jueves, 23 de julio de 2015

FW: La montaña

Reportandome y reenviando desde Jalisco. Saludos maestro!

La Montaña

LÍMITES DE LAS INSTITUCIONES Y DE LA SOCIEDAD

Oscar Loza Ochoa

 

No olvidar el dolor, pero tratar de reconvertirlo

en la imaginación de un futuro distinto.

Juan Villoro

 

Cuando los excesos en las prácticas y políticas públicas es la "normalidad", tenemos que preguntarnos, ¿cuáles son los límites de las instituciones? Los ejemplos no escasean, son demasiados y contundentes: Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán, Tanhuato y muy recientemente Ostula, Michoacán, en el terreno de lo que llamamos prevención y procuración de justicia; pero cómo olvidar la Casa Blanca, la Casa de Malinalco y tantos inmuebles que pintan de cuerpo entero la corrupción en este país y los daños que sufren las instituciones.

 

De la misma manera debemos incluir los contratos otorgados a OHL, HIGA y a otros monopolios, que han hecho de su relación con la élite del poder el vehículo para multiplicar fortunas y control del aparato del Estado. Y encarrerados en sus ambiciones no han parado en ningún campo ni ante ninguna circunstancia. ¿Qué pensar sobre la pretendida inversión en los hospitales generales de Sinaloa? ¿Acaso hay alguna consideración hacia el millón y medio de sinaloenses que no tienen otra opción de salud? Al parecer sólo hay interés en hacer negocios.

 

No sé qué tanto tiene que insistir la parte de la sociedad que está preocupada por ello, pero si en el poder ejecutivo violentar la ley se vuelve regla y no preocupa a ninguna instancia, si la transparencia y rendición de cuentas sólo tienen espacios en los discursos de ocasión, y si los poderes legislativo y judicial no escuchan las crecientes protestas e inconformidades sociales, a los ojos de todos tomarán la figura de cómplices.

 

En este marco de cosas llaman poderosamente la largamente anunciada reforma al IMSS y al ISSSTE y las inversiones en los hospitales generales de Culiacán y Mazatlán. En los casos de las instituciones de salud federales, que dieron sentido y cuerpo a las reivindicaciones sociales de la Revolución que inició en 1910 y del estado de bienestar, han recibido tantos golpes bajos en los últimos gobiernos que están al borde de la quiebra y la inanición. Han vivido el mismo proceso que hicieron padecer a Telmex en su momento, para "justificar" que la única forma de rescate es poner las instituciones de salud en manos privadas.

 

El gran sueño es hacer un negocio de la salud de los mexicanos y de no haber una movilización social masiva y contundente, se saldrán con la suya. Si hoy las jubilaciones de los trabajadores son historia para la generación que está iniciando su vida laboral, la seguridad social plena también será historia si el silencio de los pobres y la resignación dominan el escenario nacional.

 

Y Sinaloa no escapa a esos sueños de hacer negocio con la salud de nuestros coterráneos y con los dineros públicos. Ya tenemos los decretos 976 y 977 de 2013 que autorizan al gobierno del estado a construir hospitales generales en Culiacán y Mazatlán, bajo la figura de asociación público-privada. Aparentemente todo marchaba sobre ruedas y los grupos que ganaran las licitaciones invertirían de su bolsa. Nada extraño si administrarán por 25 años esas instituciones, mientras el gobierno pagaba por ello durante ese lapso de tiempo. El grupo GIA, propiedad de Hipólito Gerard Rivero (cuñado de Salinas de Gortari), ganó en mayo de 2014 la licitación para construir el Hospital Martiniano Carvajal de Mazatlán y el grupo empresarial Ángeles, de Olegario Vázquez Raña, la construcción del Hospital Bernardo Gastélum en Culiacán.

 

El primero recibirá 239 millones de pesos anuales (19 millones más de lo aprobado por el Congreso). En los 25 años recibirá 5 mil 975  millones de pesos. El segundo recibirá 347 millones anuales, es decir, 8 mil 675 millones en el plazo de los 25 años. Sin vocación por el riesgo en las inversiones Gerad Rivero y Vázquez Raña, junto al gobierno estatal, buscaron que el Congreso del Estado comprometiera el 25% de las partidas federales como garantía al pago anual. No han logrado esto último por lo escandaloso del asunto.

 

Pero sin haber terminado esta aventura ya se hizo pública otra arista de la misma, no menos rasposa e inquietante que las demás: el terreno donde se pretende construir el Hospital General de Culiacán es propiedad de un proveedor de la Secretaría de Salud, que junto a dicho terreno ya renta una amplia bodega a esa secretaría. El asunto llama la atención por la especulación de toda la propiedad raíz que en un radio de al menos un kilómetro ya ha desatado. Si el hospital es un proyecto ancla, ello demanda una interminable serie de servicios alrededor como farmacias, hoteles, restaurantes, vivienda, plazas comerciales, etc. Nada ha quedado, al parecer, al azar de tiempos y circunstancias. A final de cuentas no faltan elementos para preguntar al Congreso del Estado: ¿especulación simple y llana con los dineros públicos? La Constitución pone límites a las instituciones, pero la prudencia y discreción de la sociedad también tiene los suyos. Vale.

 

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Subject: La montaña
Date: Thu, 23 Jul 2015 08:41:35 -0700

Amigos, va la montaña de esta semana. Saludos. 


PROFR. OSCAR LOZA OCHOA

Responsable de Relación con Instituciones de la

Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa

Andrade #475 norte, Planta Alta, Desp. Núm. 8

Colonia Centro Histórico CP 80000

Culiacán Rosales, Sinaloa

Tel. 667-712-56-80

 

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