Alfonso, un amable compañero de la Bola, reenvió mi artículo a sus contactos, y yo volví a leer lo que algún día le envié a Mancera, y sigo pensando igual que el rollo que me eché allí. Recordé con gusto los dos videítos tzotziles y no sólo sigo apoyando lo que ahí escribí. sino que refuerzo con más NECESIDAD de que la Ciudad de México (ahora sí escrita "Ciudad" con "C" mayúscula), sea descentralizada por el bien de quienes ahí viven o sobreviven... Sería un descanso que de menos unas secretarías se fueran a otros estados, como lo
propongo al final de este escrito que reenvío como uno solo con los cartones acostumbrados porque seguro muchos han tomado el puentecito para irse a pasear, como no, si...
Sus Señorías, Senadores y Diputados, se toman casi dos meses de vacaciones
:
REFORMA POLÍTICA DEL DF -- Magú
FUTURISMO TELENOVELERO -- Rocha
Abajo, lo que escribió Alfonso:
Subject: EL GENTILICIO DE LOS EX-"DEFEÑOS"
To:
Hola todos. Antes que nada, feliz (y largo) fin de semana.
Les copio y pego una carta que escribió una distinguida y culta amiga mía, nacida en la Ciudad de México y que desde hace años radica en Guadalajara.
Me pareció oportuno enviárselas ahora que está en la plaza pública el tema del cambio de estatuto jurídico (a entidad federativa) del Distrito Federal.
Yo soy originario de Mérida, Yucatán, pero "chilango" por adopción, pasión, admiración y sentido de pertenencia e identidad. Una Ciudad espléndida, hermosa, de avanzada social, plural, llena de arte, música, cultura...aunque el costo de vivir aquí sea lo caótica en que ha devenido, con sus arterias y venas viales esclerotizadas y centro de la protesta nacional por las barbaridades de los gobernantes de los tres niveles de gobierno, desde Iguala a Tamaulipas y toda la Federación. También yo, como Silvia he escrito vanamente sin entender qué hacen en la Ciudad de México la CFE (sus oficinas centrales), PEMEX, el IMSS, SAGARPA, y casi todas las demás. Solo deberían quedar, del ámbito federal, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial sin toda su parafernalia, cortes y séquitos.
Me queda claro que no estoy hecho para vivir en provincia; necesito sentir que me rodea la vitalidad y fuerza de esta Ciudad en conflicto permanente que demanda mucho de sus habitantes y que sabremos demandar a los gobiernícolas.
En tanto siga creciendo como lo hace ahora el parque vehicular, edificios monstruosos, entidades parkinsonianas de las ya existentes (varias deberían desaparecer), no habrá solución en el medio plazo a problemas como el agua, la movilidad, la contaminación, el abasto en general.
Va la carta:
***********************************************************************************
Sr. Miguel Mancera:
Le ruego que lea esto que le escribe una muy triste mujer que nació en la Ciudad de México y que no tiene gentilicio…
Nunca nadie (por favor, leerlo así, con tono de lamento), nos ha dado nombre al montón de nacidos en esta ciudad que es de las tres más grandes del mundo y la más grande del mundo hispano-hablante, y ¡no tenemos nombre!, ¿no le parece esto espantoso? Y pensar que quizás esta molesta situación pudiera estar bajo su jurisdicción y tuviera en su mano la facultad de alegrar a los millones que nacimos ahí y no tenemos nombre.
Desde que yo nací, ya hace unos buenos añitos, cuando todavía se veían claramente los volcanes al abrir las ventanas de mi casa y usted todavía ni nacía, no tenemos gentilicio. Ahora que usted gobierna esta hermosísima ciudad, aunque ya no pueda ver los volcanes diario, por favor, déjenos un nombre antes de soltar este cargo que llevó a sus antecesores, López Obrador y Ebrard a merecer los primeros lugares como alcaldes en el mundo a pesar del bronconón que significa ser jefe de gobierno de una ciudad tan complicada y a pesar de que no se les ocurrió dejarnos un nombre.
Yo, que tanto compadezco de los gringos porque, a pesar de ser el país más poderoso del mundo, los pobres no tienen nombre y tienen que volarse el nombre de nuestro continente para de paso llamarse "americanos", un gentilicio que le corresponde a casi 50 otros países que también somos de América y pensar que nosotros, los nacidos en la Ciudad de México, ni aún volado tenemos uno.
Tendría usted que haber oído al maestro Gutierre Tibón cómo contaba esta barbaridad con singular encanto… Y no vaya a creer, señor Mancera, que fue Gutierre o yo que inventamos que nuestros vecinos no tienen nombre; ellos mismos se percataron de su error, hace tiempo; inclusive un columnista de la revista New York Times, hizo una encuesta donde le llegaban cientos de contribuciones, de todo tipo, como unisian, usatian, columbrad, colombian…, tantas, pero nada cuajó, seguro porque a ellos les conviene "ser" América" y llamarse "americanos" o su alcalde no le llegaría a usted ni a los tobillos.
¿No le ha tocado a usted, señor Mancera, subirse a un avión que vaya de México a Estados Unidos y que al "amable" piloto se le ocurra informar: "Estamos pasando sobre la frontera de América" y uno dice: "Ay, güey, pues qué andaba yo en África…" Y, ¡chin!, que igual pasa aquí, cuando decimos: "Voy a México", y más de alguno podría decirnos: "Estás en México, baboso". Y si le concretamos que vamos a la Ciudad de México, dirá, y con razón: "¿A cuál ciudad de México?". Así, señor Mancera, se podría compadecer hasta de usted mismo que nació ahí. Pero como la bronca no es tanto cambiarle el nombre a nuestra ciudad ni siquiera para que fuera Tenochtitlán o Anáhuac o Aztlán, qué oso, porque además México es un nombre precioso, lo único que yo digo, es que nos cambie eso de "chilango" o "defeño", por algún nombre en serio, no un invento de no sé quién.
Para no regarla respecto en dónde nació usted, quise comprobar en Google y me salió esto:
Así noto que apenas hace unos días fue su cumpleaños, ¡FELICIDADES!
Pues ya que cumplió un año más, podrá entender mejor, ja ja, estas elucubraciones gentilicias…
Y es que realmente se siente uno como poca cosa que venga una persona de Monterrey, como el director de este SDP y se jacte de que él es regiomontano, a pesar del desastre de ciudad que les dejó el sexenio pasado, y además haciéndose un poco "menos", ya que muchos habitantes de esa ciudad se adornan de "regios"…
Oiga, señor Mancera, yo vivo en Guadalajara, aquí, tienen hasta los ojos tapatíos, y son jaliscienses y despectivamente son jalisquillos, pero todos se pueden nombrar. Y los de la antigua Tenochtitlán, nos dicen "chilangos". Chilango es una payasada de la voz maya "xilaan" que los veracruzanos utilizan para referirse a un "pelado de la capital" y que tenga el pelo encrespado. Pero si el pelo de los de nuestra ciudad lo tienen parado, no sé si por herencia o por tener que aceptar lo de chilango.
Abajo le pongo lo que fue la región más transparente, que, en su libro, Carlos Fuentes, la describiera como "perra y aletargada"… Ufff. Vea, por favor la belleza de este lugar que los mismos españoles se quedaron con la boca abierta y dijeran lo que dejo aquí abajo:
La bella imagen que aparece arriba, corresponde a una recreación pictográfica de la Gran Tenochtitlan, tal como se supone que lucía poco antes de la llegada de los conquistadores españoles en 1519. Esta pintura al óleo de Luis Covarrubias se encuentra (sin números, ¡claro está!) en el Museo de la Ciudad de México y muestra una vista aérea de la gran ciudad mexica y sus grandes lagos vistos desde el poniente. Como puntos de referencia aparecen numerados como sigue: 1.- Centro Ceremonial, sede del Templo Mayor, 2.- Centro comercial y ceremonial de Tlatelolco, 3.- Calzada a Tlacopan y Tacuba, 4.- Calzada a Tepeyacac, 5.- Calzada Iztapalapa y Xochimilco, 6.- cerro del Peñón parcialmente sumergido, 7.- Albarrada de Netzahualcoyotl, 8.- Lago de Texcoco, 9.- Lago de México, 10.- Texcoco. Oprima aquí para ver la imagen ampliada y sin números.
¿Por qué México ha tenido que padecer tanta destrucción, tanta entrega, tanta vejación, cuando que los mismos españoles, en la conquista se quedaron extasiados de este lugar? Sólo para recordar copio un extracto de lo escrito por Bernal Díaz del Castillo:
Aunque los conquistadores españoles debieron tener una extraordinaria visión de los grandes lagos y ciudades que conformaban el Valle de México desde que lograron cruzar entre los volcanes, una visión cercana de la Gran Tenochtitlan no pudieron tenerla hasta que llegaron al poblado de Iztapalapa y posiblemente observándola desde el Cerro de la Estrella o el Cerro de Sta. Catarina.
Pero veamos primero que es lo que vieron y comentaron cuando, después de bordear el lago desde Chalco llegaron hasta Mizquic y después decidieron cruzarlo a través del Dique de Cuitlahuac:
Bernal Díaz del Castillo dice en relación con Mizquic:
«...e fuimos a dormir a otro pueblo que está poblado en la laguna y que me parece se dice Mezquique [Mizquic] que después se puso nombre Venezuela y tenía tantas torres y grandes cúes que blanqueaban, y el cacique de él y principales nos hicieron mucha honra... »
Y al siguiente día una vez que partieron con rumbo a Iztapalapa:
«... Y otro día por la mañana llegamos a la calzada ancha y vamos camino de Iztapalapa. Y desde que vimos tantas ciudades y villas pobladas en el agua, y en tierra firme otras grandes poblazones, y aquella calzada tan derecha y por nivel como iba a México, nos quedamos admirados y decíamos que aquello parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en el libro de Amadís, por las grandes torres y cúes y edificios que tenían dentro en el agua y todos de calicanto y aun algunos de nuestros soldados decían que si aquello que veían si era entre sueños, y no es de maravillar que yo escriba aquí de esta forma porque hay mucho que ponderar en ello que no se como lo cuente: ver cosas nunca oídas, ni aun soñadas como veíamos ...»
Ya sé que usted, señor Mancera, y quienes viven ahí ahora, a pesar de todo, más que un nombre, desearían volver a ver los volcanes como antes…, sé que esto es un tema de contaminación y que no le escribo para eso, pero sí podría darle un codazo al que ahora resultó "presidente" y decirle que sólo descentralice la capital. Imagínese, ¿qué carambas hace la Secretaría de Marina en nuestra Ciudad? Éstos deberían estar frente al mar con todo y sus burócratas. ¿Y la de Agricultura?, al norte. Salvo la de Gobernación, todas podrían despejar la capital y son tantas…, sólo comunicarse con monitores, en una sala, como hacen los estadounidenses. Pa' fuera con todo y tiliches; a poblar los estados pequeños. A los campesinos darles subsidios para que siembren el campo que está abandonado. Esto podría ayudar a que la gente no viva apeñuscada y matándose. Los experimentos con ratas demuestran que están muy tranquilas en una caja mientras son dos o tres y hasta cuatro, pero una vez que colocan más ratas, empiezan a agredirse y hasta se matan, igualito que en nuestra ciudad, vaya, ahora ya les cuelgan el milagro hasta que los perros matan gente, los de cuatro patas.
Pero, ya me distraje, perdón por la divagación. Regreso al nombre, no sin antes recordar que en Brasil, fue la capital la que mandaron a otro lugar poniéndole el nombre de "Brasilia" y llamando a éstos, "brasilienses"…
Se ha puesto usted a pensar que el pobre "presidente", al que recientemente se le acabó el veinte y ahora dizque empaca para irse a Harvard, como casi en todo la regaba, nadie lo peló cuando se le ocurrió cambiarle el nombre a México, y eso que ahí se echó su excepción. La propuesta fue magnífica. ¿Qué diablos tenemos que estarle copiando a los gringos eso de "Estados Unidos"? Sólo habrá que saber que todos los países latinoamericanos somos repúblicas
–Belice, no, oficialmente-. Pero ahí está México de copión y luego de un país que no tiene nombre. Unos estados que dizque están "unidos" en América… No, no, no, señor Mancera, ya sé que usted no tiene la culpa de esta regada de caldo, pero sí puede usted arreglarnos el nombre a República de México, como debe ser, y de paso una identidad al capitalino. Tendría también que echarle un pitazo ahí al nuevo mandatario de este deteriorado país, ay, pobre, pues su estado, tampoco tiene nombre. Así, como sin darnos cuenta, se agenciaron lo de "mexiquenses", pero su estado, nada. Así que si esta función le tocara al presidente, no le caería nada mal arreglar también el nombre de su estado. Porque cae en la misma aberración de que ¿cuál estado de México"? ¡Son 32! Están como los gringos. Podrían ponerle Toluca a su estado, aunque a él, seguro le gustaría más, Atlacomulco…
Pero, como a mí mis timbres me jalan a "mi" Ciudad, vuelvo al nombre de la gente que nació en la Ciudad de la cual es usted Jefe de Gobierno y que necesita un nombre para identificarse mejor con el resto de nuestros congéneres en el mundo.
¡República de México!, nada de "Estados Unidos Mexicanos". Y con su capital llamada México, D. F., pero con un gentilicio que defina a los habitantes de ésta.
¿Qué tal si propusiera usted un concurso?, hasta podría "ocuparnos" en algo más productivo que sólo estar leyendo noticias de matazones. Yo, Silvia, ya podría decirle a un "tapatío", pues yo soy "azteca" o "mexica", con pronunciación "sh" y acentuada grave, como todos los vocablos en náhuatl, por dar un ejemplo, y no salir con la batea de babas, "soy chilanga". Desde antaño, un sinnúmero de frailes, escritores y cronistas han opinado sobre el nombre de México, como la de Cristóbal del Castillo que es tan poética: "Lugar de los hijos de la luna", sólo por mencionar uno más de los significados que tiene México además de nopales, tunas, magueyes, ombligos, luna, conejos...
Pero si un cuate viene y asegura que él es capetibuvenseeso, pues ni modo, así es, porque el tipo nació en Cabeza de Buey en España y ése es su gentilicio. De hecho, aquí, en México, les dicen mexicalenses a los de Mexicali y aceptan que les digan chachanillas. Y en Nicaragua, que son nicaragüenses, no se quejan tampoco que les digan "nicas".
Pero nosotros "defeños" o "chilangos", no, no, no. La capital de México merece un nombre maravilloso, que seguramente los conocedores de las 182 lenguas diferentes que existen en nuestro país, desde Colorado hasta Nicaragua, donde están incluidos el náhuatl, otomí, maya, tarasco, seri, chontal, hasta dialectos como el hermosísimo tzotzil, bien podrían escoger un vocablo digno, fuerte, tranquilo y hermoso, como lo amerita esta ciudad. Capaz que hasta nos lo creemos.
Le mando una ternura de tzotziles: http://youtu.be/0wFwg41Od7g
No propongo que el gentilicio sea en español porque México es voz náhuatl y dado el significado de México como "el ombligo de la luna" o "el ombligo del conejo" podrían en un momento dado decirnos "ombligo", ¿si a usted, señor Mancera, le dijeran que es "ombligo", estaría feliz? Aunque sea de la luna o del conejo… Porque de que nos digan "ombligo" y se burlen de uno a ser "federal", mejor que salgan corriendo con éste segundo nombrecito. Digo, porque "defeño" es un defecto espantoso.
No crea, señor Mancera que si insisto en usar un nombre náhuatl, sea necedad mía; no me quejo de tener el español como lengua materna, una lengua romance, igual que el francés, el italiano, portugués y hasta rumano, es preciosa, tanto, que muchos cristianos aseguran que es el idioma con el que se le habla a Dios… y pueda ser, sólo que quizás no han escuchado que Dios contesta en náhuatl… Oiga, señor Mancera, ¿ha oído a los indígenas hablar en náhuatl? Ésa es la lengua que Dios ha escogido para responderles. Es tal como lo expresa su significado, "lengua armoniosa que agrada al oído". Así que la propuesta de que sea en náhuatl es, primero, porque "Mexico" es voz náhuatl, y segundo porque sería la mejor forma de saldar la deuda moral que México tiene con su propia cultura.
A veces se olvida cómo se oye el náhuatl, aquí le mando un poema de Nezahualcóyotl dicho por un chiquito. Sólo habrá que dar clic en: http://youtu.be/23dpnByHFOA
Sólo como una "nota", tengo que compartirle, señor, que "entre maestros te veas", pero la versión de "el ombligo de la luna", que me daba Gutierre Tibón, hizo que don Clemente Orozco –hijo-, que vive aquí en Guadalajara, la desdeñara diciéndome que Gutierre estaba "chiflado"… Cosa que me dio mucha risa. Y si le agrego que mi maestro de Literatura Dante Medina asegura que el español no viene del latín… Ya es demasiado para una pobre mujer que lo único que pide es poder anotar bajo "Ciudadanía", algún nombre correcto.
Señor Mancera, para que todos pudiéramos escoger de entre las joyas de proposiciones que seguramente recibiría usted, creo que tendría que formar un plebiscito.
Y para ya no quitarle más su atareado tiempo, señor, por favor, anímese y llame a concursar a los estudiosos. Al corregir esta deficiencia, nos haría felices a todos y todos ganaríamos: los que participen en el concurso, los que obtengamos por fin un gentilicio, y usted, porque quedará inscrito en los libros de Historia como el gobernador que por fin permite que los habitantes de esta enorme ciudad-capital, cuenten con un gentilicio que nos permita identificarnos con dignidad.
Confieso, señor Mancera, que busqué en un diccionario náhuatl, cómo decir su nombre, pero no existen los sonidos b, d, r, v, f, ni g ni j. En algún lado vi que ponían "ángel", y esto seguramente se les quedó en náhuatl cuando los conquistadores forzaron a los indígenas a convertirse en cristianos y a hablar castellano. Lo que sí puedo decirle es que quizás le estoy provocando un tzontecontetecuiquiliztli, en náhuatl: fuerte dolor de cabeza.
Perdón por el tzontecontetecuicaliztli (también se puede escribir así), y gracias por adelantado por lo que pueda hacer por esta triste mujer que nació en la hermosísima Ciudad de México y que igual que otros millones, no tiene gentilicio, aunque ella sí tenga nombre,
Silvia.
Les copio y pego una carta que escribió una distinguida y culta amiga mía, nacida en la Ciudad de México y que desde hace años radica en Guadalajara.
Me pareció oportuno enviárselas ahora que está en la plaza pública el tema del cambio de estatuto jurídico (a entidad federativa) del Distrito Federal.
Yo soy originario de Mérida, Yucatán, pero "chilango" por adopción, pasión, admiración y sentido de pertenencia e identidad. Una Ciudad espléndida, hermosa, de avanzada social, plural, llena de arte, música, cultura...aunque el costo de vivir aquí sea lo caótica en que ha devenido, con sus arterias y venas viales esclerotizadas y centro de la protesta nacional por las barbaridades de los gobernantes de los tres niveles de gobierno, desde Iguala a Tamaulipas y toda la Federación. También yo, como Silvia he escrito vanamente sin entender qué hacen en la Ciudad de México la CFE (sus oficinas centrales), PEMEX, el IMSS, SAGARPA, y casi todas las demás. Solo deberían quedar, del ámbito federal, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial sin toda su parafernalia, cortes y séquitos.
Me queda claro que no estoy hecho para vivir en provincia; necesito sentir que me rodea la vitalidad y fuerza de esta Ciudad en conflicto permanente que demanda mucho de sus habitantes y que sabremos demandar a los gobiernícolas.
En tanto siga creciendo como lo hace ahora el parque vehicular, edificios monstruosos, entidades parkinsonianas de las ya existentes (varias deberían desaparecer), no habrá solución en el medio plazo a problemas como el agua, la movilidad, la contaminación, el abasto en general.
Va la carta:
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Sr. Miguel Mancera:
Le ruego que lea esto que le escribe una muy triste mujer que nació en la Ciudad de México y que no tiene gentilicio…
Nunca nadie (por favor, leerlo así, con tono de lamento), nos ha dado nombre al montón de nacidos en esta ciudad que es de las tres más grandes del mundo y la más grande del mundo hispano-hablante, y ¡no tenemos nombre!, ¿no le parece esto espantoso? Y pensar que quizás esta molesta situación pudiera estar bajo su jurisdicción y tuviera en su mano la facultad de alegrar a los millones que nacimos ahí y no tenemos nombre.
Desde que yo nací, ya hace unos buenos añitos, cuando todavía se veían claramente los volcanes al abrir las ventanas de mi casa y usted todavía ni nacía, no tenemos gentilicio. Ahora que usted gobierna esta hermosísima ciudad, aunque ya no pueda ver los volcanes diario, por favor, déjenos un nombre antes de soltar este cargo que llevó a sus antecesores, López Obrador y Ebrard a merecer los primeros lugares como alcaldes en el mundo a pesar del bronconón que significa ser jefe de gobierno de una ciudad tan complicada y a pesar de que no se les ocurrió dejarnos un nombre.
Yo, que tanto compadezco de los gringos porque, a pesar de ser el país más poderoso del mundo, los pobres no tienen nombre y tienen que volarse el nombre de nuestro continente para de paso llamarse "americanos", un gentilicio que le corresponde a casi 50 otros países que también somos de América y pensar que nosotros, los nacidos en la Ciudad de México, ni aún volado tenemos uno.
Tendría usted que haber oído al maestro Gutierre Tibón cómo contaba esta barbaridad con singular encanto… Y no vaya a creer, señor Mancera, que fue Gutierre o yo que inventamos que nuestros vecinos no tienen nombre; ellos mismos se percataron de su error, hace tiempo; inclusive un columnista de la revista New York Times, hizo una encuesta donde le llegaban cientos de contribuciones, de todo tipo, como unisian, usatian, columbrad, colombian…, tantas, pero nada cuajó, seguro porque a ellos les conviene "ser" América" y llamarse "americanos" o su alcalde no le llegaría a usted ni a los tobillos.
¿No le ha tocado a usted, señor Mancera, subirse a un avión que vaya de México a Estados Unidos y que al "amable" piloto se le ocurra informar: "Estamos pasando sobre la frontera de América" y uno dice: "Ay, güey, pues qué andaba yo en África…" Y, ¡chin!, que igual pasa aquí, cuando decimos: "Voy a México", y más de alguno podría decirnos: "Estás en México, baboso". Y si le concretamos que vamos a la Ciudad de México, dirá, y con razón: "¿A cuál ciudad de México?". Así, señor Mancera, se podría compadecer hasta de usted mismo que nació ahí. Pero como la bronca no es tanto cambiarle el nombre a nuestra ciudad ni siquiera para que fuera Tenochtitlán o Anáhuac o Aztlán, qué oso, porque además México es un nombre precioso, lo único que yo digo, es que nos cambie eso de "chilango" o "defeño", por algún nombre en serio, no un invento de no sé quién.
Para no regarla respecto en dónde nació usted, quise comprobar en Google y me salió esto:
Así noto que apenas hace unos días fue su cumpleaños, ¡FELICIDADES!
Pues ya que cumplió un año más, podrá entender mejor, ja ja, estas elucubraciones gentilicias…
Y es que realmente se siente uno como poca cosa que venga una persona de Monterrey, como el director de este SDP y se jacte de que él es regiomontano, a pesar del desastre de ciudad que les dejó el sexenio pasado, y además haciéndose un poco "menos", ya que muchos habitantes de esa ciudad se adornan de "regios"…
Oiga, señor Mancera, yo vivo en Guadalajara, aquí, tienen hasta los ojos tapatíos, y son jaliscienses y despectivamente son jalisquillos, pero todos se pueden nombrar. Y los de la antigua Tenochtitlán, nos dicen "chilangos". Chilango es una payasada de la voz maya "xilaan" que los veracruzanos utilizan para referirse a un "pelado de la capital" y que tenga el pelo encrespado. Pero si el pelo de los de nuestra ciudad lo tienen parado, no sé si por herencia o por tener que aceptar lo de chilango.
Abajo le pongo lo que fue la región más transparente, que, en su libro, Carlos Fuentes, la describiera como "perra y aletargada"… Ufff. Vea, por favor la belleza de este lugar que los mismos españoles se quedaron con la boca abierta y dijeran lo que dejo aquí abajo:
La bella imagen que aparece arriba, corresponde a una recreación pictográfica de la Gran Tenochtitlan, tal como se supone que lucía poco antes de la llegada de los conquistadores españoles en 1519. Esta pintura al óleo de Luis Covarrubias se encuentra (sin números, ¡claro está!) en el Museo de la Ciudad de México y muestra una vista aérea de la gran ciudad mexica y sus grandes lagos vistos desde el poniente. Como puntos de referencia aparecen numerados como sigue: 1.- Centro Ceremonial, sede del Templo Mayor, 2.- Centro comercial y ceremonial de Tlatelolco, 3.- Calzada a Tlacopan y Tacuba, 4.- Calzada a Tepeyacac, 5.- Calzada Iztapalapa y Xochimilco, 6.- cerro del Peñón parcialmente sumergido, 7.- Albarrada de Netzahualcoyotl, 8.- Lago de Texcoco, 9.- Lago de México, 10.- Texcoco. Oprima aquí para ver la imagen ampliada y sin números.
¿Por qué México ha tenido que padecer tanta destrucción, tanta entrega, tanta vejación, cuando que los mismos españoles, en la conquista se quedaron extasiados de este lugar? Sólo para recordar copio un extracto de lo escrito por Bernal Díaz del Castillo:
Aunque los conquistadores españoles debieron tener una extraordinaria visión de los grandes lagos y ciudades que conformaban el Valle de México desde que lograron cruzar entre los volcanes, una visión cercana de la Gran Tenochtitlan no pudieron tenerla hasta que llegaron al poblado de Iztapalapa y posiblemente observándola desde el Cerro de la Estrella o el Cerro de Sta. Catarina.
Pero veamos primero que es lo que vieron y comentaron cuando, después de bordear el lago desde Chalco llegaron hasta Mizquic y después decidieron cruzarlo a través del Dique de Cuitlahuac:
Bernal Díaz del Castillo dice en relación con Mizquic:
«...e fuimos a dormir a otro pueblo que está poblado en la laguna y que me parece se dice Mezquique [Mizquic] que después se puso nombre Venezuela y tenía tantas torres y grandes cúes que blanqueaban, y el cacique de él y principales nos hicieron mucha honra... »
Y al siguiente día una vez que partieron con rumbo a Iztapalapa:
«... Y otro día por la mañana llegamos a la calzada ancha y vamos camino de Iztapalapa. Y desde que vimos tantas ciudades y villas pobladas en el agua, y en tierra firme otras grandes poblazones, y aquella calzada tan derecha y por nivel como iba a México, nos quedamos admirados y decíamos que aquello parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en el libro de Amadís, por las grandes torres y cúes y edificios que tenían dentro en el agua y todos de calicanto y aun algunos de nuestros soldados decían que si aquello que veían si era entre sueños, y no es de maravillar que yo escriba aquí de esta forma porque hay mucho que ponderar en ello que no se como lo cuente: ver cosas nunca oídas, ni aun soñadas como veíamos ...»
Ya sé que usted, señor Mancera, y quienes viven ahí ahora, a pesar de todo, más que un nombre, desearían volver a ver los volcanes como antes…, sé que esto es un tema de contaminación y que no le escribo para eso, pero sí podría darle un codazo al que ahora resultó "presidente" y decirle que sólo descentralice la capital. Imagínese, ¿qué carambas hace la Secretaría de Marina en nuestra Ciudad? Éstos deberían estar frente al mar con todo y sus burócratas. ¿Y la de Agricultura?, al norte. Salvo la de Gobernación, todas podrían despejar la capital y son tantas…, sólo comunicarse con monitores, en una sala, como hacen los estadounidenses. Pa' fuera con todo y tiliches; a poblar los estados pequeños. A los campesinos darles subsidios para que siembren el campo que está abandonado. Esto podría ayudar a que la gente no viva apeñuscada y matándose. Los experimentos con ratas demuestran que están muy tranquilas en una caja mientras son dos o tres y hasta cuatro, pero una vez que colocan más ratas, empiezan a agredirse y hasta se matan, igualito que en nuestra ciudad, vaya, ahora ya les cuelgan el milagro hasta que los perros matan gente, los de cuatro patas.
Pero, ya me distraje, perdón por la divagación. Regreso al nombre, no sin antes recordar que en Brasil, fue la capital la que mandaron a otro lugar poniéndole el nombre de "Brasilia" y llamando a éstos, "brasilienses"…
Se ha puesto usted a pensar que el pobre "presidente", al que recientemente se le acabó el veinte y ahora dizque empaca para irse a Harvard, como casi en todo la regaba, nadie lo peló cuando se le ocurrió cambiarle el nombre a México, y eso que ahí se echó su excepción. La propuesta fue magnífica. ¿Qué diablos tenemos que estarle copiando a los gringos eso de "Estados Unidos"? Sólo habrá que saber que todos los países latinoamericanos somos repúblicas
–Belice, no, oficialmente-. Pero ahí está México de copión y luego de un país que no tiene nombre. Unos estados que dizque están "unidos" en América… No, no, no, señor Mancera, ya sé que usted no tiene la culpa de esta regada de caldo, pero sí puede usted arreglarnos el nombre a República de México, como debe ser, y de paso una identidad al capitalino. Tendría también que echarle un pitazo ahí al nuevo mandatario de este deteriorado país, ay, pobre, pues su estado, tampoco tiene nombre. Así, como sin darnos cuenta, se agenciaron lo de "mexiquenses", pero su estado, nada. Así que si esta función le tocara al presidente, no le caería nada mal arreglar también el nombre de su estado. Porque cae en la misma aberración de que ¿cuál estado de México"? ¡Son 32! Están como los gringos. Podrían ponerle Toluca a su estado, aunque a él, seguro le gustaría más, Atlacomulco…
Pero, como a mí mis timbres me jalan a "mi" Ciudad, vuelvo al nombre de la gente que nació en la Ciudad de la cual es usted Jefe de Gobierno y que necesita un nombre para identificarse mejor con el resto de nuestros congéneres en el mundo.
¡República de México!, nada de "Estados Unidos Mexicanos". Y con su capital llamada México, D. F., pero con un gentilicio que defina a los habitantes de ésta.
¿Qué tal si propusiera usted un concurso?, hasta podría "ocuparnos" en algo más productivo que sólo estar leyendo noticias de matazones. Yo, Silvia, ya podría decirle a un "tapatío", pues yo soy "azteca" o "mexica", con pronunciación "sh" y acentuada grave, como todos los vocablos en náhuatl, por dar un ejemplo, y no salir con la batea de babas, "soy chilanga". Desde antaño, un sinnúmero de frailes, escritores y cronistas han opinado sobre el nombre de México, como la de Cristóbal del Castillo que es tan poética: "Lugar de los hijos de la luna", sólo por mencionar uno más de los significados que tiene México además de nopales, tunas, magueyes, ombligos, luna, conejos...
Pero si un cuate viene y asegura que él es capetibuvenseeso, pues ni modo, así es, porque el tipo nació en Cabeza de Buey en España y ése es su gentilicio. De hecho, aquí, en México, les dicen mexicalenses a los de Mexicali y aceptan que les digan chachanillas. Y en Nicaragua, que son nicaragüenses, no se quejan tampoco que les digan "nicas".
Pero nosotros "defeños" o "chilangos", no, no, no. La capital de México merece un nombre maravilloso, que seguramente los conocedores de las 182 lenguas diferentes que existen en nuestro país, desde Colorado hasta Nicaragua, donde están incluidos el náhuatl, otomí, maya, tarasco, seri, chontal, hasta dialectos como el hermosísimo tzotzil, bien podrían escoger un vocablo digno, fuerte, tranquilo y hermoso, como lo amerita esta ciudad. Capaz que hasta nos lo creemos.
Le mando una ternura de tzotziles: http://youtu.be/0wFwg41Od7g
No propongo que el gentilicio sea en español porque México es voz náhuatl y dado el significado de México como "el ombligo de la luna" o "el ombligo del conejo" podrían en un momento dado decirnos "ombligo", ¿si a usted, señor Mancera, le dijeran que es "ombligo", estaría feliz? Aunque sea de la luna o del conejo… Porque de que nos digan "ombligo" y se burlen de uno a ser "federal", mejor que salgan corriendo con éste segundo nombrecito. Digo, porque "defeño" es un defecto espantoso.
No crea, señor Mancera que si insisto en usar un nombre náhuatl, sea necedad mía; no me quejo de tener el español como lengua materna, una lengua romance, igual que el francés, el italiano, portugués y hasta rumano, es preciosa, tanto, que muchos cristianos aseguran que es el idioma con el que se le habla a Dios… y pueda ser, sólo que quizás no han escuchado que Dios contesta en náhuatl… Oiga, señor Mancera, ¿ha oído a los indígenas hablar en náhuatl? Ésa es la lengua que Dios ha escogido para responderles. Es tal como lo expresa su significado, "lengua armoniosa que agrada al oído". Así que la propuesta de que sea en náhuatl es, primero, porque "Mexico" es voz náhuatl, y segundo porque sería la mejor forma de saldar la deuda moral que México tiene con su propia cultura.
A veces se olvida cómo se oye el náhuatl, aquí le mando un poema de Nezahualcóyotl dicho por un chiquito. Sólo habrá que dar clic en: http://youtu.be/23dpnByHFOA
Sólo como una "nota", tengo que compartirle, señor, que "entre maestros te veas", pero la versión de "el ombligo de la luna", que me daba Gutierre Tibón, hizo que don Clemente Orozco –hijo-, que vive aquí en Guadalajara, la desdeñara diciéndome que Gutierre estaba "chiflado"… Cosa que me dio mucha risa. Y si le agrego que mi maestro de Literatura Dante Medina asegura que el español no viene del latín… Ya es demasiado para una pobre mujer que lo único que pide es poder anotar bajo "Ciudadanía", algún nombre correcto.
Señor Mancera, para que todos pudiéramos escoger de entre las joyas de proposiciones que seguramente recibiría usted, creo que tendría que formar un plebiscito.
Y para ya no quitarle más su atareado tiempo, señor, por favor, anímese y llame a concursar a los estudiosos. Al corregir esta deficiencia, nos haría felices a todos y todos ganaríamos: los que participen en el concurso, los que obtengamos por fin un gentilicio, y usted, porque quedará inscrito en los libros de Historia como el gobernador que por fin permite que los habitantes de esta enorme ciudad-capital, cuenten con un gentilicio que nos permita identificarnos con dignidad.
Confieso, señor Mancera, que busqué en un diccionario náhuatl, cómo decir su nombre, pero no existen los sonidos b, d, r, v, f, ni g ni j. En algún lado vi que ponían "ángel", y esto seguramente se les quedó en náhuatl cuando los conquistadores forzaron a los indígenas a convertirse en cristianos y a hablar castellano. Lo que sí puedo decirle es que quizás le estoy provocando un tzontecontetecuiquiliztli, en náhuatl: fuerte dolor de cabeza.
Perdón por el tzontecontetecuicaliztli (también se puede escribir así), y gracias por adelantado por lo que pueda hacer por esta triste mujer que nació en la hermosísima Ciudad de México y que igual que otros millones, no tiene gentilicio, aunque ella sí tenga nombre,
Silvia.
Sí, todo eso escribí a Mancera y él respondió que así lo haría, que estaba en sus proyectos. Pero, como digo arriba y sigo proponiendo, sería maravilloso que, por ejemplo, la Secretaría de Marina se fuera a una costa (Tampico, Veracruz, Colima) ¿qué tiene que hacer en la Ciudad de México? Secretario Soberón, con todos sus burócratas, ¡a la playa!
De paso la SEDATU (S. de Desarrollo Agrario Territorio y Urbano) también a un lugar de descanso, ya que ahora la preside Murillo Karam, así podría seguir descansando fuera de la gran Ciudad.
La SEP (S. de Educación Pública) con Chuayffet al frente, también podría irse cerca de los maestros, en algún lugar de Guerrero o Oaxaca, por ejemplo.
Igual la S. de Turismo SECTUR sólo lean los apellidos Ruiz Massieu Salinas y bien podría irse por allá a Sonora, cerca de EU para que promueva cerquita el turismo, o a Méxicali para que "disfrute" del clima, junto con todos sus burócratas, naturalmente.
La S. de Energía SENER, que se vaya a algún estado lejano, sobre todo por su secretario Joaquín Coldwell, por favor, véanle la carita
¿Cómo le iría, por ejemplo, en Campeche? Allá, a un paso de Guatemala con sus burócratas.
Y a Rosario Robles con su S. de Desarrollo Social, ¿qué tal Durango, lugar de alacranes?
Vaya hasta la S. de la Defensa Nacional con su secretario Cienfuegos, por allá por Coahuila, para librarnos de frente de los gringos. Igual que la de Relaciones Exteriores con su secretario Meade, pues al norte. Lo mismo la de Agricultura y Ganadería, ¿qué tiene que hacer en la Ciudad de México? ¡Al norte donde le corresponde!
Lástima que la de Gobernación con Chong, pues ésa se la tendrán que aguantar de cerca, ni modo. Pero hay todavía cinco o seis secretarías más que bien podrían cambiarse lejecitos de la Ciudad de México y la Ciudad podría ir respirando sin tanta contaminación.
Bola de la Ciudad de México, promuévanlo, se merecen una mejor ciudad.
Imagínense poder volver a ver los volcanes:
Volver a ver un cielo estrellado:
De puro gusto, mando una caricatura de Jis:
Hola, Jis,
Silvia
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