FW: La Montaña

Recibido y reenviado maestro... Reportandome desde el centro historico de la cd. de Mexico.  Saludos y muchos recuerdos desde estos chilango lares!!

> La Montaña
> CULIACÁN CIUDAD EN CRISIS
> Oscar Loza Ochoa
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> La desigualdad es un producto de la política gubernamental.
> Emmanuel Sáez.
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> Culiacán vive una severa crisis económica, política, social, cultural y ambiental. Y lo peor, las llamadas políticas de desarrollo urbano van encaminadas a favorecer a la minoría privilegiada, profundizando las desigualdades entres sus habitantes, lo que amenaza el ideal de quienes vivimos en esta urbe: que la ciudad sea un encuentro permanente de sus vecinos, un espacio de oportunidades para todos y un lugar donde la democracia no sea una señora forastera.
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> Es cierto que la crisis no es privativa de Culiacán o de las ciudades mexicanas. El asunto ocupa a importantes instancias de la ONU por las repercusiones que tiene en todos lo ámbitos y que puede desembocar en situaciones de ingobernabilidad que ahondan las desigualdades e injusticias sociales en detrimento de los sectores más vulnerables. Por eso una pregunta central es, ¿cómo impacta la crisis en la gestión urbana?
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> Culiacán, como todas las ciudades de Sinaloa y del país, está padeciendo de una disminución de ingresos propios, de una reducción de los recursos federales destinados para los municipios, pérdida de fondos activos, recortes en los gastos de capital y corrientes. Baste señalar el panorama de los morosos del predial, los ajustes al presupuesto federal luego de una prolongada recesión económica y el despido masivo de trabajadores del ayuntamiento, para tener una idea sobre el problema.
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> Hasta aquí, de la preocupante situación no podemos hacer responsable a Sergio Torres, su presidente. Pero hay actitudes que lejos de ayudar agravan el problema. Hace algunas semanas una madre soltera, desempleada, sin casa, sin seguridad social y con un hijo pequeño al que urge operar de un tumor maligno en la cabeza, buscó al presidente para solicitar un apoyo. El edil no estaba, pero no faltaron empleados que le aconsejaron esperarlo. Eran las once de la mañana y aguantó sentada junto a la puerta del despacho hasta que cerraron el Palacio Municipal. Le dijeron que no se desanimara que en cualquier momento podía llegar y se ubicó en la entrada exclusiva que está por la calle Escobedo. Casi a la media noche llegó el presidente Torres y le planteó muy directa su tragedia, solicitando un apoyo para la curación. Dice la madre que el alcalde con mucha falta de tacto le respondió que no tenía dinero y que el Ayuntamiento no contaba con ningún fondo para ese tipo de ayudas. Que se fuera a otra institución.
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> Lo que resulta muy claro para especialistas e interesados en el desarrollo con inclusión de las ciudades, es de que la suerte competitiva que viven China, Brasil, India, Rusia y Chile, descansa en el empuje de sus grandes y medianas urbes. Son ciudades que han promovido las inversiones productivas y en infraestructura, han estimulado la creación masiva de empleos, en especial los de calidad. Son los casos de Shanghai, Moscú, Santiago y Río de Janeiro. Acá se ha creído que la responsabilidad del promover el desarrollo económico es más una tarea federal y del gobierno del estado, que del municipio. Y cuando se trata de concretar algún proyecto, primero saltan los intereses de los beneficiarios de siempre: la minoría especuladora.
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> Igual que lo han vivido el puerto de Veracruz, Guadalajara o la ciudad de Querétaro, cuando se habla de un Plan de ordenamiento de la ciudad, es la reapropiación del centro histórico y de los lugares cuya plusvalía promete mucho. El proceso no ha sido tan complejo. En décadas anteriores los desarrollos se hicieron hacia la periferia y los centros de las ciudades se abandonaron. Hacia allá invirtieron los ayuntamientos. Ahora hay un interés de los grandes capitales por recuperar los centros históricos, buscando desplazar a quienes le dieron mantenimiento y valor por mucho tiempo: micros, pequeños y medianos comerciantes.
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> Los planes de ordenamiento contienen una paradoja: la idea es quitar del centro a los vendedores ambulantes, porque estorban y afean la vía pública. Pero contemplan que los comerciantes ricos vendan en las banquetas y hasta cierren calles para redimir sus capitales (¿qué otra cosa es el Paseo del Ángel, aparte de una cantina al aire libre?).
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> Los pobres, por lo tanto, no son convidados a compartir los beneficios del desarrollo. Aquí surge una pregunta elemental, ¿cómo concebir a Culiacán y cualquier otra ciudad nuestra como un encuentro de personas, si lo primero que salta a la vista es que hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda? Lejos de fincar los cimientos para que el desarrollo del país cabalgue sobre los lomos de ciudades industriosas, donde se comparten los beneficios del progreso con los pobres, sólo se profundizan las desigualdades, volviendo más lejana la posibilidad de un verdadero desarrollo y de la elemental gobernabilidad.
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> Bien hicieron quienes diseñaron los llamados Principios de Barcelona, que debieran ser guía de los gobernantes municipales, en contemplar en sus informes el impacto de las crisis en la economía local y en los negocios, en el empleo, en las condiciones sociales y en los presupuestos municipales. Y desde luego en las respuestas que tengan las ciudades, como el apoyo al emprendizaje y a los negocios locales (incluidos los ambulantes), la reducción del desempleo, la generación de empleo de calidad, la atención de las necesidades sociales y el apoyo a la inversión en infraestructura. En pocas palabras, ¿cómo impacta la crisis en la gestión urbana? O profundiza o disminuye la desigualdad social. No hay más disyuntivas. Vale.
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