mismas entrañas.
Todo indica que el grupo de yihadistas ya ha declarado una guerra abierta y ha ampliado su lista de enemigos. Con la matanza previa de otros rehenes –incluso, las recientes de dos japoneses–, el ISIS ha intentado utilizar las vidas de cooperantes y periodistas occidentales para obligar a los gobiernos europeos y estadounidense a abandonar los ataques sobre sus posiciones. Sin embargo, ahora el plan criminal parece extenderse hacia el riñón musulmán, donde ya tienen bajo amenaza a Arabia Saudita.
Vale preguntarse: ¿Hasta dónde llegará el ISIS en su escalada de barbarie en nombre del islam? Analistas coinciden en que EUA y Europa han engendrado un mito sobre el Estado Islámico y de allí que se crea que este grupo podría apoderarse del planeta en los próximos años, por lo que hay que exterminarlo. Lo que no explica la propaganda occidental es quién ha originado este movimiento, quién lo financia, lo sostiene y a quién le interesa que exista como un peligro para la humanidad.
El ISIS es uno de los ejércitos no estatales más grandes del mundo, cuyo orfebre no es otro que EUA. Es una poderosa organización armada conformada por un sector fundamentalista, con una visión extrema de su religión, junto a otro que desciende del sicariato y cuya función mercenaria provee el contingente necesario para los objetivos trazados.
Su entrenamiento proviene de la CIA y aplica técnicas de tortura estimuladas desde Guantánamo. El ISIS posee armamento de última generación aportado inicialmente por EUA, Inglaterra, Alemania y las monarquías árabes, incluidas armas de de destrucción químicas y biológicas.
Por lo mismo, expertos dudan que la ideología del ISIS tenga una estricta relación con el Corán, ya que los verdaderos cerebros de esta organización son occidentales con otros objetivos diferentes a lo que dicta la religión. En todo caso, la creación de un califato entre Siria e Irak es una estrategia para dar sustento a la expansión del grupo, pero no necesariamente está basado en cuestiones espirituales.
Financiado por "donaciones" de Occidente y de las monarquías árabes –además de robos de oro, a bancos, secuestros y extorsiones– el ISIS cuenta con una altísima capacidad económica. En un contexto ya distorsionado, hoy para los yihadistas llegar hasta Arabia Saudita sería la cereza del pastel por dos atractivos principales: los campos petroleros y apoderarse de los principales sitios sagrados del islam, como La Meca y Medina.
De lograr su cometido, el grupo sabe que atraería a muchos más combatientes musulmanes a sus filas, además del golpe que esto representaría para su creador, EUA, y para sus aliados.
De aquí se desprende la complejidad de esta lucha, que el presidente Barack Obama –con el apoyo de la Unión Europea y la OTAN– ha decido encarar con propósitos pocos claros.
Habría que preguntarse objetivamente si Washington desea eliminar al ISIS, una organización que le sirve para intentar derrocar al régimen sirio, pero que no le conviene tenerla de rival en Irak y Arabia Saudita. Esta absurda jugada se lleva de encuentro a sus socios y crea una nueva película bélica de ficción con enormes daños colaterales.
Según analistas, el ISIS no se extenderá más allá de la región que tiene controlada. A lo sumo podría cometer atentados terroristas en objetivos bien definidos, para atemorizar más a sus detractores. Tampoco es cierto que el grupo vaya a atacar EUA a gran escala, porque no tiene los nexos ni el alcance para hacerlo, pero sí podrá seguir reclutando militantes en las naciones occidentales.
Está claro que en toda esta encrucijada Obama debería reconocer que la única respuesta a lo que ha provocado artificialmente está en sus mismas entrañas.
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