RESUMEN LATINOAMERICANO y del Tercer Mundo Diarios de Urgencia Director: CARLOS AZNAREZ CONSULTE NUESTRA WEB www.resumenlatinoamericano.org y en nuestro blogspot http://resumenlatinoamericano.blogspot.com/ LA CONTRAINFORMACIÓN AL DÍA Información, opinión y denuncia de Latinoamérica y el Tercer Mundo 13 de agosto 2014 |
Fidel cumple 88 años Desde Resumen Latinoamericano te decimos:
GRACIAS COMANDANTE, por tu consecuencia, por tu dignidad, pero por sobre todas las cosas, POR TU LUCHA DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE.
Fidel 88, mucho para festejar
Por Carlos AznárezDirector de Resumen Latinoamericano
Comandante, iba a escribir otro artículo sobre tu digna existencia. En varias ocasiones he "emborronado cuartillas" a lo largo de mi militancia periodística y de la otra, de esa en la que muchos nos zambullimos con las armas en la mano en los 70, hasta dejar la piel en la embestida, al calor de tu grito de guerra allá en Sierra Maestra. Pero me di cuenta que las palabras y la admiración que te profesamos ya las había escrito hace tres años, cuando cumplías tus 85. Lo que te dije en aquel entonces está intacto en mi corazón y en el de quienes hoy te homenajeamos en todos los rincones del mundo donde los pueblos se siguen levantando, como en Palestina heroica, a la que tú le has dedicado una reflexión de urgencia. Por eso, repito el texto, sin tocar una coma, y te vuelvo a decir: seguimos en pie, Comandante, con tus ideas y tu coraje. Hay otro Fidel que se dio cuenta enseguida que todas las teorías del mundo no son suficientes si no se ejerce una práctica audaz e inteligente contra el autoritarismo, y junto con un puñado de valientes asaltó el Moncada, abriendo así un sendero que no se detendría más hasta la toma del poder, una meta imprescindible si se quiere hacer una Revolución con mayúsculas.Pero qué decir de ese Fidel, que con Raúl, el Che y otros tantos patriotas desembarcó del Granma, y cuando todo parecía venirse abajo, entre cadáveres de sus mejores hermanos y las balas del enemigo, contó los fusiles y se repitió varias veces, como para que lo oyeran los esbirros de la dictadura batistiana, que con esa decena de hombres que quedaban en pie, ganarían la batalla.
Del Fidel de Sierra Maestra habría mucho para contar. Él mismo lo ha hecho recientemente, con su estilo locuaz y sumamente descriptivo, en dos libros de lectura imprescindible para entender de qué se trató esa epopeya :"La contraofensiva estratégica" y "La victoria estratégica".
Allí, en aquellas montañas victoriosas, apareció con toda claridad el Fidel combatiente, el estratega militar capaz de convertir en triunfo aplastante lo que minutos antes iba camino a convertirse en derrota, el Fidel compañero de sus compañeros, severo cuando se trataba de hacer que se cumplan sus órdenes, sabedor de que cualquier duda en un combate tan desigual como el que libraban, podía hacer capotar el proyecto revolucionario.
Pero también supimos en esos pocos años de batalla directa contra la soldadesca de Batista, de ese Fidel que respetaba la vida de sus enemigos una vez que eran capturados en combate, marcando de esa forma un territorio de humanidad, que en varias ocasiones provocó deserciones masivas entre los uniformados del régimen, y generó las bases para que pocos miles de rebeldes vencieran a un ejército regular y bien equipado de cien mil soldados, que contaban con tanques, aviones bombarderos, y la ayuda internacional de los imperios yanqui e inglés.
Después, cuando los barbudos felizmente marcharon victoriosos hacia La Habana, en aquellos días memorables del 59, comenzó a desarrollarse la vida de un Fidel que terminó asombrando al mundo. Revolucionario hasta la médula, liberó a su pueblo de la opresión y de la cultura gringa que lo asfixiaba, expropió y nacionalizó todo lo que antes era de cuatro magnates subordinados a la mafia norteamericana, y ejerció el internacionalismo con la misma potencia que antes había desarrollado para derrotar al tirano.
Codo a codo con el Che, no dudó de emprender una prolongada marcha para conquistar la por ahora pendiente segunda Independencia latinoamericana. Venció al Apartheid sudafricano, ayudó a liberar Angola, abrazó a Salvador Allende y apretó los puños de rabia, como pocos, cuando se enteró que su hermano Guevara caía en combate en Ñancahuazu.
Cuántos rebeldes del continente se siente enormemente agradecidos por lo que hizo Cuba por ellos, cuántos luchadores por el socialismo no hubieran podido gestar múltiples hazañas en sus países sin la decisión solidaria y comprometida de Fidel y sus compañeros. La lista es extensa y a través de ella, Cuba y su Revolución fueron escribiendo páginas de dignidad imposibles de olvidar.
En esos años y en los venideros, Fidel debió multiplicarse, para que la Isla no se hundiera tras la caída del bloque socialista, para intervenir con clarividencia en temas de deuda externa, anunciando antes que ninguno, que la misma era impagable por ilegítima. También propuso soluciones para cuidar y defender el medio ambiente, o encarar gigantescas iniciativas en temas de educación y salud para su pueblo, que luego fueron y son derivadas de manera solidaria hacia el resto del mundo.
Sin embargo, la madre de toda las batallas fue la que libró Fidel, abrazado con su pueblo, contra el criminal bloqueo imperialista.
Medio siglo de obligadas carencias, que fueron derrotadas a punta de digno coraje y la convicción de que a las revoluciones verdaderas se le oponen miles de escollos. Para que semejante agresión no pueda salir airosa, Fidel lo repitió siempre, la medicina es tener conciencia revolucionaria y convicción de que se libra una batalla justa, forjar una inmensa unidad de los de abajo, y sacrificarse hasta las lágrimas.
"Después de Dios, Fidel", dijo emocionado un agradecido ciudadano de Haití, al defender las misiones médicas y alfabetizadoras que el gobierno cubano derramó por todo el mundo, llegando allí donde nadie se atrevía. Eso es lo que en estos días todos los que agradecemos su necesaria vigencia tenemos la obligación de recordar cuando nombramos a Fidel. Nunca, pero nunca, nos falló.
Lo decimos desde la constatación de saber en que clase de mundo vivimos, donde la felonía, la corruptela, el transfuguismo y la claudicación se han convertido en moneda corriente. Frente a esas lacras, Fidel, Cuba, su pueblo, la vieja guardia y las jóvenes generaciones revolucionarias, siempre han mostrado que se puede. Que con voluntad política y conciencia revolucionaria no hay enemigo invencible.
Ahora, que el Comandante, ese mismo al que su pueblo llama cariñosamente "el caballo", sigue galopando con tantas ansias de futuro, ahora que ese enemigo al que le soportó la mirada, a pesar de tenerlo a sólo 90 millas, comienza a derrumbarse, tal cual anunciara el propio Fidel en aquel acto memorable junto con Hugo Chávez en la provincia de Córdoba, ahora que combina sabias reflexiones con gestos imborrables de ternura hacia quien considera su hijo político venezolano -como tal, también hacedor de revoluciones- y le anima para batallar contra su sorpresiva dolencia, ahora, cuando sus palabras en defensa de la vida contra la muerte que sigue derrochando el Imperio allí donde se asienta, ahora, precisamente, es tiempo de homenajear a Fidel.
Es hora de decirle, sin rubores de ningún tipo, que lo queremos por todo lo hecho, y por todo lo que seguramente seguirá haciendo. No es cursilería, ni obsecuencia decir esto, no somos ni una cosa ni la otra y sabemos de ambas por vivir en países donde se practican con desmesura, sólo se trata de hacer justicia con alguien al que desde que nos apareció la conciencia, siempre tuvimos de nuestro lado. Por muchos años más, Fidel. Para que nuestros enemigos sigan rabiando, y los de abajo y a la izquierda (como diría el Subcomandante Marcos) festejen con ganas tu noble y vital existencia.
______________________________________________________________________________________________
Hay otro Fidel que se dio cuenta enseguida que todas las teorías del mundo no son suficientes si no se ejerce una práctica audaz e inteligente contra el autoritarismo, y junto con un puñado de valientes asaltó el Moncada, abriendo así un sendero que no se detendría más hasta la toma del poder, una meta imprescindible si se quiere hacer una Revolución con mayúsculas.Pero qué decir de ese Fidel, que con Raúl, el Che y otros tantos patriotas desembarcó del Granma, y cuando todo parecía venirse abajo, entre cadáveres de sus mejores hermanos y las balas del enemigo, contó los fusiles y se repitió varias veces, como para que lo oyeran los esbirros de la dictadura batistiana, que con esa decena de hombres que quedaban en pie, ganarían la batalla.
Del Fidel de Sierra Maestra habría mucho para contar. Él mismo lo ha hecho recientemente, con su estilo locuaz y sumamente descriptivo, en dos libros de lectura imprescindible para entender de qué se trató esa epopeya :"La contraofensiva estratégica" y "La victoria estratégica".
Allí, en aquellas montañas victoriosas, apareció con toda claridad el Fidel combatiente, el estratega militar capaz de convertir en triunfo aplastante lo que minutos antes iba camino a convertirse en derrota, el Fidel compañero de sus compañeros, severo cuando se trataba de hacer que se cumplan sus órdenes, sabedor de que cualquier duda en un combate tan desigual como el que libraban, podía hacer capotar el proyecto revolucionario.
Pero también supimos en esos pocos años de batalla directa contra la soldadesca de Batista, de ese Fidel que respetaba la vida de sus enemigos una vez que eran capturados en combate, marcando de esa forma un territorio de humanidad, que en varias ocasiones provocó deserciones masivas entre los uniformados del régimen, y generó las bases para que pocos miles de rebeldes vencieran a un ejército regular y bien equipado de cien mil soldados, que contaban con tanques, aviones bombarderos, y la ayuda internacional de los imperios yanqui e inglés.
Después, cuando los barbudos felizmente marcharon victoriosos hacia La Habana, en aquellos días memorables del 59, comenzó a desarrollarse la vida de un Fidel que terminó asombrando al mundo. Revolucionario hasta la médula, liberó a su pueblo de la opresión y de la cultura gringa que lo asfixiaba, expropió y nacionalizó todo lo que antes era de cuatro magnates subordinados a la mafia norteamericana, y ejerció el internacionalismo con la misma potencia que antes había desarrollado para derrotar al tirano.
Codo a codo con el Che, no dudó de emprender una prolongada marcha para conquistar la por ahora pendiente segunda Independencia latinoamericana. Venció al Apartheid sudafricano, ayudó a liberar Angola, abrazó a Salvador Allende y apretó los puños de rabia, como pocos, cuando se enteró que su hermano Guevara caía en combate en Ñancahuazu.
Cuántos rebeldes del continente se siente enormemente agradecidos por lo que hizo Cuba por ellos, cuántos luchadores por el socialismo no hubieran podido gestar múltiples hazañas en sus países sin la decisión solidaria y comprometida de Fidel y sus compañeros. La lista es extensa y a través de ella, Cuba y su Revolución fueron escribiendo páginas de dignidad imposibles de olvidar.
En esos años y en los venideros, Fidel debió multiplicarse, para que la Isla no se hundiera tras la caída del bloque socialista, para intervenir con clarividencia en temas de deuda externa, anunciando antes que ninguno, que la misma era impagable por ilegítima. También propuso soluciones para cuidar y defender el medio ambiente, o encarar gigantescas iniciativas en temas de educación y salud para su pueblo, que luego fueron y son derivadas de manera solidaria hacia el resto del mundo.
Sin embargo, la madre de toda las batallas fue la que libró Fidel, abrazado con su pueblo, contra el criminal bloqueo imperialista.
Medio siglo de obligadas carencias, que fueron derrotadas a punta de digno coraje y la convicción de que a las revoluciones verdaderas se le oponen miles de escollos. Para que semejante agresión no pueda salir airosa, Fidel lo repitió siempre, la medicina es tener conciencia revolucionaria y convicción de que se libra una batalla justa, forjar una inmensa unidad de los de abajo, y sacrificarse hasta las lágrimas.
"Después de Dios, Fidel", dijo emocionado un agradecido ciudadano de Haití, al defender las misiones médicas y alfabetizadoras que el gobierno cubano derramó por todo el mundo, llegando allí donde nadie se atrevía. Eso es lo que en estos días todos los que agradecemos su necesaria vigencia tenemos la obligación de recordar cuando nombramos a Fidel. Nunca, pero nunca, nos falló.
Lo decimos desde la constatación de saber en que clase de mundo vivimos, donde la felonía, la corruptela, el transfuguismo y la claudicación se han convertido en moneda corriente. Frente a esas lacras, Fidel, Cuba, su pueblo, la vieja guardia y las jóvenes generaciones revolucionarias, siempre han mostrado que se puede. Que con voluntad política y conciencia revolucionaria no hay enemigo invencible.
Ahora, que el Comandante, ese mismo al que su pueblo llama cariñosamente "el caballo", sigue galopando con tantas ansias de futuro, ahora que ese enemigo al que le soportó la mirada, a pesar de tenerlo a sólo 90 millas, comienza a derrumbarse, tal cual anunciara el propio Fidel en aquel acto memorable junto con Hugo Chávez en la provincia de Córdoba, ahora que combina sabias reflexiones con gestos imborrables de ternura hacia quien considera su hijo político venezolano -como tal, también hacedor de revoluciones- y le anima para batallar contra su sorpresiva dolencia, ahora, cuando sus palabras en defensa de la vida contra la muerte que sigue derrochando el Imperio allí donde se asienta, ahora, precisamente, es tiempo de homenajear a Fidel.
Es hora de decirle, sin rubores de ningún tipo, que lo queremos por todo lo hecho, y por todo lo que seguramente seguirá haciendo. No es cursilería, ni obsecuencia decir esto, no somos ni una cosa ni la otra y sabemos de ambas por vivir en países donde se practican con desmesura, sólo se trata de hacer justicia con alguien al que desde que nos apareció la conciencia, siempre tuvimos de nuestro lado. Por muchos años más, Fidel. Para que nuestros enemigos sigan rabiando, y los de abajo y a la izquierda (como diría el Subcomandante Marcos) festejen con ganas tu noble y vital existencia.
Evo: Nuestro líder eterno será Fidel
El presidente de Bolivia, Evo Morales, consideró este viernes a Fidel Castro como un líder eterno e inolvidable a nivel mundial y destacó el apoyo solidario que recibió del dirigente cubano cuando asumió el poder en el país suramericano en el 2006.
"Para mí nuestro líder eterno será Fidel. Fidel es humanista y solidario (…) y conversar con él siempre es una gran lección", afirmó el mandatario desde el Palacio de Gobierno, en esta capital.
Morales agradeció el respaldo del ex presidente cubano y de su pueblo durante los primeros años de su gestión al frente al Ejecutivo de Bolivia.
Puntualizó que la ayuda de los profesionales de la nación caribeña le permitió elevar el bienestar social de la población, erradicar el analfabetismo y ampliar el acceso a la salud mediante programas como la Misión Milagro.
Por otro lado, destacó que el sueño del líder histórico de la Revolución Cubana de integrar al continente en un solo bloque se cumplió con la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), organización que excluyó de su nómina a Estados Unidos y Canadá.
A su juicio, esa agrupación es una forma de librarse de los tradicionales mecanismos de dominación política y económica que rigieron durante siglos en la región.
Evo Morales ofreció estas declaraciones durante la presentación del libro "Los Ojos del Puma", de la escritora cubana Mercedes de Alma y que ilustra la trascendencia del proceso de cambios que el Presidente inició en Bolivia desde 2006.
A la actividad asistió también el vicepresidente Álvaro García Linera, miembros del gabinete ministerial, de la misión diplomática de Cuba y otros altos funcionarios del país.
(Con información de Prensa Latina)
Por: Iroel Sánchez
13 agosto 2014
Junio de 1970: Fidel dona sangre para el pueblo peruano, asolado por un terremoto.
Hace pocos días fue de los primeros en denunciar lo que podía esconderse con el derribo del avión malayo al sobrevolar Ucrania. Algunos pensaron se había precipitado pero los hechos, una vez más, parecen darle la razón.
"El viejo zorro caribeño Fidel Castro nunca se fue con la finta y sin titubeos señaló la culpabilidad de Ucrania en el derribo del avión, en coincidencia con el inicio del infanticidio de palestinos por la potencia nuclear Israel", escribió el periodista mexicano Alfredo Jalife-Rahme.
Quién duda que hay mucha sabiduría y experiencia política en Fidel. "Oye la hierba crecer y ve lo que está pasando al doblar la esquina", decía Raúl Roa en frase memorable que mi padre no se cansaba de repetir.
"Viaja al futuro, regresa y lo explica" se suele citar lo que ha dicho sobre él presidente argelino Abdelaziz Bouteflika, luego de referirse a su lealtad a los principios: "Hemos tenido el inmenso privilegio de tener como amigo al compañero Fidel, que nunca nos ha fallado".
Admirado por gente tan disímil como Nelson Mandela, Gabriel García Márquez, Gore Vidal, el Che Guevara o Diego Armando Maradona, Fidel no nos pertenece sólo a los cubanos. América Latina y África no serían las mismas si su impronta de soberanía y justicia no hubiera marcado toda una época desde el llamado Tercer Mundo.
Es que en Fidel hay cultura, enorme inteligencia pero también valentía, ética y principios, por eso es que nunca le ha fallado a los agredidos de este mundo, de Viet Nam a Namibia; a los pescadores cubanos secuestrados por piratas y al padre del niño Elián que reclamaba a su hijo retenido tramposamente en Miami.
Los cubanos, que hemos tenido el privilegio de ser sus compatriotas y contemporáneos, lo hemos visto ir delante en cada batalla, enfrentando a la policía del dictador Batista, cortando caña, disparándole a los buques yanquis en Playa Girón, encabezando el reclamo porque regresen los Cinco antiterroristas prisioneros en Estados Unidos, o donando sangre para un pueblo herido.
Solemos aprender de nuestros seres queridos la bondad, pero como ha dicho Silvio Rodríguez, Fidel nos "enseñó qué hacer con ella". Si no que lo digan los millones de alfabetizados en recónditos rincones del planeta, los que por primera vez conocieron un médico o pudieron ver de nuevo la luz del sol a través de la Operación Milagro, por la solidaridad que él convirtió en parte esencial de la cultura de los cubanos.
Gracias, Fidel, por dedicar cada día de tu existencia a los humildes de nuestra tierra y el mundo. Que tengamos la sabiduría y firmeza para no traicionar jamás tu ejemplo y tu legado.
(Tomado de La pupila insomne)
Por Enrique Atiénzar Rivero
Fidel delante de la maqueta instalada entonces en la sala polivalente Rafael Fortún del proyecto integral de la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte. Foto: Otilio Rivero Delgado.
La grandeza de Fidel se encuentra a cada paso. Es un hombre que nació y creció con muchas virtudes y a las que incorporó la de la cultura del detalle, de sorprender con amigables gestos, perdurables en el tiempo.
En estos días, mientras recreaba mi mirada en el paisaje campestre de la Villa Tayabito, al Este y a las afueras de la ciudad de Camagüey, salpicado por empinadas palmeras, árboles frutales, maderables y de sombra y la sinfonía de cantos de pájaros, me vino a la mente la histórica jornada del 25 de Julio de 1989 y el extenso recorrido de Fidel por municipios de la provincia.
Hizo ya 25 años. Retengo en mi mente, como deben recordarlo Ileana Borges, periodista de la AIN, Pedro Paneque de la radio provincial, Otilio Rivero, el as del lente del periódico Adelante, Manuel Mejía, por entonces el experimentado chofer de la redacción, y otros colegas, la vez que aguardábamos por Fidel detrás de unos edificios de la comunidad Patricio Lumumba, de Sibanicú, donde merendamos.
A lo lejos se divisaba la caravana de vehículos en el que viajaba el líder histórico de la Revolución, tras recorrer la fábrica de zeolita, una vaquería el círculo infantil de Cuatro Caminos en el municipio de Najasa.
¡Ahí viene!, fue la exclamación de uno de los periodistas acreditados. Buscamos ubicarnos en el lugar idóneo de una de las instalaciones sociales de la comunidad.
Fidel bajó del auto con su traje verde olivo de campaña. ¿Qué íbamos a esperar que la pregunta fuera: ¿Merendaron? Hubo silencio, pero Maribel Acosta, periodista de los servicios informativos de la Televisión cubana tomó la iniciativa: "Sí Comandante, algunos reenganchamos", dicho de otra manera, repetimos.
"Bueno, el día de hoy es largo. Le dije a Lázaro (Lázaro Vázquez García, entonces primer secretario del Partido en Camagüey) que prepararan una merienda reforzada en Tayabito para de allí seguir.
Lo menos que imaginamos es que casi terminando de merendar en ese acogedor lugar entraron los Mercedes Benz negro y apenas unos minutos llegó Fidel a donde estábamos, interesándose por la atención y la calidad del servicio, considerado por todos de excelente.
¡Qué sorpresa! pensamos cuando nos instó a seguir la marcha, Yéndose él, un periodista y fotógrafo norteamericano de la AP que formó parte del safari de prensa no pudo menos que comparar la calidad humana de Fidel contrastándola con la de los presidentes de su país, que según él, no se ocupan ni remotamente de esos detalles.
Caída la tarde, casi a las 8:00 de la noche, terminaba el recorrido en el edificio de la actual terminal de ómnibus nacionales, totalmente remozada por los festejos del 26 de Julio de 1989, a pocas horas de que Fidel proclamara al mundo la firmeza de los cubanos de luchar solos, si fuera necesario, y con la premonición de la desintegración de la extinta Unión Soviética, discurso pronunciado en la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte.
Esta crónica, redactada un cuarto de siglo después en el mismo escenario de Tayabito, el que con calidad sigue abriendo las puertas a los huéspedes, es un modesto homenaje al gigante de mil batallas que este 13 de agosto cumple 88 años de vida, arropado con el cariño de su pueblo y una lucidez de alcance universal.
"Fidel es Fidel": Inauguran exposición fotográfica dedicada al líder cubano en su cumpleaños 88
"Fidel es Fidel", la exposición fotográfica de Roberto Chile, abrió este martes en el Memorial José Martí, en La Habana, como saludo al cumpleaños 88 del líder de la Revolución cubana. Los habaneros podrán disfrutarla hasta el 28 de septiembre próximo.
Gran parte de las imágenes son en blanco y negro, como homenaje a Alberto Korda, Raúl Corrales, Ernesto Fernández, Osvaldo y Roberto Salas y Liborio Noval, entre otros reconocidos fotógrafos que captaron el espíritu de la Revolución. También se puede apreciar "una fotografía a color impresa en tela: La estrella de Fidel, que mide más de dos metros por uno de sus lados, que estará colocada al centro de la sala, rodeada de helechos y otras plantas que incorporan a la exhibición el verde vivo de nuestra vegetación", aseguró Chile.
En la exposición se incluyeron también "otras dos fotografías a color y en gran formato, ocho imágenes de Fidel en blanco y negro de aproximadamente 50 x 80 centímetros, así como tres fotografías de detalles de 50 x 33 centímetros también en blanco y negro", entre otras, explicó Chile.
De acuerdo con el realizador, "es un conjunto de imágenes fotográficas que fueron tomadas esencialmente en el año 2010, aunque hay algunas de 2005, 2006 y 2012″ y permitirán al espectador el reencuentro con un estadista de talla mundial.
Chile trabajó durante 25 años en el registro de la imagen en movimiento de Fidel, pero ahora optó por la imagen fija "para detener en el tiempo el símbolo épico de un hombre ícono de los que luchan toda la vida."
Según Chile, aunque la exposición fue concebida para los cubanos, se presentará simultáneamente en La Habana y en la Galería Art Stalker de Berlín, Alemania. "En ambos recintos se proyectarán audiovisuales que recuerdan momentos trascendentes del quehacer revolucionario de Fidel a lo largo de la historia y su relación con el pueblo", añadió
Además de las fotografías, en la exposición se exhiben dos lienzografías, también realizadas por Chile, intervenidas por el pintor cubano Ernesto Rancaño. También se puede apreciar una escultura en bronce de pequeño formato, inspirada en una fotografía que recoge una gorra similar a la que usó Fidel el 28 de septiembre de 2010, durante el acto por el aniversario 50 de los Comités de Defensa de la Revolución.
Si volviera a nacer pediría hacerlo en Cuba y en los tiempos de Fidel, acotó el artista plástico quien entregó a Alexis Castro, uno de los hijos del líder cubano, una escultura de su autoría inspirada en una de las fotografías más emblemáticas de la muestra.
El artista de la plástica José Fúster hizo entrega a Roberto Chile de una de sus fotos intervenidas por un grupo de niños que plasmaron en la obra dibujos cargados de mensajes de felicitación y palabras de afecto a Fidel, y que se le hará llegar al gran estadista cubano.
A la inauguración de la muestra asistieron, entre otras personalidades, asistieron los integrantes del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el Comandante de la Revolución Guillermo García Frías y José Ramón Fernández -ambos Héroes de la República de Cuba-; la prima ballerina assoluta Alicia Alonso; Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí, y Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, entre otras personalidades.
Abre hoy exposición fotográfica "Fidel es Fidel", de Roberto Chile
Inauguran hoy en el Memorial José Martí la exposición fotográfica "Fidel es Fidel", de Roberto Chile, que se mantendrá abierta al público hasta el 13 de septiembre y está dedicada al 88 cumpleaños del líder de la Revolución cubana. A continuación reproducimos las palabras de la periodista Arleen Rodríguez y una décima del escritor Alexis Díaz Pimienta, incluidas en el catálogo de la muestra:
Desde los días de la Sierra, el verde olivo ha sido la señal más visible del guerrero sin reposo. Algunas veces, por razones protocolares, vistió la guayabera o el clásico traje oscuro, pero enseguida volvía a la ropa de campaña, la de las charreteras con rombo rojinegro entre laureles, santo y seña del jefe revolucionario.
Así fue hasta el aciago día en que su Proclama nos hizo enmudecer de angustia: alejado por decisión personal de los cargos que detentó hasta entonces por aclamación popular, parecía también haber dejado a un lado al uniforme de tantas batallas duras y gloriosas con cuyos hilos se tejieron momentos culminantes de la historia contemporánea.
Pero Fidel es Fidel. Lo dijo quien lo conoce antes y mejor que cualquiera de nosotros. Fidel sabe cuánto significan el verde olivo y la estrella de Comandante en Jefe para un pueblo que alimentó su resistencia a cuenta de su propia historia.
Tras largos meses de incertidumbre, Fidel reapareció. Volvía soldado de ideas agudas, punzantes, provocativas. Era el mismo, su fusil de mirilla telescópica se había transformado en un arma de alcance universal, la palabra viva, y con ella apuntaba hacia ámbitos que parecían no preocupar a los líderes del primer mundo, en una época en que la vista larga puede marcar la diferencia entre la supervivencia o la extinción de todas las especies vivas.
En su marcha infatigable hacia el horizonte que han de conquistar todos los hombres y mujeres del mundo, se le volvió a ver vital y certero al frente de un ejército aún pequeño para la gigantesca misión que tiene por delante: hacerle la guerra a las guerras.
Por esos días, Roberto Chile, quien por más de 25 años registró la imagen en movimiento del líder cubano, dejaba descansar la acostumbrada cámara de filmación y elegía la imagen fija para inmortalizar la trascendencia de esos instantes decisivos de la historia, y así, detener en el tiempo, el símbolo épico de un hombre ícono de quienes luchan toda la vida.
ACRÓSTICO FIDELISTA
Por Alexis Díaz Pimienta
Con una estrella en la frente,
Oriundo de todas partes,
Marchas y alumbras. Compartes
Amaneceres. Tu mente
No teme al tiempo presente.
Datas de ayer y mañana.
Alumbras con cada cana.
Naces con cada expresión.
Tú eres la Revolución
Entre Birán y La Habana.
Con boina verde y barbado.
Omnipresente y locuaz.
Mártir vivo. Héroe de paz.
Árbol bien ramificado.
Nunca pareces cansado.
Descansas en el quehacer.
Antes no es igual que ayer.
Nunca no es igual que nada.
Tanta luz en tu mirada
Enciende otro amanecer.
Comandante y compañero,
hOmbre lleno de energías.
HoMagno en fotografías
TomAdas el año entero.
ComaNdante y guerrillero.
ComanDante verde olivo.
ComandAnte siempre activo.
ComandaNte retratado.
ComandanTe eternizado.
ComandantE al verde vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario