viernes, 28 de agosto de 2015

FW: La Montaña

Una lluvia  persistente, un llanto que no termina. Saludos desde Jalisco maestro!   En este momento reenvio.


> Subject: La Montaña
> From: oscarloza.ochoa@hotmail.com
> Date: Fri, 28 Aug 2015 10:02:56 -0500
> To: drloza08@hotmail.com; selenellantas@hotmail.com; eljuglardeloscaminos48@hotmail.com; grillopoeta@gmail.com; shvaldes1@hotmail.com
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> La Montaña
> LA VIOLENCIA, MARCO DE LA VIDA NACIONAL
> Oscar Loza Ochoa
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> México es un país que vive una simulación legal, judicial,
> las instituciones no funcionan para poner en práctica las leyes.
> Edgardo Buscaglia
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> El cielo lloró a cántaros al cumplirse once meses del dolor llamado Ayotzinapa. Las familias de los 43 estudiantes desaparecidos han vertido ríos de lágrimas ante la impunidad que guardan sus casos en estos 334 días. Los amigos y millones de mexicanos y ciudadanos de todo el mundo llevan tatuadas en su piel esas lágrimas y exigencias de justicia.
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> El kiosko de la Plazuela Obregón se vestía de las mantas que reclaman la presentación de los desaparecidos de la Escuela Normal de Ayotzinapa y de los sinaloenses también. Se instalaba ya el sonido para iniciar el evento cívico cultural, cuando el cielo reclamó su espacio. Durante diez meses nos escuchó atento y ahora, sin la demostración estruendosa de una tormenta tropical, vació todo su contenido líquido en forma generosa y persistente. Y como se lloran las grandes penas, lo hizo en silencio, sin rayos ni centellas, sin los arrebatos de vientos huracanados. Fue una lluvia copiosa, pero lánguida, de esas que empapan la piel y arropan el corazón.
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> Todo esto sucede en el nuevo marco que se abre para el movimiento de derechos humanos: una actitud (¿real?)de mayor disposición de la PGR, de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Alguna avispa les picó o la perseverancia de familiares y del movimiento, y el eco que la solidaridad internacional ha tenido en Ginebra los ha llevado a esa nueva piel sensible.
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> Aún no hay asideras para adelantar hasta dónde llegarán en la búsqueda de justicia para las víctimas de desaparición forzada y sus familiares, pero esperamos que esa nueva faceta no pierda vigor cuando toque los grandes intereses que toman cuerpo detrás de este crimen de lesa humanidad. De alguna manera todo ello ha alimentado de nuevo el gusanito de la esperanza entre muchos familiares con desaparecidos. Lo que a su vez abona en el campo minado de la decepción si no se cumple con las expectativas anunciadas.
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> El grupo de familiares Voces Unidas por la Vida ha querido dejar una constancia por escrito ante la PGR, PGJE y la CEAV: que por respeto a las víctimas no se hagan promesas que no se puedan cumplir, que haya coordinación verdadera entre PGR y autoridad local en la búsqueda de los desaparecidos, que los dictámenes de ADN sobre los casos donde ya hay muestras de restos encontrados se entreguen en los tiempos establecidos previamente, que se cumplan los apoyos en diferentes campos que la ley establece para víctimas y familiares, entre otras. Esto pautará conductas y puede atajar manejos interesados desde la autoridad y algunas debilidades que ya amenazan la vida interna de los organismos civiles.
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> Los días viernes y sábado, la CNDH ha convocado a una reunión nacional con familiares y organismos no gubernamentales, para tratar el problema de las desapariciones forzadas. No sabemos aún que compromisos proponga, pero ya hay moscas en la sopa que se va a servir, pues estarán presentes presidentes de organismos estatales gubernamentales como Juan José Ríos Estavillo de Sinaloa, que en siete años de gestión poco le preocupó la suerte de los desaparecidos y de sus familiares.
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> ¿Buscan cubrir sus espaldas cuando ya van de salida de sus puestos o la presencia creciente del movimiento se ha convertido en una espuela que los obliga a caminar unos pasos en nuestra compañía? Será el sereno, pero desde que Rosario Ibarra y sus doñas iniciaron este movimiento en la segunda mitad de los años setenta, hemos vivido tantas y amargas experiencias con funcionarios de toda calaña y compañeros que se dejaron seducir por el canto de sirenas de dichos funcionarios, que esperamos no nos vuelva a comer la gallina el coyote.
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> Quizá un buen indicador de la presencia social y madurez que ha alcanzado este movimiento de derechos humanos sean el activismo que despliegue alrededor del primer aniversario del caso de los 43 de Ayotzinapa, la capacidad para ligarse a la causa del resto de los desaparecidos del país y la audacia para establecer contacto con otros actores sociales del país. A la violencia institucionalizada y a la que paren otros ámbitos sociales, urge que la sociedad civil le ponga bridas, como única garantía de paz y de justicia. Septiembre es el momento y la movilización social que puede general la oportunidad para lograrlo. Vale.
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