RESUMEN LATINOAMERICANO
y del Tercer Mundo
Diarios de Urgencia
Director: CARLOS AZNAREZ
Redacción: Leandro Albani, Facundo Guillén, Ana Guillermina Roca, Antonela Di Candia, Marina Pérez Damil, Waldemar Sarli.
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LA CONTRAINFORMACIÓN AL DÍA
Información, opinión y denuncia de Latinoamérica y el Tercer Mundo
22 de noviembre 2014
Lugansk: No hay vuelta atrás
Artíclo Original de Svetlana Rudenko
Traducción de Nahia Sanzo
La última vez que estuve en mi ciudad natal de Lugansk fue en agosto. La ciudad estaba prácticamente desierta y solo el esporádico fuego de artillería rompía el silencio. En las cálidas noches de verano, Lugansk caía en la más absoluta oscuridad: no hubo luz eléctrica en la ciudad en durante casi tres meses. La población local había tenido que acostumbrarse a la luz intermitente de las velas. En la frontera había una cola solo en una dirección: hacia el puesto fronterizo de la Donetsk rusa en la región de Rostov. Ahora, casi tres meses después, hay una cola de varios kilómetros de coches y autobuses para entrar a la República Popular de Lugansk. Era prácticamente imposible viajar de Moscú a Lugansk la víspera de las elecciones al parlamento y a la presidencia de la República: había quienes estaban dispuestos a viajar 24 horas en pie para ejercer su derecho al voto. Familias con niños pequeños y maleteros llenos regresaron a su ciudad a pesar de saber que la ciudad aún intenta recuperar cierta normalidad: no todos los edificios disponen de luz, agua o gas. Y lo que es más importante, la guerra continúa, las tropas ucranianas han roto el alto el fuego.
Nunca antes había visto tanto revuelo como el creado por las elecciones del 2 de noviembre en la RPL. Toda la ciudad estaba decorada con carteles llamando al voto: "Ve a las urnas. Toda nuestra gente estará ahí". El día era gélido y con viento, pero la población esperó pacientemente en la cola, algunos de ellos durante horas. Débiles ancianos apoyados en sus bastones y madres jóvenes con niños en brazos se aguantaron sin dudarlo. No se produjo queja alguna porque todos comprendieron que era imposible habilitar más colegios electorales y poder garantizar la seguridad de los votantes en estas circunstancias. "No nos queda mucho tiempo de vida, pero todavía nos quedan nuestras manos para ayudar a la RPL", dice mi vecina, una mujer de 80 años prácticamente ciega que nunca abandonó la ciudad, ni siquiera los momentos más duros del bombardeo. "Así es como mueres en tu casa", sonríe la anciana. A pesar de las dificultades, salió de su casa pronto por la mañana camino al colegio electoral acompañada por su hija.
Los mayores han sido en estos meses los residentes más leales a la ciudad. Los más jóvenes y fuertes ayudaron a los más débiles llevándoles agua, haciendo cola para conseguir pan o compartiendo medicinas cuando todo se acabó en las farmacias. Sus hijos trataron de persuadir a muchos de que se fueran, al menos temporalmente, pero muchos se negaron. "No teníamos ni idea de que había tanta gente en Lugansk ahora", oigo una y otra vez por todas partes. Pese a su avanzada edad, ambos se acercan a los 80 años, mis padres esperaron en la cola durante más de dos horas. "Ya no estamos en la misma línea que Ucrania", dice mi madre, que dio a luz a mis hermanos en la región de Khmelnitsky, en Ucrania occidental. Solo tenía ocho años cuando los hombres de Stepan Bandera quemaron a sus familiares lejanos acusados de tener lazos con los partisanos. No perdonaron siquiera a unos gemelos de 7 años. "No quiero vivir en un Estado dominado por fascistas", dice otra anciana.
Parte de la prensa ucraniana por su parte mintió descaradamente, afirmando que la población de las áreas controladas por la milicia era obligada a votar a punta de pistola. "¿Nos obligaron a esperar durante horas en la cola a punta de pistola"?, se queja Varvara Fyodorova, mi compañera de clase, que vino a las urnas con su marido y su hija de 18 años. "¿Por qué Kiev no entiende que no queremos vivir en un país gobernado por fascistas ucranianos?" A pesar de la guerra, Varvara pasó todo el verano en Lugansk, trabajando en una de las pocas farmacias que aún seguían abiertas.
Es una pena que no hubiera periodistas de la prensa ucraniana en las elecciones de la RPL: algunos tenían miedo y otros saben perfectamente que Kiev ya no busca mostrar la verdad. Puede que Kiev crea a los 70 observadores internacionales que vinieron a monitorizar el proceso. Había representantes de Italia, Rusia e incluso Estados Unidos. Ninguno de ellos denunció ninguna irregularidad. Se tuvo que extender el horario de votación primero hasta las 10 y luego hasta las 11 de la noche para que todo el que quisiera pudiera ejercer su derecho al voto. El porcentaje de participación fue del 68%, es decir, votaron 705.605 del más de un millón de personas que conformaban el censo. Igor Plotnitsky, líder del Gobierno interino, ganó las elecciones por un amplio margen, con Oleg Akimov, representante de la federación de sindicatos de la RPL, en segundo lugar.
Estamos dispuestos a soportar las dificultades y no hay vuelta atrás a Ucrania es la actitud general que se escucha de los habitantes de la nueva república. De momento, no todas las zonas de la ciudad tienen agua y luz, por no hablar de calefacción. Pero el pueblo trabaja, la mayoría de ellos acude a sus puestos caminando para no gastar lo poco que tienen. El cirujano Dmitry Filatov vivió todo el verano con su esposa Yelena, enfermera de quirófano, en el hospital regional, donde se trataba a los heridos más graves. "Había nueve civiles por cada miliciano herido", dice. "A uno le hirieron cuando estaba en su casa, a otro cuando iba a por pan o agua". Dmitry ayudó a rescatar a cualquiera, tanto milicianos como soldados de la Guardia Nacional. "La milicia incluso proporcionó seguridad a los soldados de la Guardia Nacional para asegurarse de que no hubiera ningún linchamiento", dice Dmitry. "Para mí, como religioso, todos eran lo mismo: rojo o blanco, ucraniano o ruso". Dmitry no es solo un médico. Trabaja cinco días a la semana y los fines de semana dice misa en el distrito de Mirny, junto a las topas de la frontera. Su sueño es construir una iglesia en el centro regional de tuberculosis, al que ha sido trasladado recientemente como jefe de departamento. "Los pacientes con tuberculosis activa son contagiosos, así que sería genial si pudieran tener su propia iglesia, yo los trataría y también podrían confesarse y comulgar".
Dmitry no es el único héroe. Hay gran número de jóvenes enfermeras que arriesgan su vida cada día atravesando la ciudad, a pesar de las bombas, para acudir al trabajo y salvar vidas. Quienes limpian las calles tras los bombardeos también son héroes, al igual que los trabajadores que trataron de restablecer el suministro eléctrico o de agua. Y finalmente lo hicieron. Son héroes aquellos que no abandonaron la ciudad en un momento tan difícil. Hay que recordar que la práctica totalidad de instituciones médicas atendieron pacientes durante la batalla y que las medicinas eran distribuidas gracias a la ayuda humanitaria rusa.
Todas las escuelas de Lugansk, salvo las cinco que fueron destruidas, están abiertas. El instituto de secundaria número 21 comenzó las clases el 1 de octubre, a pesar que de un ataque con mortero destruyó una de las paredes de la escuela, dañó varias aulas del tercer piso y requirió arreglos en el tejado. Cuando visité la escuela, solo había tres profesores preparando sus clases en la sala de profesores. Tatyana Tkachenko, una profesora de química que nunca ha abandonado la ciudad durante más de un día y que ha trabajado en el instituto durante más de 40 años, está entregada de pleno. Su aula resultó dañada durante la guerra en verano. "De los 400 estudiantes, la mitad están acudiendo a clases", dice Natalia Lukashenkova, subdirectora de estudios en el instituto. "Tuvimos que esperar al 1 de octubre por culpa de los daños en el tercer piso. "Limpiamos el instituto por nuestra cuenta, como buenamente pudimos, y algunos de nuestros niños fueron trasladados a la escuela número 20. Ahora muchos están regresando". Por desgracia, según Natalia, algunos de los graduados no han regresado a Lugansk al no estar seguros de si los certificados de graduación de la República Popular de Lugansk serán reconocidos.
Como el resto de profesores de la RPL, los profesores de la escuela número 2 han aceptado la transición al ruso como lengua vehicular. "Te iluminas cuando ves que podemos escribir nuestra planificación y nuestros horarios en ruso", dice el director. El otro cambio es la transición al sistema de calificación de cinco puntos. También han llegado a la ciudad libros de texto rusos. "Los estamos esperando", dice Natalia. "Todavía no han llegado a nuestra escuela. Muchos profesores que daban clase en ucraniano temían que sus clases fueran canceladas por la RPL, pero eso no ha pasado. El ucraniano sigue siendo lengua oficial de la República junto con el ruso. Las horas dedicadas a su estudio no han cambiado".
"Los niños han cambiado durante la guerra, son diferentes, han crecido", dice la profesora de química. "Gracias a dios, ninguno de nuestros estudiantes ni sus familias han sufrido. Mira a Daniil, de noveno curso. Antes de las vacaciones de verano, solo era un niño. Y ahora le vemos como a un adulto. Esperemos que no vuelva a empezar", suspira Natalia. Mientras hablamos, es constante el ruido de artillería en la distancia. La batalla no está lejos. El 6 de noviembre, murieron varios residentes de Kirovsk, incluyendo una niña de 11 años. Hay batalla a 20-30 kilómetros de Schastye. No se puede entregar esta ciudad a Ucrania: ahí está la planta que provee de energía a toda la región. Soldados del infame batallón Aidar amenazaron con volarlo y dejar a toda la RPL sin calefacción. No les importa. Dadas las circunstancias, se decidió extender las líneas de transmisión de Krasnodon al resto de la RPL, así que cuando Kiev ordenó desconectar a Lugansk de la planta eléctrica de Schastye el 7 de noviembre, la ciudad no se quedó sin luz.
El día que abandoné Lugansk, el Teatro Ucraniano inauguró su temporada con la obra "Suerte Judía". "Había rumores de que el teatro permanecería cerrado y de que la RPL iba a prohibir el idioma ucraniano. Gracias a dios todo era inventado", dice la actriz Natalia Koval. "Cada uno habla la que considera su lengua materna. La milicia no está en guerra con ningún idioma sino con los fascistas".
El joven Estado tiene muchos problemas económicos, políticos y legales. Pero ya hay una cosa clara: la nueva república ha demostrado que tiene derecho a existir y a elegir su propio camino. Será difícil, la población lo comprende, pero no hay vuelta atrás.
El día a día en la guerra con la brigada Prizrak
Reportaje Original de Ibai Trebiño para Argia/Fotografías: Lur Gil/Ibai Trebiño
Traducción del Euskera de Nahia Sanzo
Algunos de los voluntarios españoles que luchan en Donbass se han ofrecido para mostrar cómo es el día a día en la guerra a ARGIA al entender que se trata de una publicación comprometida e independiente de la versión oficial de los grandes medios de comunicación de masas. "Hasta ahora no hemos concedido ninguna entrevista a ningún medio, aunque nos hayan ofrecido dinero. No es nuestro estilo colaborar con los periodistas que mienten sobre Donbass. Vuestro caso es una excepción", explica Andrés, un joven comunista de Extremadura.
Nos encontramos en ciudad obrera de Alchevsk, la segunda ciudad más grande de la República Popular de Lugansk. Es domingo y las fábricas están paradas. Visitamos el mercado, a rebosar de gente, ya que es el día del mercado en Alchevsk. Tras un par de horas de paseo, nos dirigimos al cuartel general.
"En total somos ocho españoles luchando en la brigada Prizrak. Dos acaban de llegar y otros dos están a punto de volver a España", nos explica el comandante español. Llegamos al cuartel, donde nos dan la bienvenida los franceses Victor Lenta y Nikola Perovic. "Welcome to Novorossiya". Lenta y Perovic son nacionalistas franceses, comandantes de la unidad continental, la misma en la que luchan los voluntarios españoles y serbios. Ambos son veteranos del ejército de Francia, que ahora les considera terroristas. "No podemos volver a Francia porque nuestro Gobierno nos impondría una pena de diez años de cárcel". Tienen claro cuál es su objetivo: "Nuestra unidad está integrada en la brigada Prizrak, que ideológicamente es muy heterogéneo. Aquí te puedes encontrar nacionalistas, ultranacionalistas o comunistas, pero eso no es ningún problema. No discriminamos a nadie por su ideología, religión o raza. Nuestro enemigo es la OTAN, así que recibimos a cualquiera siempre que esté dispuesto a luchar contra el enemigo común", afirma Victor Lenta.
Nikola Perovic es francés de origen serbio, veterano de Afganistán. "Desde entonces no quiero saber nada de los perros de la OTAN. Allí vi cómo mataban civiles y eso me abrió los ojos. Es increíble la impunidad que se veía allí". Hacemos una parada para conocer al comandante de los serbios, Stevan Milosevic. En sus propias palabras "nosotros, los serbios, estamos en Novorrusia para derrotar al fascismo, al nazismo y a la OTAN, aunque tengamos que dejarnos la vida en ello".
Los voluntarios españoles nos enseñan el cuartel. En una sala nos encontramos a un joven de Madrid preparando explosivos. Con un detonador y un explosivo plástico fabrica un artefacto explosivo. "Con esto tan simple, podemos hacer volar un tanque ucraniano", dice. Aunque los ucranianos los consideren terroristas, dice que es un tipo normal: "No he dejado a mi familia, mis amigos o mi trabajo por gusto para venir a luchar a Novorrusia. Me parece muy injusto lo que hace el ejército ucraniano contra la población civil. Por eso estoy aquí".
El día a día de los españoles que luchan en la brigada Prizrak es modesto, aunque disciplinado. "Nos levantamos a las 7:00 para ir a correr. Después de un rato de descanso y del desayuno tenemos entrenamiento táctico. El objetivo de la unidad es convertirse en una unidad de intervención de élite y para eso hace falta disciplina. Los rusos tienen poca disciplina. Además aquí el alcohol está prohibido", bromean.
Además de los voluntarios extranjeros, voluntarios rusos y ucranianos forman la Brigada Prizrak, la más importante de Novorrusia. El nombre de la brigada, Prizrak, fantasma en ruso, se eligió para reírse del ejército ucraniano. "Los ucranianos no hacían más que decir que habían acabado con nuestra brigada, pero como un fantasma siempre volvía a resurgir", dicen los milicianos entre risas. Alexei Mozgovoy es el líder y se ha convertido en referente de muchos comunistas y europeos antiimperialistas. Mozgovoy se dice comunista y una y otra vez llama a la guerra contra la oligarquía.
Hemos tenido la ocasión de conocer a otros comandantes de la brigada Prizrak: el comandante Igor "Zutochka" que es el segundo de Mozgovoy y un comandante de los cosacos ucranianos. Ambos lucharon en Slavyansk como pioneros de esta rebelión armada. Llevan el uniforme repleto de condecoraciones. "Esta la conseguí por la defensa de Slavyansk. Soy ucraniano y he sido miembro de las unidades de élite del ejército ucraniano, pero como comunista no puedo aceptar un golpe de Estado nazi. Por eso, ahora soy miembro de las Fuerzas Armadas de Novorrusia, dice Zatochka. El comandante cosaco también es ucraniano y ha luchado en la defensa del aeropuerto de Donetsk.
Además de los cosacos, también hay en el cuartel de la Brigada Prizrak voluntarios rusos, que han dejado Rusia para acudir a Novorrusia sin recibir compensación económica alguna. Con ellos hemos presenciado un entrenamiento militar. En un momento, el sonido de las bombas ha dejado a todos en silencio. "¿Lo habéis oído? Contad en vuestro país lo que está haciendo el ejército ucraniano en Donbass".
Anochece y se da por terminado el día en el cuartel general de la Brigada Prizrak. Los milicianos suelen cenar y acostarse pronto, pero hoy es un día especial y los voluntarios españoles han recibido permiso para ir a una pizzería. "Mañana vamos a la frontera y hoy tenemos que celebrar que estamos juntos. Quién sabe qué pasará mañana". La luz se va de pronto, dejando la ciudad en la más completa oscuridad. Salimos de la pizzería. En el cielo de Novorrusia se intuye un dron similar a los de la OTAN, así que se ha cortado la luz por motivos de seguridad. "Como siempre, han estropeado el momento más alegre, otra vez. Welcome to Novorossiya. Welcome to the war". Ahora sí, el día ha terminado para los españoles que luchan en Donbass.
fuente: Slavingrad.es
Los crímenes del batallón Aidar
Reportaje Original de Lur Gil, desde Lugansk, para Berria / Fotografía: Lur Gil/Ibai Trebiño
Traducción del Euskera de Nahia Sanzo
El ejército ucraniano tomó Novosvetlovka por sorpresa, sin dar tiempo a que la población pudiera huir. El batallón Aidar los utilizó como escudo humano.
La población de Novosvetlovka (Lugansk) no podrá olvidar fácilmente el infierno sufrido a finales de agosto. Allí se produjeron algunos de los combates más duros del verano después de que el batallón Aidar tomara la ciudad.
La ciudad continúa hoy completamente destrozada. Viviendas, el hospital, la escuela, la iglesia, las carreteras… todo ello está en ruinas y apenas se ve a nadie por las calles, en las junto a las casas aún permanecen los tanques. El Gobierno de Lugansk ha denunciado los crímenes cometidos por el ultranacionalista batallón Aidar en esta localidad y Amnistía Internacional también ha denunciado excesos por parte de este batallón al que acusa de detenciones ilegales, secuestros, violaciones, torturas, fusilamientos o de utilizar escudos humanos.
La llamada operación antiterrorista del presidente Petro Poroshenko logró recuperar grandes zonas antes bajo control de los rebeldes del este del país. A mediados de agosto, el ejército ucraniano logró rodear Lugansk y bombardeó la ciudad durante todo el mes. Aun así, las milicias lograron defenderla.
El 13 de agosto, Kiev lanzó una operación que trataba de alejar a los pro-rusos de la frontera. Con el objetivo de bloquear la carretera que une a Lugansk con Rusia, el ejército de Kiev tomó Kriastsevatoe y Novosvetlovka y consiguió, por sorpresa, cerrar ese tramo de la carretera. La milicia no tuvo tiempo de movilizarse ni la población tuvo tiempo de huir de sus casas; muchos solo pudieron refugiarse en los sótanos de sus casas.
El batallón Aidar entró en la ciudad bombardeándola y pasó a utilizar los edificios públicos y las viviendas como protección mientras la población dormía. Se colocaron los tanques entre los edificios residenciales y quienes se encontraban allí en aquel momento afirman que se obligó a la población a levantar barricadas y a cavar trincheras. Los demás no tuvieron más opción que encerrarse en sus casas, en medio de la batalla entre el ejército ucraniano y las milicias de Lugansk.
La batalla allí se alargó durante quince días y dejó al menos a 126 civiles muertos de los escasos 5000 de población. Por allí debía pasar el 15 de agosto el primer convoy de ayuda humanitaria ruso, pero Ucrania seguía manteniendo bloqueada la carretera, por lo que se vio obligado a quedarse estacionado en la frontera. Al día siguiente, Cruz Roja anunció el acuerdo de paso y las condiciones de seguridad y el convoy pudo llegar a Lugansk el 22 de agosto, aunque no pudo pasar por la carretera de Novosvetlovka.
La huida del ejército
A partir del 21 de agosto, las milicias comenzaron a avanzar y recuperaron una parte importante de la ciudad, antes en manos del ejército ucraniano. La milicia no pudo usar excesiva artillería, ya que sabía que se utilizaba a la población como escudo humano, y tuvo que tomar los edificios controlados por el batallón Aidar al asalto. En la primera línea del frente, muchos miembros del ejército ucraniano se rindieron en el proceso, con lo que provocó que el frente quedara desestructurado.
Muchos soldados bajo órdenes de Kiev murieron en la batalla, muchos de ellos tiroteados por miembros del batallón Aidar. Muchos soldados del bando de Kiev luchan obligados, aunque hay también muchos voluntarios. Los generales los envían a primera línea del frente con independencia de si son o no voluntarios. La segunda línea del frente está habitualmente formada por la Guardia Nacional y la tercera por el ultranacionalista Sector Derecho, a quien se ha acusado de disparar, acusándoles de traición, a los soldados de primera línea que intentaban rendirse o desertar.
En Novosvetlovka también se han producido acusaciones similares. En los últimos tiempos, también han aumentado las deserciones dentro del ejército. Según las autoridades rusas, han sido muchos los que han huido de sus unidades y han cruzado la frontera. También han aumentado los suicidios entre las tropas que luchan en la guerra.
El batallón Aidar huyó de Novosvetlovka ante el avance de las milicias. La población denunció entonces los saqueos cometidos por el batallón: "al huir, nos robaron los coches, entraron en nuestras casas, se llevaron nuestras cosas y huyeron", dice un residente local. Abandonaron los tanques en la ciudad, pero los quemaron antes de huir para asegurarse de que las milicias no podrían volver a utilizarlos. Quemaron también los campos preparados para la cosecha, donde quedaron minas antipersona. Un niño de la zona aún continúa en el hospital de Krasnodon porque le explotó una mina en una mano.
El infierno no terminó, para la población, con la huida del ejército ucraniano. Como cuentan ellos mismos, "los dos días siguientes fueron los más duros". Cuando se retiraron las tropas de tierra comenzó el bombardeo, que ha dejado como consecuencia la destrucción total del pueblo. En el ataque no murió ningún miliciano, tan solo hubo víctimas civiles. Residentes denuncian que se utilizó mortero, cohetes Uragan y Grad sobre la población. Gran parte de las víctimas fueron causadas por la metralla, de la que aún quedan signos en los edificios.
El 30 de agosto, el Gobierno ucraniano culpó a las milicias de los destrozos en Novosvetlovka en un "ataque con ayuda de armamento ruso". La población, por el contrario, no cree la versión oficial y culpa al presidente Poroshenko de los ataques contra la ciudad.
La confesión de miembros del batallón
Las acusaciones por lo ocurrido en Novosvetlovka no son las únicas contra el batallón Aidar. Rusia les culpa de dar fuego al campamento de opositores del Gobierno en Odessa el 2 de mayo, que dejó al menos 48 muertos y más de 200 heridos o de la muerte de dos periodistas rusos en la ciudad de Schastye. En Lugansk, la población afirma que el batallón Aidar practicaba detenciones ilegales. La miliciana Oxana Kiriluk, por ejemplo, afirma que la detuvieron tres hombres vestidos de milicianos que eran, en realidad, miembros del batallón Aidar. Más adelante, afirma que sufrió torturas.
El 15 de agosto, la milicia lazó un ataque sobre las posiciones del batallón Aidar en el norte de la ciudad. La milicia afirma haber destruido entre 15 y 30 tanques y que murieron al menos 40 soldados. Tres miembros del batallón Aidar, heridos graves, fueron detenidos. Desde entonces, han recibido tratamiento en el hospital local y el pasado martes fueron entregados al ejército ucraniano.
En una charla con una serie de medios, entre ellos BERRIA, uno de los miembros del batallón Aidar admitió que se producen crímenes de guerra, pero dijo no haber visto ninguno. "Quienes hagan esas cosas merecen ser fusilados". También se siente engañado por el Gobierno y por la operación antiterrorista: "nos dicen que los rebeldes son terroristas, que pegan a las mujeres y a los niños. Al venir aquí veo las mentiras del Gobierno. Han empezado esta operación antiterrorista para provocar la lucha entre hermanos, para dividir a los eslavos".
La actitud con respecto a los rebeldes del este se ha endurecido recientemente en Kiev. Desde el inicio de la guerra, Kiev ha conseguido una unidad contra Rusia sobre el eje nacionalista. Muchos no esconden su ideología nacionalista e incluso luchan bajo simbología nazi. Tienen como héroe y como símbolo al nacionalista ucraniano Stepan Bandera, que luchó con Hitler y contra la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Bandera es también la principal inspiración del partido ultraderechista Svoboda. Muchos otros tienen como lema "la unión de la nación ucraniana" y luchan por ello en el este. Así lo expresa otro de los presos del batallón Aidar: "Soy nacionalista ucraniano y quiero seguir siendo nacionalista ucraniano. Quiero una Ucrania unida y por eso estoy luchando".
Además del batallón Aidar, se acusa a otros muchos batallones de cometer crímenes de guerra. Junto con Aidar, los batallones Azov y Donbass con los que más acusaciones acumulan. Se les acusa de utilizar bombas de racimo prohibidas por las convenciones internacionales y las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk exigen a la OSCE y a la Unión Europea que deje de alinearse con Kiev e investigue las acusaciones.
Entrevista Original de Ibai Trebiño para Argia / Fotografía: Lur Gil/Ibai Trebiño
Traducción del Euskera de Nahia Sanzo
"Prefiero morir de pie que vivir de rodillas", nos cuenta Oleg Popov, utilizando la célebre frase del Che Guevara, mientras nos dirigimos a la frontera. Conocimos a Popov en el edificio de la administración de Lugansk. "Además de la familia, lo más importante que tengo en el mundo es mi militancia política, dice. Es el secretario general del Partido Comunista de Lugansk y diputado de Lugansk y de Novorrusia. Pero Popov no es el político común y lucha arma en mano con la milicia popular.
Un comunista luchando por Novorrusia. ¿Por qué?
Revolucionarios y comunistas siempre hemos sido la vanguardia de la lucha contra el fascismo, también en Novorrusia. No hay más.
¿Cómo decidió tomar las armas e ir a la lucha?
Después de Maidan, este país se ha hecho nacionalista y fascista. El Gobierno de Kiev está plagado de fascistas. Hoy en día, los que nos quieren gobernar desde Kiev también son puros nazis y además han puesto en marcha esta "operación antiterrorista" contra Donbass. Nosotros, los comunistas, siempre estaremos a favor de la amistad con Rusia.
¿De dónde viene y a qué responde ese nuevo fascismo en Ucrania?
No es solo una guerra causada por el fascismo, el imperialismo y los intereses económicos han causado esta guerra. Estados Unidos quiere recuperar la hegemonía global, pero les resultará imposible ser dueños del mundo mientras Rusia esté ahí. Su objetivo es desestabilizar Rusia atacando su soberanía y para eso utilizan a grupos fascistas y nacionalistas aquí en Ucrania.
¿Es Novorrusia un proyecto político contra el nuevo fascismo político europeo?
Novorrusia es una resistencia contra el fascismo. Vamos a acabar con todos los fascistas. Pero Novorrusia también es una resistencia contra el imperialismo y contra Estados Unidos. Nosotros somos partidarios de la amistad entre todos los pueblos eslavos. Nuestro objetivo es construir una potencia fuerte y digna como la Unión Soviética y mandar a los yanquis a su casa.
¿Es Novorrusia un proyecto nacional con base socialista?
El objetivo de todo comunista es construir un mundo comunista, junto con los griegos, italianos, rusos, ucranianos o españoles. Novorrusia no es más que un primer paso para poner en marcha la lucha por ese objetivo.
Se ha hablado mucho sobre la variedad ideológica de la resistencia popular de Donbass: comunistas, socialistas, monárquicos, nacionalistas y demás. ¿Qué le parece?
La base de nuestra unión es hacerle frente al fascismo. La unidad de nuestro pueblo se sustenta sobre la lucha por la justicia, la verdad y la libertad. Los comunistas tenemos como modelo a Marx, Engels y Lenin. Somos partidarios de una revolución social contra el fascismo y la globalización. Nuestro objetivo es extender la lucha a todos los lugares del mundo. Nuestra ideología y nuestro proyecto político se basan en nuestra patria y en nuestro pueblo. Estamos con la gente y con el pueblo, es por ellos por lo que luchamos. El pueblo no quiere vivir bajo el yugo del fascismo, no quiere ser esclavo de un régimen fascista.
¿Qué forma de Estado defienden: un Estado independiente, socialista, o dentro de la Federación Rusa?
Nosotros somos partidarios de la amistad con los pueblos eslavos y soviéticos, así que también somos partidarios de la unión con Rusia y también de la unión con Ucrania, pero no con la Ucrania fascista actual.
No es común, al menos entre los políticos de Occidente, ver a un diputado con un arma en la mano luchando en el frente.
Hemos presenciado la muerte de civiles, mujeres, niños, y eso no se puede permitir. Por eso decidí unirme a la milicia, tomar las armas y luchar en el frente. Es inaceptable que los políticos estemos tranquilamente apoltronados mientras asesinan a civiles. Desde que comenzó la guerra, todos los sectores han hecho su aportación: los médicos, trabajadores, mineros, diputados y demás. Todos estamos con la lucha por este pueblo, por la defensa de nuestro pueblo.
Ya que también es comandante de la milicia, ¿cómo ve las perspectivas de la guerra? ¿Cómo valora el acuerdo de Minsk?
El Gobierno ucraniano teme perder este territorio, que es el único motivo para lanzar una ofensiva militar. El Gobierno sigue pensando que Simferópol y Crimea siguen siendo Ucrania y en Donbass les pasa algo similar. No hay alto el fuego y no quieren nada parecido.
¿Cuál es el objetivo: mantener el territorio actual y recuperar las partes de Donetsk y Lugansk bajo control de Ucrania o extenderse a todo lo que históricamente era Novorrusia?
Por el momento, queremos liberar Donetsk y Lugansk. Pero si Kherson, Odessa, Kharkov o cualquiera de las siete repúblicas que forman Novorrusia nos pidieran ayuda, estaríamos ahí para ofrecérsela. Eso lo tenemos claro. Liberaremos Novorrusia y estaremos del lado de Rusia, aunque a Ucrania no lo quiera. Puede que no sea a corto plazo, sino a medio o largo plazo; un año, dos años… no sé cuándo, pero conseguiremos liberar toda Novorrusia porque hay muchos comunistas que quieren liberar Novorrusia. Venceremos, de eso no me cabe duda.
El único sinónimo de "paz" a día de hoy es la "victoria de Novorrusia"
Los alrededores de Gorlovka
Artículo original en politicsnews.info
Traducción de Nahia Sanzo
El cruce Gorlovka-Enakievo está en primera línea del frente de defensa de Donbass: al este de estas dos ciudades, unidas en una gran aglomeración, hay una gran agrupación de fuerzas del Ejército Ucraniano, una amenaza real operativa.
El puesto de control es el puesto de vigilancia de la milicia en un cruce importante. La pequeña guarnición allí destinada está preparada para recibir a cualquiera que decida romper la frágil tregua.
"Tenemos el mejor té, con miel. ¿Quiere un poco?", nos recibe un miliciano. La guerra no ha amargado a esta gente. Al contrario, están dispuestos a compartir hasta las últimas migas con sus invitados o con sus vecinos.
"Nos entregaron carbón, así que avisamos a la población local para que viniera y cogiera algo", dice el comandante. "Una vez vino una mujer buscando ayuda: tenía siete hijos y no tenían nada para comer. Así que juntamos lo que teníamos y se lo dimos y nosotros nos tuvimos que apretar un poco el cinturón. Pero no pasa nada, podría ser peor…"
La población local reconoce a la milicia como su protección, aunque en un principio tuvieron que encontrar vías de entendimiento: no hay muchos dispuestos a que se establezca una instalación militar junto a sus casas. El sufrimiento ha unido a la gente: durante los bombardeos, la milicia ayudaría a los mayores y a los niños a llegar a un lugar seguro. Y gracias a la milicia se abrió también una cantina gratuita en un pueblo cercano durante los días del bloqueo. Otro de los méritos que se atribuye a la milicia es la promoción de un ambiente sano y moral en la zona.
"No hemos experimentado ni robos ni saqueos", dice el comandante. "Alcohólicos y drogadictos han hecho una cura de limpieza a base de trabajo, para beneficio de la defensa, aunque antes de que empezáramos era un problema común en Zhdanovka. Nosotros mismos no bebemos, todos estamos armados. No hay tiempo para beber, teniendo en cuenta que las posiciones del enemigo no están a más de dos kilómetros de aquí. Ayuda a los jóvenes del lugar a seguir nuestro ejemplo".
Hay un prolongado momento de calma en este sector del frente., pero la tensión se nota en cada momento. Los disparos están centrados en la zona de Gorlovka, Kurganka, Bessarabka, Golma, Mayorsk, Ozeryanovka, Panteleymonovka. Las bombas caen en zonas residenciales de Enakievo. Las topas punitivas disparan sobre Kirovskoe a diario y han destrozado el distrito 18. Dispararon artillería sobre Zhdanovka el domingo. Hace un tiempo, de madrugada, se escuchó el sonido de los cañonazos desde el puesto de control.
"Cuando las tropas punitivas tomaron la ciudad vecina, Uglegorsk, nos bombardearon durante dos semanas. Luego paró", dice el comandante. "Ya no disparan sobre nosotros, solo disparan a la población civil, aunque los ucranianos han filtrado las coordenadas de nuestro puesto de control en internet, incluyendo la localización de nuestros barracones. ¿Qué más se puede decir? Cuando disparaban en esta zona, golpearon la casa de un hombre: quemaron su coche y el granero y la verja voló a través de todo el terreno y fue a parar al lado opuesto del jardín. Y eso que era una verja de hierro y el jardín no es pequeño en absoluto".
"En verano, cuando estábamos destinados en Uglegorsk, vi con mis propios ojos como un cohete ucraniano hizo trizas a un niño. Solo tenía unos seis años", dice un miliciano. "¿Esto es normal? En los puestos de control ucranianos preguntan a la gente cuándo empieza el curso escolar. ¿Por qué? ¿Para eliminarnos matando a nuestros hijos? ¡Eso solo nos pondrá más furiosos! Si tienen tantas ganas de luchar, deberían luchar contra nosotros. Tienen ventaja numérica, ¿por qué no empiezan la lucha cuerpo a cuerpo? No, no son lo suficientemente valientes para la batalla cuerpo a cuerpo. Prefieren disparar con artillería.
Algunos de quienes ahora defienden el puesto de control participaron en una batalla desequilibrada con las tropas punitivas en las calles de Uglegorsk.
"Había unos pocos de nosotros, unos 80. No teníamos tanques ni blindados, solo mortero y fusiles", recuerda el miliciano. "Aguantamos el asalto enemigo durante más de seis horas. El comandante dio orden de retirada a quienes ya no tenían munición. Los que seguían teniendo munición aguantaron sus posiciones. Los ucranianos dispararon deliberadamente contra la ambulancia cuando se llevaba a los heridos, directamente a la "cruz roja". Al día siguiente la prensa ucraniana celebraba que habían derrotado a las fuerzas especiales rusas. Pero no había fuerzas especiales, solo la población local".
Aquí se conoce la crueldad de las fuerzas punitivas de primera mano. El amigo de un miliciano fue brutalmente asesinado:
"Tenía un vecino en el pueblo de Kommunar, cerca de Nizhnyaya Krynka. Tenía 19 años y solíamos hablar de muchas cosas, algo poco común con la juventud de hoy en día. Nos ayudó a cavar trincheras y por eso le mataron a él y le robaron el coche a su padre".
La población local se ha quejado a la milicia en numerosas ocasiones de que los soldados de la Guardia Nacional tratan de chantajear a los pensionistas en los puestos de control ucranianos. Pegan a quienes no están dispuestos a pagar y luego esa gente tiene que gastarse el dinero en tratamiento médico. Pero el viaje a través del frente en taxi, por ejemplo hasta Artemovsk, cuesta 500 hryvnias, ¡que es la mitad de la pensión!
La prensa ha repetido que en ocasiones los fascistas se encuentran bajo los efectos de narcóticos. Así lo recuerda un miliciano:
"En Uglegorsk le di a un soldado directo en el caso y él simplemente se lo ajustó y siguió, como un robot. Le di a su chaleco antibalas y siguió adelante como si nada. Un hombre normal al menos se habría agachado al ver que disparaban en esa dirección. En Enakievo capturamos a un ucraniano cuando se estaba bebiendo una cerveza. Le habíamos disparado en las piernas y ni se inmutó. Es algo que causa un dolor terrible, ¡y ni se inmutó!"
Hombres de diferentes profesiones sirven en el puesto. En la vida civil eran mineros, trabajadores de la construcción, de la metalurgia. Hay jóvenes y no tan jóvenes. Un hombre tiene casi 70 años, pero su coraje es de envidiar: luchó sin descanso en los días más duros. Solo hay un deseo para esta gente: "Expulsar al enemigo y seguir trabajando". Los residentes vuelven al pueblo. Confían en los defensores de Donbass y creen en el Estado que nace. Tendrán que trabajar para restablecer el día a día en primera línea del frente. La guerra ya se ha convertido en rutina para todos. Como dicen los milicianos, la peor parte es que los niños se han acostumbrado a la guerra y que ya saben distinguir de qué dirección disparan los cañones.
Deseo que Donbass se acostumbre a la vida en paz lo antes posible. Pero el único sinónimo de "paz" a día de hoy es la "victoria de Novorrusia".
"El ser humano no tiene ningún límite y menos en guerra"
Charla en la que Ramiro Gómez y otros dos activistas humanitarios españoles hablan en profundidad sobre la crisis ucraniana, desde la situación política hasta lo que es el día a día en la guerra. En la charla, grabada en Zaragoza a finales de octubre, los voluntarios hablan con naturalidad de las causas del conflicto en el este del país, incidiendo en las protestas de Maidan y el Gobierno que salió de ellas, la masacre de Odessa, el papel real de la extrema derecha o el papel de la propaganda y del nacionalismo en la creación del odio que ha llevado a una parte del país a luchar contra la otra.
Sin esconder su punto de vista ni su ideología, los voluntarios no esconden tampoco lo variado de la formación de las milicias, en la que los defensores del mundo ruso, ultraortodoxos o portadores de símbolos del Imperio Ruso luchan codo con codo junto a anarquistas, comunistas o portadores de simbología soviética. "Es raro, porque se mataron unos a otros", dice uno de ellos. Aunque de ideología de izquierdas, no dudan en resaltar la figura de Strelkov como el primer líder de los rebeldes y como organizador de lo que comenzó como una serie de grupos dispersos y que, a medida que ha avanzado el tiempo se va convirtiendo en un ejército.
Sin duda la parte más interesante de la charla es la referida a la experiencia personal sobre el terreno. Con total naturalidad y sin omitir detalles, Ramiro explica, como hace habitualmente en esta serie de charlas que el grupo vienen realizando por diferentes localidades de la geografía española, cómo es el día a día bajo los bombardeos del ejército ucraniano, cómo actuar en caso de encontrarse bajo la artillería enemiga o el proceso que a diario hay que seguir para asegurarse de saber, en todo momento, cuál es la posición de la artillería para poder así responder con rapidez en caso de un ataque.
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