La Montaña
LA REALIDAD POSTELECTORAL
Oscar Loza Ochoa
¿De cuántos sueños postergados
surge la fuerza de hoy?
Jaime Sabines
─ ¿Usted escuchó que dijera eso? Hay que seguir adelante. ─Dijo el Presidente Peña Nieto al ser cuestionado sobre la anunciada marcha atrás en relación a la reforma educativa. Lo afirmó a unas horas de concluida la jornada electoral. Al parecer nada le enseñó a Los Pinos el proceso electoral y sus resultados. Poco más del 52% de abstencionismo es ya un fuerte indicador de que la confianza en los partidos políticos y en las políticas emanadas desde las instancias de gobierno, no goza de cabal salud.
La lógica de la sociedad civil y la de quienes gobiernan marchan por diferentes veredas, para nosotros el que la mayoría no vote es una manifestación de rechazo a las políticas de conducción del país. Para ellos, es sólo autoexclusión política. Por eso observamos actitudes de triunfalismo en el partido gobernante y tozudez en el presidente, que creen que con un 28% de los votos emitidos tienen carta blanca para hacer del país el paraíso para monopolios extranjeros y un lugar extraño para los pobres de México.
Ni ellos ni la sociedad debemos olvidar que ese 28% es el 13% del padrón electoral, porcentaje que no legitima y menos autoriza a nadie a disponer de nuestros recursos y destino. Por eso debe preocupar que de la manera más frívola, sin sacar una lección del comportamiento electoral sólo digan "hay que seguir adelante". Aunque sea temprano para un análisis mayor, hay problemas que el país exige se atiendan sin demora y que debemos poner sobre la mesa de discusiones: reorientar la economía con políticas anticrisis, que permitan la creación de al menos 400 mil empleos en lo que resta del año, el incremento de salarios en un 25% y el fortalecimiento del mercado interno.
Los especuladores tienen al peso mexicano al filo del abismo (con un 25% de devaluación) y siguen sacando dólares de nuestro país; mientras el déficit del presupuesto crece, la deuda pública tiene un peligroso ritmo de mil 500 millones diarios hacia arriba y el petróleo da tumbos entre su caída de precios y la entrega en bandeja de plata a los gigantes que lo dominan a nivel internacional. No podemos seguir en la misma actitud. No, porque ese es el entorno que define las posibilidades de la democracia y de la participación social. Las condiciones para manifestar desacuerdo y protestar empeoran. Lo que está en juego, al final de cuentas, es el destino mismo de la Nación y el futuro de las generaciones jóvenes de hoy y de las que vienen. Nadie tiene el derecho de hipotecárselos.
Si las reformas (contrarreformas) a la Constitución nos han dejado huérfanos de los principios que con orgullo citábamos: la segunda generación en derechos humanos elevada a rango constitucional la dio México en 1917; si esas contrarreformas nos llevan a profundizar la dependencia económica, política y militar de los Estados Unidos, es hora de reemprender el camino. Los productores de maíz nos han señalado la importancia estratégica de este cultivo para la economía y cultura nacional, los pueblos indígenas y ejidos, han entrado a la defensa de los recursos naturales en sus territorios, porque saben del valor que tienen para su sobrevivencia y para la soberanía del país.
Los maestros de primaria, sobre los que descansa la gran tarea de sentar las bases de la educación y formación de los mexicanos, han cuestionado la contrarreforma en educación porque nadie como ellos sabe de las consecuencias que traerá para los trabajadores de la educación: despido del 60% y la privatización creciente de lo que es la escuela pública ahora. Lo que dejará fuera de las aulas a un creciente número de niños pobres.
Así como un audaz grupo de tribus peregrinas se atrevieron a darle un nuevo rostro al Valle de México, fundando en 1325 Tenochtitlan (la Ciudad de México), la historia reclama la refundación del país, con lo mejor de su pasado y lo mejor de los valores de las generaciones que hoy se identifican con las raíces y la utopía de Nación que nos hemos forjado. El día 7 de junio, la mayoría dijo no a la actual conducción del país, la tarea natural de esos muchos es la de organizar y coordinar el No. La historia y el país lo reclaman. Vale.
www.oscarloza.com
oscarloza.ochoa@hotmail.com
Twitter @Oscar_Loza
PROFR. OSCAR LOZA OCHOA
Responsable de Relación con Instituciones de la
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa
Andrade #475 norte, Planta Alta, Desp. Núm. 8
Colonia Centro Histórico CP 80000
Culiacán Rosales, Sinaloa
Tel. 667-712-56-80
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