domingo, 30 de agosto de 2015

RE: Grupo Higa y Donald Trump - Juan E. Pardinas

BUEN ARTICULO , QUE BUENO QUE NO LO ECHASTE A PERDER ECHANDOLE  PORRAS A CALDERÓN.

UN 7.5,    COMO QUIEN DICE : APROBADO


Date: Sun, 30 Aug 2015 18:12:44 +0000
Subject: Grupo Higa y Donald Trump - Juan E. Pardinas
To: eljuglardeloscaminos48@hotmail.com
From: rjalonso@terra.com.mx



Grupo Higa y Donald Trump





Juan E. Pardinas



30 Ago. 2015



¿En qué se parecen las declaraciones de Donald Trump a las investigaciones de conflicto de interés en el gobierno de Enrique Peña Nieto? Ambas representan un insulto para los mexicanos. El discurso del cretino xenofóbico equiparó a los compatriotas inmigrantes con criminales, mientras que la pesquisa de la Secretaría de la Función Pública parte del argumento de que México es una patria poblada por imbéciles.

En noviembre de 2012, Luis Videgaray era coordinador del equipo de transición del Presidente electo, pero no era funcionario público. Sí, aja. Ni el presidente de la República, ni el secretario de Hacienda tienen posibilidad de influir en la asignación de proyectos de obra pública. Ah, órale. Entre el 1o. de diciembre de 2012 y el 5 de diciembre de 2014, cuando Grupo Higa finalmente cobró el cheque de Videgaray, la empresa no recibió apoyos por debajo de la mesa para ganar millones de pesos en contratos públicos. Los tiempos de cobranza de estos contratos fueron semejantes a la espera promedio de otras empresas del sector de la construcción. A la hora de cumplir sus obligaciones fiscales, el prestamista del secretario de Hacienda fue tratado como cualquier otro contribuyente cautivo. Si Higa tuvo devoluciones de IVA por parte del SAT, su tiempo de espera fue igualito que el resto de las personas morales. Una vez que se asumen como verdad todas estas hipótesis, se puede aceptar que la Secretaría de la Función Pública hizo una investigación impecable.

El caso de Donald Trump y la crisis sexenal de Grupo Higa tienen otro paralelo. El alto más firme al discurso del candidato republicano, no de la cancillería mexicana. El periodista Jorge Ramos ha sido mucho más eficaz en frenar la verborrea de odio del impresentable magnate. Cuando Trump lanzó su primer alud de agresiones contra los compatriotas inmigrantes, México no tenía embajador en Washington y el gabinete andaba distraído con las atracciones turísticas de Paris.

Hasta que el presidente Peña Nieto regresó de su gira por Francia, las autoridades nacionales pudieron articular una respuesta al candidato republicano. La lentitud y tibieza del gobierno de Peña Nieto frente a la retórica antimexicana dejó pasar una enorme oportunidad que Donald Trump nos puso en bandeja de plata. ¿Qué candidato presidencial en Estados Unidos se atrevería a criticar despectivamente a un país como Israel? Ninguno.

Ese sería el final de su carrera electoral. Con una buena estrategia de contraataque, el discurso antimexicano debería ser un suicidio electoral para cualquier político estadounidense.

La respuesta a Trump requería de liderazgo e iniciativa para coordinar la cooperación de líderes latinos y empresas que tienen en México a su mejor cliente. En 2013, cada 38 horas, México le compró mil millones de dólares a compañías gringas. Esa es una base de apoyo clave para frenar a Trump.

En el tema de las casas y Grupo Higa, no fue la Secretaría de la Función Pública, no fue el Congreso, ni el PAN, ni el PRD los encargados de ofrecer una investigación sólida sobre los escándalos. Carmen Aristegui, Bloomberg y el Wall Street Journal han sido los encargados de hacer investigaciones a fondo y señalar responsabilidades.

Menos mal que el infame de Donald Trump nos acusó a los mexicanos de ser violadores y asesinos. Las estadísticas y la vida de millones de inmigrantes demuestran que ésta es una cruel y evidente calumnia. Si Trump hubiera afirmado que la reputación de México ha sido manchada por la corrupción, la impunidad, el conflicto de interés y el tráfico de influencias, ahí sí hubiéramos tenido mucho menos argumentos para poder defender el prestigio nacional.

 
@jepardinas
 
 



Juan Ernesto Pardinas es Director General del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Es doctor por la London School of Economics, tiene una maestría en Economía por la Universidad de Sophia en Tokio, Japón, y una Licenciatura en Ciencia Política por la UNAM.







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