RESUMEN LATINOAMERICANO
y del Tercer Mundo
Diarios de Urgencia
Director: CARLOS AZNAREZ
Redacción: Leandro Albani, Facundo Guillén, Ana Guillermina Roca, Antonela Di Candia, Marina Pérez Damil, Waldemar Sarli, Gladys Quiroga
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LA CONTRAINFORMACIÓN AL DÍA
Información, opinión y denuncia de Latinoamérica y el Tercer Mundo
24 de enero 2015
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Congresista de EEUU y gusana mayor de la Gusanera,
Ileana Ros Lehtinen opina sobre Nisman:
"Argentina perdió a un luchador contra el terrorismo"
por ENCUENTRO ANTIIMPERIALISTA
21/01/2015
Las toxinas que emanan de los medios hay que abordarlas con una máscara antigás, leer entrelineas y analizarlas como se hace con los documentos plagados de intencionalidad política. Debemos despojarnos también de los fanatismos K y antiK que ponen anteojeras a nuestra capacidad de análisis y nos hacen parte de una pelea facciosa. Estamos frente a movidas de inteligencia, diplomáticas y geopolíticas de nivel internacional y solo accedemos a una pequeña parte de lo que está en discusión. Veamos los movimientos en la superestructura, las jugadas de los actores nacionales e internacionales. Comprendiendo las acciones de esos emergentes podremos ver qué sucede en realidad.
Nisman era un operador de las políticas del sionismo, reportaba directamente a Israel y a la embajada norteamericana. Éstas no son presunciones sino datos probados de la realidad. En la persona de un fiscal de la Nación lo vuelve un delito de gravedad institucional que debería salpicar al gobierno por haber nombrado y sostenido a alguien de estas características en una causa que requería una sola lealtad, a nuestro país y a sus víctimas. Y remarcamos: Nisman fue nombrado en la causa en función de un acuerdo político con el sionismo que se sostuvo por años.
Hace ya un siglo Lenin recomendaba que cuando teníamos dudas acerca de qué intereses estaban atrás de una acción política nos preguntáramos: ¿A quien beneficia? La respuesta a esa pregunta no nos debe dejar lugar a dudas: esto perjudica en primera instancia las relaciones de Irán con Argentina y en segunda instancia al gobierno Kirchnerista.
Nisman en su presentación asume como un hecho que Irán es un "Estado terrorista" tal como lo definen EEUU e Israel (no Argentina) y ése es el sustento de toda su "denuncia"; por lo tanto serán cómplices de "encubrimiento al terrorismo" los que traben relaciones con ese Estado. Los fundamentos básicos del ataque de la derecha y el Fiscal carecen de realidad y son sólo espuma destinada a influir en la opinión pública.
Para nosotros Irán es un Estado que lleva adelante una política nacional independiente y que resiste la agresión de los que quieren disciplinar el mundo tras sus intereses imperialistas.
La única política nacional independiente al servicio de los trabajadores es la que defiende en primera instancia al pueblo argentino y sólo tributa a él.
La clave de todo el escenario político actual está en la disputa geopolítica que se da por el rol de Argentina en el mundo. La causa AMIA tal como fue manejada hasta hoy sólo tiene como objetivo disciplinar la política exterior de los gobiernos respecto a las relaciones internacionales.
No debemos desencuadrar la "ofensiva Nisman" del ataque terrorista a la revista francesa y la respuesta mundial que desencadenó, lo cuál sin dudas implicó un "deslizamiento" del escenario hacia la derecha. Tampoco debemos dejar de observar el conjunto de los conflictos en el mundo y como el imperialismo va organizando su intervención y presionando los alineamientos del resto de los países.
En ese contexto de juego de intereses el rol de Argentina como reserva estratégica de recursos de diferente tipo no es menor: El mantenimiento de la tensión entre Argentina e Irán es central, buscando así un distanciamiento del bloque de países que se mantiene independientes y que resisten el disciplinamiento a las políticas del imperialismo occidental, como Rusia, Irán, Venezuela, China, etc. Ya que los últimos tiempos la situación económica, la deuda, la evolución de la situación geopolítica, etc. estaban produciendo que el gobierno avanzara en relaciones con adversarios de "occidente". No es que existan dos bandos perfectamente delimitados, ni que en un lado esté la pura bondad y del otro pura maldad, pero está claro que nuestro país debe conseguir mayor independencia y eso lo logrará con una dirigencia descolonizada que aborde nuestra geopolítica trabando relaciones con países que mantiene políticas nacionales independientes.
Por otro lado debemos abordar la cuestión de las operaciones de inteligencia de los servicios. Todos sabemos que la CIA y el MOSSAD e inclusive cualquier servicio nacional, matan y lo hacen con gran autonomía. Pero que el gobierno a través de sus servicios haya salido a matar es una hipótesis que no nos parece la más probable. Ahora denuncian a los mismos "servicios" que sostuvieron en la SI durante años y que trabajaban con Nisman "la pista iraní" impuesta por Israel y los EEUU. La SI son bandas que resuelven sus internas o se alquilan a intereses extraños al país y sus ciudadanos. Es indudable que la SIDE-SI es un área incontrolable, inútil y muy peligrosa para el Estado y el pueblo, debería ser disuelto, empezando de cero con nuevas concepciones en el tema.
No creemos en la existencia de un terrorismo internacional (depende lo que entendamos por eso que llaman "terrorismo") manejado por Irán que tenga, además, como objetivo a la Argentina, por lo tanto vemos que la ofensiva de Nisman tanto contra el gobierno, como contra Irán, Fernando Esteche, D`elia y Khalil es poco seria.
Si la presentación ante el congreso se transformaba en un bluff, la oposición buscaría una acción con efecto político y no jurídico, tal como lo está haciendo. Esto nos abre un gran abanico de dudas, principalmente ¿la poca fundamentación de la denuncia podía volverse en contra de los actores a los que Nisman reportaba?
Nisman ha motivado análisis con mucha mala leche, pero también debates políticos importantes.
POR EMILIO MARIN
La primera aclaración, obvia pero necesaria, es que las opiniones sobre la muerte de Alberto Nisman, así como sobre la seriedad o no de su denuncia contra la presidenta de la Nación, el canciller y otros dirigentes partidarios del arco oficialista, son políticas. O sea, no infalibles ni necesariamente científicas. Parten de una óptica política, de clase y personal de cada quien, bajo la influencia de opiniones ajenas y mediáticas, nacionales e internacionales. Todas, o casi todas, respetables por cierto.
La muerte del fiscal impone consideración para con su familia, pero no lo convierte en santo. No es cierto que la muerte santifique a nadie y menos a la obra político-judicial realizada mientras aquél vivía. Su carrera judicial, sobre todo su escrito de 290 páginas, divulgada antenoche por el sitio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, CIJ, deben ser evaluados sin concesiones por el hecho de que su autor ya no esté con vida. El respeto a la familia de Nisman es una cosa; la mala calidad de su acusación contra la presidenta no tiene bill de inmunidad.
Lo primero que se discute en los círculos políticos y judiciales, los medios y también en la ciudadanía es sobre si fue un suicidio o un asesinato. El lunes 19, apenas enterado de la noticia, Jorge Lanata planteaba en TN cuatro hipótesis: suicidio, asesinato, suicidio inducido y accidente. La enumerada en primer término, empero, no fue desarrollada y toda su intervención giró en torno al asesinato y el suicidio inducido, que vendrían a ser casi lo mismo. ¿Cuál era el Prime Suspect (Sospechoso Principal)? Para el ex progresista devenido en empleado caro del holding Clarín, era el gobierno nacional.
No todos esos empleados opinan igual. En la tarde del día siguiente en el canal mencionado, Nelson Castro planteaba que lo más probable era el suicidio. Después se supo que quizás esa precisión la había obtenido tras una fuerte discusión con Víctor Hugo Morales, en el traspaso de programas en radio Continental. Como sea, Castro razonaba mejor que Lanata, Alfredo Leuco, Mario Massacesi y otros clarinetistas convencidos que el gobierno había accionado el arma homicida.
El muerto habitaba el elevado piso número 13, de la torre Le Parc, en un complejo de Puerto Madero, cámaras de monitoreo y triple custodia: una empresa privada de seguridad, Prefectura y diez agentes de la Policía Federal. Que en su domicilio tenía sistema de seguridad en las puertas y otros resguardos que no tienen los argentinos de a pie, muchas veces víctimas de delitos. Hubo una autopsia y en base a ella la fiscal declaró que en la muerte de Nisman no hubo intervención de otras personas.
El prestigioso Horacio Verbitsky escribió el martes en Página/12: "pese a todo eso, no me animo a aseverar que fue un suicidio". Este cronista sí se atreve. Si algo tiene cuatro patas, ladra y levanta la patita para orinar, es perro. A HV le dicen "Perro", pero no se jugó por la tesis del suicidio, aunque lo insinuó claramente. Ya lo dirá más adelante.
Mejor Cristina.
Con el disparo de la Bersa calibre 22 en la sien el muerto se convirtió en un mártir, para un sector de la población. "Yo soy Nisman" escribió esa minoría callejera en algunas pancartas el martes 20. Insultaban a la presidenta como si fuera la ideóloga del plan criminal para encubrir el más grave atentado terrorista en el país y también autora mediata de un homicidio en Puerto Madero.
Eso lleva a un segundo debate: ¿mejor Nisman o Cristina Fernández?
Además de revisar la foja de servicios de cada uno de ellos, cabe una comparación sencilla. La presidenta tuvo una crisis personal muy dura cuando falleció sorpresivamente su marido en octubre de 2010, quedando en cierta deriva en un momento políticamente complejo. Antes de eso, en julio de 2008 debe haber vivido una madrugada tremenda, cuando el voto no positivo de Julio Cobos y la derrota de su iniciativa 125 frente a la intransigencia destituyente de la Sociedad Rural. Habiendo sufrido semejante golpe a su figura y gestión, Cristina no renunció ni menos se mató. Tampoco se le ocurrió acusar a la Mesa de Enlace o a Cobos de ser cómplices del atentado a la AMIA basándose en el antecedente antisemita de algún sojero ex videlista. Se serenó y tomó decisiones para profundizar medidas contra un monopolio mediático y negocios financieros que devastaban la seguridad social.
Nisman, en cambio, estuvo desde 2004 al frente de la unidad que supuestamente investigaba el referido atentado, sin lograr avances en esa causa. En 2006 y 2013 produjo informes sindicando a Irán como responsable de esos gravísimos hechos, sin ningún fundamento como no fueran el refrito del expediente del impresentable ex juez Galeano y los materiales suministrados por los servicios de inteligencia de EE UU e Israel, mediatizados por la SIDE local. Uno de sus contactos periodísticos, Joaquín Morales Solá, contó ayer en "La Nación": "el lunes pasado hablé por teléfono por última vez con Nisman. Me llamó a mi celular. Yo estaba en París. '¿Qué bomba está por tirar?', le pregunté, medio en broma, medio en serio. 'Adivinó. Voy a tirar una bomba muy grande y tengo todas las pruebas en mis manos', respondió".
A confesión de parte, relevo de pruebas. Nisman anticipaba sus movimientos a la embajada yanqui e israelita, como está documentado (ver Página/12, 15 de enero de 2015, "Nisman en Wikileaks", por Raúl Kollmann). También lo hacía con Clarín y "La Nación", en tanto ocultaba sus elucubraciones al juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral.
Si tenía la bomba en la mano y tenía todas las pruebas, ¿por qué se mató? Dicho de otro modo, ¿por qué no fue a la audiencia en Diputados el lunes 19, para hacerla estallar y poner en la lona a la presidenta? Luego que la Corte Suprema publicara íntegro el texto de Nisman se puede apreciar que lo suyo no era una bomba. Apenas un cuetito de esos que no asustan ni a los chicos. Ante la audiencia crucial no habia bomba sino mucho humo. Citaba dichos de dos agentes de inteligencia y pedía se revelaran sus identidades. El gobierno accedió a ese blanqueo y ninguno era de la ex SIDE.
¿Cuál lugar en el mundo?
Quien escribe publicó en LA ARENA en noviembre de 2013, cuestionando la oposición de Nisman al Memorando de Entendimiento con Irán: "Nisman, flojito de papeles. Memoria Activa lo trató de "ex fiscal de causa AMIA" y Burstein pedirá su apartamiento. Le enrostraron: "tenía la posibilidad de demostrar que todos estos años invertidos por usted podían sostenerse en una indagatoria, pero sus acciones demuestran lo contrario". Esto último es clave, que este cronista planteó en otras oportunidades: si Nisman tiene tantas pruebas, ¿por qué no va Teherán y junto con Canicoba Corral indaga a los sospechosos? ¿O será que no tiene nada?".
Así se llega a un punto trascendente de la discusión. Es evidente que a partir de 2011 el gobierno de CFK varió su política respecto a Irán. Antes lo denunciaba en las Asambleas Generales de la ONU y le reclamaba la entrega de los cinco sospechosos. Se unía a las condenas yanquis contra Teherán y había viajes de la presidenta y sus ministros a Tel Aviv, a recibir premios y tener reuniones incluso con genocidas como Ariel Sharon.
Afortunadamente esa política de concesiones a Washington y el sionismo, que venían de tiempos de Néstor Kirchner, se cortó. La crisis del capitalismo global, el aislamiento impuesto a Argentina por su renegociación de la deuda externa, la necesidad de más alianzas para el reclamo de Malvinas, el ingreso a la Celac, el mayor diálogo con Venezuela y Brasil respecto a Irán y por supuesto la endeblez de pruebas sobre julio de 1994 manipuladas desde las embajadas de Earl A. Wayne y Rafael Eldad, etc, habrán influido en el cambio de postura del kirchnerismo. Ese giro se plasmó en el Memorando de inicios de 2013, pero una cosa es buscar una normalización de relaciones con Irán y otra muy diferente es pergeñar un plan para impedir justicia en la causa AMIA. Y eso último fue la falsa denuncia que hizo Nisman con su espía favorito, Antonio Jaime Stiusso, por fin raleado de la ex SIDE.
Esta crisis favorece discutir dos asuntos estratégicos, no judiciales.
Uno, el lugar de Argentina en el mundo. ¿Es detrás de EEUU e Israel, o en paridad con los 130 socios del Movimiento de Países No alineados? El cronista marca la segunda opción.
Dos, ¿cuáles servicios de inteligencia se precisan? Unos como los que manejaba Stiusso, dependientes del Mossad y la CIA, para espiar al campo popular, o bien servicios democratizados y depurados? Nuevamente es válida la opción 2. Habría que husmear a funcionarios norteamericanos en Buenos Aires para anticiparse a demandas de los "fondos buitres". Escudriñar aquí a la Shell para encontrarla en falta y presionar a Londres por Malvinas. Escuchar al HSBC local para que no pueda fugar miles de millones de dólares a Suiza. Infiltrar al círculo del genocida Menéndez para obtener data sobre dónde están los restos de los desaparecidos. Etcétera.
El kirchnerismo, que tanto atrevimiento tuvo en derechos humanos, hizo poco o nada para democratizar la SIDE. Peor aún, mantener tanto tiempo a Stiusso allí, a Nisman en la causa AMIA y promover al general César Milani en el Ejército, fue como pegarse un tiro en el pie suyo y en el nuestro. Eso no era mala puntería sino políticas muy equivocadas.
PROHIBIERON LA SALIDA DEL PAIS A LAGOMARSINO, EL QUE LE DIO EL ARMA AL FISCAL NISMAN
En el centro de la investigación
La fiscal también le puso custodia. Será convocado a declarar nuevamente y tendrá que responder sus primeras declaraciones, publicadas el jueves por Página/12. Dudas sobre el trabajo que realizaba junto al fiscal Nisman.
El extraño técnico informático que le prestó la pistola 22 a Alberto Nisman quedó en el centro de la investigación de la muerte del fiscal. La fiscalía a cargo de Viviana Fein lo buscó ayer para que vuelva a declarar. Al no encontrarlo, consideró que había huido y le prohibió la salida del país. Finalmente Lagomarsino llamó por teléfono a Fein para decirle que está a disposición. Con el paso de los días, crecen los interrogantes sobre el informático que cobraba 40.000 pesos por mes y casi nunca concurría a la fiscalía. Ayer, el ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) Marcelo Saín recordó que "en algún momento Lagomarsino se ofreció como informante". En tribunales corrió la versión de que parte del trabajo del informático consistía en la interceptación de mails. Es decir que el joven hacía trabajos de Inteligencia para Nisman, de ahí su alto salario. Si el fiscal tenía como referente al poderoso jefe de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Antonio "Jaime" Stiuso, es imposible que éste no supiera del vínculo entre Lagomarsino y Nisman en materia de Inteligencia. El informático niega ese vínculo, pero la figura de Stiuso planeará sobre la declaración que Fein y la jueza Fabiana Palmaghini le tomarán a Lagomarsino en forma inminente. Por la noche, la magistrada ordenó que lo custodiaran y el trabajo quedó a cargo de la Gendarmería.
Trabajo extraño
Lagomarsino quedó envuelto en el misterio a raíz del hecho de que fue la última persona que vio con vida a Nisman y que, además, le prestó la pistola con la que murió. Pero a partir de ese punto el misterio se redobló, porque tiene un contrato de locación de servicios altísimo y porque no concurría a trabajar a la fiscalía, sino que en el 90 por ciento de las oportunidades lo hacía de forma remota o visitando a Nisman en su casa.
Empezó a tejerse la hipótesis de que el fiscal había armado un equipo de Inteligencia propio. Lagomarsino afirma que él se dedicaba a desbloquear archivos, a copiar archivos, a hacer backups y resguardar la seguridad de las computadoras de Nisman.
Sin embargo, estas tareas no parecen estar en línea con la altísima cifra de 41.000 pesos que cobraba por ese contrato que empezó en 2007 y que es el contrato más alto de cualquier fiscalía a nivel nacional.
En la mañana de ayer, Saín –por Radio del Plata– vinculó a Lagomarsino con tareas de Inteligencia, a raíz de que se habría ofrecido en la PSA para ser informante. En paralelo, se instaló el dato de que realizaba tareas de intercepta ción de mails y otros trabajos del estilo. Eso es lo que explicaría que no lo hiciera en la propia fiscalía y por qué se le pagaba una cifra tan alta. Esto está siendo investigado y da la impresión de que la fiscal no sólo estudia el contrato de Lagomarsino en la Unidad Especial AMIA.
Muerte
Al menos hasta ahora, la fiscal no investiga una participación directa de Lagomarsino en la muerte de Nisman. El técnico informático estuvo en Le Parc a las 20 del sábado y no regresó, de manera que no estuvo en la escena entre las 11 y las 15 del domingo, cuando supuestamente se produjo el deceso. Hasta el momento, la fiscal sostiene que "no hubo participación de terceras personas en el momento de la muerte", según le informó por escrito el decano del Cuerpo Médico Forense, Luis María Godoy, tras realizar la autopsia. Por lo que se sabe, no hay ningún dato en el expediente que dé indicios de que al departamento haya entrado alguna persona en la mañana del domingo. Tampoco hay rastros de pelea, ni en el cuerpo de Nisman ni en el baño donde apareció muerto. Y el arma del disparo mortal fue pedida prestada por él. Por otro lado, el barrido electrónico de la mano dio negativo, es decir que no hay vestigios de fulminante. Es una investigación que se profundizará en los próximos días, pero las pruebas recogidas hasta ahora indican que el domingo pasado Nisman se disparó a sí mismo y que Lagomarsino no estaba allí. Esto no descarta que alguien haya instigado o presionado al fiscal: es un punto clave de la pesquisa. Y es seguro que entrará en juego el interrogante sobre quién influyó para que Nisman volviera de forma tan precipitada de sus vacaciones, lo que derivó en la presentación de una denuncia de baja calidad y luego en su muerte.
Declaración
Según parece, en su primera declaración ante la fiscal, el lunes muy temprano, Lagomarsino contó que estuvo dos veces en el edificio Le Parc el sábado. La primera, por la tarde. En esa oportunidad Nisman le dijo que necesitaba el arma por si en algún momento tenía que disparar al aire ante una amenaza. Confirmó lo adelantado por Página/12 en el sentido de que no confiaba en su custodia y que por eso pedía la pistola.
Lagomarsino fue a su casa, la buscó –estaba la pistola en un lugar, el cargador en otro y los proyectiles en otro– y se la llevó al fiscal a las 20 de ese sábado. Al día siguiente, según la autopsia, murió de un balazo de esa misma pistola entre las 11 y las 15.
Stiuso
Este diario recibió el miércoles un llamado de una reconocida jueza que contó de una larga vinculación con la familia Lagomarsino. Relató que a Diego le dicen "Cerebrito" por su inusual capacidad para manejarse en el mundo de la informática. En aquel diálogo, la magistrada detalló el relato que le hizo Lagomarsino: "Me llamó Nisman y me pidió que le prestara el arma. Nisman me dijo que el día anterior (por el viernes) lo había llamado Stiuso para advertirle que desconfiara de su custodia y que le pusiera seguridad a sus hijas". Ese relato ponía a Stiuso en escena por primera vez después de la muerte del fiscal.
Quienes dicen haber podido acceder al expediente afirman que Lagomarsino no nombró a Stiuso ante la fiscal. Simplemente contó que desconfiaba de la custodia y que necesitaba el arma por las dudas. Es seguro que Fein y Palmaghini le volverán a preguntar sobre ese relato de la magistrada y las discrepancias que surgen.
Delito
Por ahora, la fiscal le tomó la primera declaración a Lagomarsino como testigo. Pero con el correr de los días, aparecieron otras vertientes. La más clara tiene que ver con el delito penado por el artículo 189 bis, que habla de "uno a seis años de prisión a quien entregare un arma de fuego, por cualquier título, a quien no acreditare su condición de legítimo usuario". Nisman no era legítimo usuario de esa pistola y, en realidad, de ninguna otra porque tenía los permisos vencidos desde hace años.
Probar que Lagomarsino presionó a Nisman al suicidio parece más que difícil. A primera vista, Lagomarsino no tenía capacidad de presionar a Nisman, era su subalterno. Pero se está investigando cuál era el trabajo real por el que cobraba tanto. Al mismo tiempo, la fiscal y la jueza deberán ver a quién respondía Lagomarsino.
Custodia
Pasada la hora del almuerzo de ayer, se conoció un comunicado de la fiscalía en el que se daba a conocer que Lagomarsino era buscado y que se prohibió su salida del país. Fein no podía dar con él: parecía que había emprendido una huida. En verdad, el técnico fue temprano a la Defensoría Pública para que una defensora oficial se hiciera cargo de representarlo en el expediente.
Parece que hubo un problema de comunicación. Cuando Lagomarsino fue a declarar el lunes, la fiscal le incautó el celular para analizar mensajes de texto y llamadas. El técnico le habría dado otro número, pero Fein no lo pudo ubicar. Cuando estalló la noticia, Lagomarsino se comunicó con la fiscalía y aplacó la tormenta.
Lagomarsino volvió a su casa después de declarar el lunes y no tuvo custodia desde entonces. Así se lo relató la magistrada a este diario, pero pidió confidencialidad. Desde ese lunes se hizo correr la versión de que el informático estaba alojado en un hotel y que 15 policías garantizaban su seguridad. No era cierto. La prueba es que cuando la fiscal quiso citarlo no había forma de hacerlo a través de la custodia, porque no existía.
En línea con el pedido de la Presidenta –que advirtió en su carta del jueves que Lagomarsino debía ser custodiado–, anoche la jueza Palmaghini ordenó que se le diera protección. El Ministerio de Seguridad le encomendó la tarea a la Gendarmería.
Lagomarsino todavía tiene que contestar muchas preguntas: sobre su trabajo, sobre Stiuso y sobre el vínculo con el fiscal muerto.
Entrevista
"Hay un problema de la política, de cómo se vinculó con la Inteligencia, un problema de gobernabilidad"
Paula Litvachky es la directora del Área de Justicia y Seguridad del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). "Hay que debatir un nuevo modelo de Inteligencia", describe.
Por Enrique de la Calle
La muerte del fiscal Alberto Nisman puso la lupa sobre la actuación de los servicios de inteligencia. Se trata de una dinámica que incluye relaciones oscuras entre los espías, la Justicia, las fuerzas de seguridad y la política. La necesidad de controlar estructuras que parecen funcionar al margen de las leyes y de los controles institucionales. Entrevista a Paula Litvachky, directora del área de Justicia y Seguridad del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
APU: Antes de ingresar en el tema específico de la entrevista, que tiene que ver con el funcionamiento de los servicios de inteligencia. ¿Qué opina sobre cómo avanza la causa Nisman?
Paula Litvachky: Sobre eso no opinamos, estamos viendo cómo continúa la investigación. No tenemos información concreta, por eso preferimos ser prudentes.
APU: ¿Qué diagnóstico hace sobre la actuación de los Servicios de Inteligencia en el país?
PL: Venimos trabajando hace mucho tiempo este tema. A partir de las causas de derechos humanos vemos la articulación entre servicios, sectores de la Justicia y las fuerzas de seguridad. Por supuesto, también estuvo muy presente esa relación en la causa AMIA. Nosotros acompañamos Memoria Activa. Aparece un funcionamiento muy oscuro que incluye al sistema de inteligencia, a sectores de la política (viene de este Gobierno y de los anteriores), a la Justicia.
APU: ¿Cómo se da esa relación entre la Inteligencia y la Justicia?
PL: Se da de distintos modos. En el caso AMIA aparece una intervención directa en la ejecución de un delito, en lo que tiene que ver con el encubrimiento. Se pagaron 400 mil dólares a Telleldín. Uno de los responsables más importantes de la SIDE está esperando a ser juzgado. En otros casos, hay una subordinación muy importante a lo que pueda hacer la Inteligencia. En el caso de AMIA eso se vio en la relación entre el fiscal Alberto Nisman y áreas de la Secretaría de Inteligencia. El propio juez Canicoba Corral dio cuenta de esa subordinación. Otro aspecto muy importante de ese vínculo tiene que ver con las designaciones de jueces, fiscales, con una participación muy importante de los sectores de la Inteligencia. Una colonización de la Justicia Federal, sobre todo la de Capital Federal. Es muy importante y se relaciona con lo que debe ser la democratización de la Justicia y con la necesidad de cambiar prácticas del fuero federal, sus relaciones con la política, con la Inteligencia, con los poderes fácticos. Recordemos el caso de los sobornos en el caso de Mariano Ferreyra en Casación. Aparece un ex agente de Inteligencia haciendo gestiones para dejar en mejor posición al sindicalista Pedraza. Son vínculos históricos, que se fueron consolidando con el tiempo.
APU: ¿Cuál es la responsabilidad de la clase política?
PL: Ha convivido con esa estructura. Hay un problema de la política, de cómo se vinculó con la Inteligencia, un problema de gobernabilidad. Se piensa que si uno se mete con esa estructura se puede afectar la institucionalidad. Es una discusión parecida a la que se tiene con las fuerzas de seguridad. A la larga se observa que esa estructura se le vuelve en contra y genera situaciones de mucha crisis e inestabilidad.
APU: ¿Piensan en reformas progresivas de la SI o en su disolución?
PL: Es muy drástico presentarlo de ese modo. Hay que discutir cuál es el mejor modelo. Algunos piensan en la disolución y en la construcción de una agencia nueva. Es un tema difícil para resolver en cinco minutos. Se puede pensar en mejorar todo el modelo o en cambiar algunos aspectos, incorporando el control parlamentario y social. Sin dudas, hay que debatir esta cuestión, hay que debatir un nuevo modelo de Inteligencia, cómo se gobierna políticamente esa estructura, como se le pone límites para evitar que se autonomicen.
APU: ¿Sobre qué aspectos es más urgente legislar?
PL: Sobre la administración de los fondos, sin dudas. Sobre la clasificación de la información, de las actividades, determinar cuándo son secretas, cuando se pueden publicar esos archivos. Hay una discusión sobre la planta de empleados. Hay que saber quiénes integran esa estructura, desde cuando. Se debe avanzar en la desclasificación de los archivos de la dictadura. Hay que implementar el control parlamentario. Hay dinámicas que se pueden llevar adelante incluso sin un cambio de normativa. Cuando se estableció el reciente cambio en las autoridades de la SI se planteó algún cambio en este sentido.
APU: La SI funciona además como contrapeso de otras estructuras de inteligencia (de las fuerzas de seguridad).
PL: Esa es otra discusión, sin dudas. Hay que recordar la estructura que lideraba el Fino Palacios en la Policía Federal. Tiene relación con la causa AMIA. Muchas veces esas estructuras de Inteligencia forman una comunidad, no actúan de modo independiente. Eso también es parte de esta discusión.
DECLARACIONES DE LAURA GINSBERG |
Sábado, 24 de Enero de 2015 09:04 |
Nisman - gobierno: interna de encubridores
APEMIA |
Bonafini pide flores para Cristina
En la tradicional marcha de los jueves, la presidente de Madres de Plaza de Mayo respaldó a los ministros Capitanich y a Aníbal Fernández: "Salen todas las mañanas como gladiadores ante las preguntas insólitas"
OPINION
La cooptación de las instituciones judías
El acto que se desarrolló el miércoles 21 de enero escenificó un posicionamiento que ya es un secreto a voces. La presencia en el acto de la calle Pasteur del variopinto arco opositor puso en evidencia la partidización de las instituciones comunitarias. Tanto la AMIA como la DAIA son organismos no gubernamentales dedicados –según sus estatutos– a las actividades mutuales solidarias, la primera, y a la lucha contra toda forma de discriminación, la segunda. Sin embargo, el ansia de protagonismo, los efectos mediáticos del atentado del año 1994, las características ideológicas de sus dirigentes y la ausencia de los judíos progresistas dispuestos a dar la pelea por sellos a los que consideran no representativos, han permitido la cooptación por parte de la oposición vernácula. Instituciones que tenían misiones relacionadas con la ayuda social o con el combate a la judeofobia terminaron siendo parte del ajedrez político, agrupando a un porcentaje inmensamente minoritario de los argentinos de origen judío residentes en nuestro país.
Sólo el veinte por ciento de los argentinos de origen judío son parte del entramado institucional comunitario. La inmensa mayoría de los judíos desconoce o es indiferente a la pretensión hegemónica que hacen la AMIA o la DAIA de su institucionalidad. Estudiantes, académicos, activistas sociales, profesionales, científicos, cooperativistas, industriales, cineastas, escritores, músicos, militantes políticos, funcionarios y artistas desconocen absolutamente aquello que los dirigentes comunitarios pretenden enunciar en su nombre. Sólo 150 "votantes" –en el caso de la DAIA– eligen a quienes se instituyen en la voz "política" de los judíos argentinos. Y entre esas 150 personas no figura un solo nombre relevante en cuanto a su reconocimiento por parte de la sociedad argentina. Sin embargo, esos 150 "enviados de las instituciones" eligen a 20 personas que interactúan con ministras/os y/o presidentas/es investidos por la representación de 300 mil argentinos de origen judío.
La politización de ambas instituciones fue paralela al abandono de las misiones institucionales presentes en sus estatutos: la AMIA, por ejemplo, sólo permite asociados judíos en clara transgresión a la ley, que impide la discriminación por género, religión o cultura, mientras que la DAIA olvidó dedicarse a la lucha contra toda forma de discriminación, tal como figura en sus postulados. El "olvido" de sus objetivos fundacionales fue coherente con la mutación de las instituciones de base y del perfil de la población judía: durante gran parte del siglo XX ambos organismos fueron liderados por tradiciones laboristas y socialistas. Hubo un tiempo en que "lo comunitario" suponía una estrategia defensiva común contra las persecuciones de La Liga Patriótica –financiada por la Sociedad Rural–, la Alianza Libertadora Nacionalista y Tacuara, entre otros grupos filonazis. Los dirigentes comunitarios arriesgaban sus vidas al pedir explicaciones en comisarías o en instituciones educativas donde sus hijos muchas veces eran acosados con insultos antisemitas.
Las mutaciones de "lo judío" se iniciaron en los años '60 y '70, cuando lo hebreo dejó de ubicarse en los márgenes de la humanidad para iniciar su camino hacia los centros de poder internacional. Lo "judío" empezó a alejarse de lo discriminado y los judíos dejaron de ser la imagen del intelectual, el artista, el filósofo, el pensador, el errante y/o el revolucionario para convertirse en una figura más aceptada (a veces "pintoresca") en los círculos de poder. En nuestro país –por ejemplo– en la década del '90 se iniciaron los festejos por la posibilidad que les daban a algunos integrantes de la colectividad de ser parte del Jockey Club, la misma casa que los excluyó y los humilló décadas antes. Lo llamativo del viraje fue (y sigue siendo) la parsimonia amnésica con la que el judío "hegemónico" se adentra en los pasillos luminosos y espejados de los sillones bienpensantes: nunca se le pidió autocrítica ni se le exigió una reparación a las castas oligárquicas que siguen pronunciando tras bambalinas el ritual del judío deicida. Tampoco se les pidió corrección política a la hora de cuestionar el racismo que siguen postulando hacia todo lo que huela a sectores populares.
En un reciente trabajo historiográfico, Enzo Traverso nombró esta deriva como "El fin de la modernidad judía. Historia de un giro conservador"[1]. Este final de ciclo consiste, según el historiador italiano, en dos movimientos paralelos: por un lado la renuncia a ser parte de quienes intentan subvertir las estructuras discriminatorias que generaron desigualdad, racismo y judeofobia y, por el otro, la participación dentro del escenario del poder hegemónico. Lejos de esa lectura "histórica", los dirigentes locales comenzaron a caminar los pasillos del poder real y empezaron eufóricos a codearse con los exitosos empresarios gentiles. En ese tránsito, se ubicaron a miles de kilómetros de los perfiles difundidos por Simón Radowitzky, Marcos Osatinsky, Juan Gelman, Bernardo Verbitsky, Raúl Kossoy, Moisés Lebensohn, Elías Seman y tantos otros ligados a las luchas solidarias y justicieras del pueblo argentino. Más aún: esos nombres de judíos subversivos fueron sistemáticamente borrados de los anaqueles y de la memoria o el conocimiento dirigencial. El solo hecho de difundir sus biografías empezó a ser vivido con escozor y vergüenza. No se habla de ellos porque no responden al physique du rôl identitario hegemónico actual. En síntesis: en el medio de un gran atolladero de la significación, sólo aparecen como "judíos", en la actualidad (en la versión de las autodenominadas instituciones centrales) quienes permanecen ajenos a las luchas sociales de nuestro país o quienes coquetean con los actores deshilachados de la oposición.
La expresión más acabada de este giro derechizador se evidenció en los años '90, al igual que en gran parte de la sociedad argentina. El neoliberalismo cambió la agenda de ambas entidades y el componente empresarial desplazó a los "activistas sociales" característicos de las décadas anteriores. El nuevo rol asumido implicó una avanzada desde donde articularse con el establishment del sistema político local y con las corporaciones empresariales y políticas. Las componendas entre José Beraja, el menemismo, la SIDE de entonces, Alfredo Neuberger y sus penalistas amigos, quedaron expuestas en la complicidad espuria orientada a ocultar o plantar pistas falsas en relación con el atentado. El resultado fue la separación del juez Galeano y los procesamientos del ex presidente de la DAIA, del titular de la SIDE menemista, Anzorreguy, y del Fino Palacios, comisario de la Federal, entre otros. Este último irrumpió años más tarde como titular de la policía metropolitana de Macri y con las escuchas telefónicas ilegales, entre otros, a un familiar de los muertos en la AMIA, Sergio Burstein.
La foto divulgada en el día de ayer por la AMIA y la DAIA, referida al acto en la calle Pasteur, en la que posan Ernesto Sanz, Julio Cobos, Francisco de Narváez y Patricia Bullrich, atestigua que el giro conservador fue "eficiente": ya pueden borrarse de todas las fotos las figuras de esos inmigrantes y sus hijos que colaboraron en la construcción de un país en donde la solidaridad, la justicia social y la sensibilidad hacia los marginados eran postulados como el principio fundador de ambas instituciones. Ahora sí, sus dirigentes podrán ser invitados a los fastos del Jockey Club, disimulando (o negando) que tienen el mismo origen que quienes contribuyeron (incluso entregando su vida) a un país inclusivo y libre de discriminación.
[1] Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2014.
* Sociólogo. Ex director ejecutivo de la DAIA.
El comercio con Irán
Desde el punto de vista comercial, los negocios de la Argentina con Irán son marginales. La mayor operación de importaciones desde ese mercado en 2014 correspondió a una empresa que compró 18 toneladas de azafrán por 6 millones de dólares. La segunda fue una compra de etanodiol, un insumo químico que se usa como refrigerante para motores de combustión interna, por 135 mil dólares. En tercer lugar quedó una partida de frascos para conservas, por 20 mil dólares, y en el cuarto puesto figuró el ingreso de recipientes de vidrio para beber (copas), por 19 mil. El volumen total de importaciones desde Irán no llegó a 6,2 millones de dólares el año pasado, el 0,01 por ciento de los 65.249 millones de dólares que destinó el país a compras en el exterior. No hubo importaciones de petróleo ni de combustibles como fueloil, gasoil o gas licuado. Tampoco en 2013, ni en 2012, ni en los últimos diez años, cuando el comercio con el país asiático se movió en niveles despreciables.
Los datos oficiales muestran un panorama similar para las exportaciones a ese destino en términos macroeconómicos, aunque los volúmenes son un poco más elevados. En 2014 las ventas llegaron a 905,9 millones de dólares, el equivalente al 1,25 por ciento de los envíos totales del país, que ascendieron a 71.935 millones de dólares. Las exportaciones a Irán estuvieron concentradas en productos primarios: harina de soja y pellets de la extracción del aceite de soja representaron 905 millones; los envíos de aceite de soja en bruto ascendieron a 721 mil dólares, también hubo ventas menores de aparatos para filtrar gases, partes de compresores, válvulas y sembradoras, entre otras.
El saldo comercial de 2014 fue favorable para la Argentina en 899,7 millones de dólares. Fue el más bajo de los últimos cinco años. En 2013 había ascendido a 1103 millones; en 2012, a 986 millones; en 2011, a 1075 millones, y en 2010, a 1429 millones. Es decir, la firma del memorándum con Irán en enero de 2013 no provocó ninguna variación en los volúmenes de intercambio e incluso los resultados fueron ligeramente más deslucidos, dentro de un contexto general que, como se dijo, es insignificante.
Si se revisa la evolución de las exportaciones, las conclusiones son las mismas: en 2008 ascendieron a 1082 millones de dólares; en 2009, a 855 millones; en 2010, a 1453 millones; en 2011, a 1093 millones; en 2012, a 987 millones; en 2013, a 1103 millones, y en 2014, a 905,9 millones. Una vez más: fueron en baja desde el pico alcanzado hace cinco años. Las importaciones, en tanto, resultaron casi nulas: 7,9 millones en 2008; 8,6 millones en 2009; 23,7 millones en 2010; 16,9 millones en 2011; 1,4 millón en 2012; 0,1 millón en 2013, y 6,1 millones en 2014.
¿Podían cambiar radicalmente las cosas con un nuevo acuerdo comercial que surgiera de la implementación del memorándum, tal como planteó la denuncia de Nisman? No parece. En primer lugar, porque supuestamente ese convenio era para importar petróleo y exportar granos, productos que son commodities a nivel mundial, que pueden comprarse y venderse en cualquier mercado. De hecho, no existe ninguna restricción para exportar a Irán más soja o cualquier otro bien primario, manufactura agropecuaria o industrial. No hay un cuadro de preferencias arancelarias o de algún otro tipo al que las grandes exportadoras de cereales y oleaginosas pudieran aspirar. Venden lo que les dan el negocio, la demanda y la producción local. Tampoco existen trabas que el supuesto pacto de impunidad por comercio hubiera podido diluir.
Las exportaciones a Irán son dominadas por un puñado de empresas multinacionales y grandes compañías locales como Bunge Argentina, Cargill, Oleaginosa Moreno, Nidera, Aceitera General Deheza, Vicentin, Noble Argentina y la Asociación de Cooperativas Argentinas. Entre ellas quedó el 99,7 por ciento de las ventas a ese país en 2014. Las tres primeras concentraron el 61 por ciento de los envíos en el cuatrienio 2011-2014. La característica saliente de estas firmas es que su mercado es el mundo. Si no colocan los productos en un país, tienen capacidad para llevarlos a otro. Fue lo que ocurrió, por ejemplo, cuando China impuso restricciones a las exportaciones argentinas de aceite de soja. Lo que hicieron fue derivar esa producción hacia India y Pakistán.
China, India, la Unión Europea y Pakistán son los mercados que concentran la demanda de productos primarios que exporta la Argentina, que el año pasado ascendieron a 28.153 millones de dólares. La potencialidad de compra adicional que pudiera significar un pacto con Irán –en el supuesto de que existieran obstáculos para las exportaciones, cosa que no existe– es mínima en términos macro. De hecho, las restricciones a las ventas de un solo producto, los biocombustibles, que impuso la Unión Europea al país hace dos años causaron más daño que todo lo que genera el comercio con Irán: 906 millones de dólares en 2014.
En el mejor de los casos, Nisman sobreestimó notablemente la importancia que podía tener ese supuesto acuerdo entre ambos gobiernos en términos comerciales. El imaginado pacto secreto no era con alguno de los socios comerciales importantes del país, sino con uno que hay que buscar con lupa en los últimos lugares de los registros de comercio. Y para venderle lo mismo y a los mismos precios que al resto del mundo, donde la demanda no falta. "Irán ni siquiera está en nuestro radar de negocios por la marginalidad que tiene", graficó ante este diario el directivo de una de las grandes productoras y exportadoras de cereales de la Argentina.
Por el lado de las compras de petróleo, el panorama es similar. Lo primero que hay que aclarar es que las importaciones de crudo son bajas, y encima el petróleo que genera Irán no es compatible con el que procesan las refinerías argentinas, o bien podrían hacerlo pero a costos antieconómicos. El grueso de las importaciones en el rubro combustibles y energía está concentrado en gasoil, fueloil y gas licuado, además del gas que el Gobierno le compra a Bolivia. En los tres primeros casos, también se trata de commodities que llegan desde distintos productores a nivel mundial. La Argentina realiza licitaciones internacionales para abastecerse en esos rubros. Un eventual pacto secreto con Irán no hubiera significado una reducción sustancial de precios. Como se indicó al comienzo, en la última década la Argentina no realizó importaciones de petróleo ni combustibles desde Irán, aunque tampoco existen obstáculos en ese sentido. Las empresas del país asiático podrían participar de licitaciones que son abiertas a escala global.
Así como Interpol rechazó que el Gobierno le hubiera pedido suspender los pedidos de captura internacional de los sospechosos iraníes de la causa Amia, la otra pata de la denuncia por encubrimiento que alcanzó a Cristina Fernández de Kirchner, la de las supuestas ventajas económicas de ese acuerdo, es pura fantasía. No deja de llamar la atención que una acusación tan grave tuviera tan poco sustento técnico.
Los servicios y la política nacional
Por Julio Macera, Secretario General Adjunto de la CTA Capital
Buenos Aires, 21/01/15.- No exageramos al afirmar que la política nacional se vio infectada por el accionar de los servicios desde la dictadura para acá. Es cierto que podríamos remontarnos a la suerte del Mayor Alberte, la misma noche del 24 de marzo o más atrás al "Caso Satanowsky " y la guerra por las acciones del diario La Razón (1957) o aun hasta la "muerte por enfermedad" de Mariano Moreno (1811), ahora que lo pienso tres casos NUNCA resueltos, pero esto bien puede ser tema de otra nota.
Durante la dictadura se consolidaron grupos represivos que adquirieron, dentro del plan sistemático, autonomía operativa hasta terminar "operando" en contra de otras fuerzas y hasta colaboradores civiles de la dictadura. "Atentados terroristas" fraguados, asesinatos de colaboradores, operaciones de prensa, mejicaneadas y otras acciones llevaron su firma.
Esos sectores no se disolvieron en la democracia, se "especializaron" y continuaron actuando durante el gobierno radical que los llamó "mano de obra desocupada", una verdadera mentira por otra parte.
La mayoría continuo funcionando orgánicamente en la SIDE y en otros servicios. Raúl Guglielminetti es un ejemplo, pero no el único. Tipos como Stiusso y otros igual de jodidos continuaron funcionando, operando y cobrando durante la democracia. Recuerdo miles de operaciones que ocuparían un libro, solo voy a contar una: Después de uno de los levantamientos cara-pintadas los servicios que operaban en la CGT habían logrado "convencer" a los dirigentes que esa noche se iba a producir un golpe "institucional" que voltearía a Alfonsín y colocaría en su lugar al vice Víctor Martinez (que estaba de acuerdo).
El segundo paso era detener a media Coordinadora, a la mayoría de los dirigentes sindicales, a Madres, a integrantes de otros organismos de derechos humanos y a todos los "zurdos". En ese momento tendría 31 o 32 años y vi el miedo en la mayoría de esas caras (no tenía un espejo a mano para ver la mía) algunos propusieron irse a dormir a otras casas hasta ver que pasaba…lo cierto es que no pasó nada pero que la opereta funcionó, funcionó.
Sin embargo fue en el menemismo cuando el rol de los servicios se hizo una nefasta práctica cotidiana. La SIDE se dividió en parcelas y aunque algún cumpa se enoje, hasta Galimberti tuvo también su pedazo de la SIDE, sector que tuvo que ver con la muerte de un gran compañero, el Lobito Rodriguez Saa.
Esa etapa se llenó de oportunos "suicidados", algunos zurdos que se pegaban un tiro en la sien derecha, otros que se ahorcaban con una nota del diario La Nación entre los dientes, nota que hablaba de casos en los que estaban involucrados y hasta un diputado "rebelde" que recibió una llamada en su casa donde le pasaban su última charla con una "amiga clandestina", para que "evite" presentar una denuncia en la próxima sesión.
La AMIA, la voladura de Río Tercero y la caida de un helicóptero militar en Palermo, son un ejemplo por nombrar solo una mínima parte de las operetas durante el menemismo y sin meternos con Oyarbide y Spartacus, vieja guerra por el manejo de los prostíbulos entre la Federal y la SIDE, guerra que produjo muertes, por supuesto, nunca aclaradas.
En la Alianza, por otro lado, debe haber habido el mayor número de operetas por minuto gobernado de la historia mundial y lo mismo continuó ocurriendo hasta Duhalde y durante su gobierno. Con solo ver el entrecruzamiento de llamadas entre el comisario Fanchiotti y el Subsecretario de Inteligencia y amigo personal del Presidente, Oscar Rodríguez (esposo de Mabel Müller) antes, durante y después de la represión que mató a Maxi Kosteki y Darío Santillán, entendemos el rol de los servicios en los hechos más graves de nuestra historia.
Resumiendo, durante el actual gobierno se continuó y se profundizó el rol de los servicios en la política. Negocios y operaciones fueron la continuidad del modelo iniciado en el menemismo, lo que es más, se profundizó con la llegada "oficial" del ejercito a la cuestión encabezado por el represor Milani. Sin embargo el hecho nuevo es que, cada vez más, la realidad política argentina se parece a un policial negro, algo que bien retrata el libro de Tenembaum "Una mujer única".
Es en este marco que debe leerse lo que está ocurriendo ahora, una guerra entre malos y peores que nos tiene de testigos y únicas víctimas. Una guerra por orden de intereses económicos y políticos de acá y de afuera.
La mala noticia, es que como víctimas no tenemos a quien recurrir y también la buena. Somos nosotros los que tenemos que terminar con este modelo de servicios de informaciones, movilizándonos, exigiendo y siendo capaces de construir una respuesta política a este problema político, solo entonces vamos a poder empezar a cambiar la realidad.
En medio de tanta muerte no aclarada, en medio de tanta operación vamos a tener que juntar la bronca con la esperanza y ponernos a andar.
Nunca fue buen tiempo el tiempo de hacernos los boludos, pero este menos.
2014 Un año más sin educación en Tecnicatura Superior Universitaria- Quebrada Jujeña y Puna
ResponderEliminarLos adolescentes y jóvenes del norte de Jujuy enviaron un nuevo petitorio a principios del año 2014 a la HCDN comisión educación solicitando carreras de Tecnicatura Superior Universitaria, de duración tres años, con fundamento en ciencia, tecnología y humanismo; para el desarrollo del pueblo y turismo... “Las carreras propuestas, dependerán del Ministerio de Ciencia y Tecnología o Ministerio de Educación de la Nación, estarán agrupadas, para su dirección y administración en un “Centro de Formación y Desarrollo de la Ciencia, Tecnología y Humanismo”… De acuerdo a la ley 26206 de Educación Argentina, y la ley 26061 sobre derechos de la niña, niño, adolescentes. Título nacional en: Tecnicatura Superior en Proyecto y Construcción de Obras, Carrera de diseño de interiores, Técnico universitario en química, Técnico superior en alimentos, Analistas de sistemas de computación, Técnico operador de sonido y grabación, Producción y dirección de radio; de cine y TV, Técnico Superior en Mecánica Liviana, Técnico superior universitario en agro zootecnia y negocio, Técnico Superior en hotelería, Tecnicatura superior en gastronomía, Escuela superior de música, Carrera de bellas artes, Carrera de intérprete de artes dramáticas, Diseñador de Indumentaria con Tecnología Digital Aplicada, tejido con hilos de camélidos. Técnico Superior en Desarrollo de Software…Sin respuesta formal a la fecha. ¿Qué quiere decir esto? Que es una clara acción opositora a las determinaciones de la Presidente Cristina, cuando dice: “queremos más ingenieros, más en sistemas de computación; hemos creado el Ministerio de Ciencia y Tecnología para el desarrollo de los pueblos…” ¡La educación superior es un derecho y no un mercado!. Y la HCDN, comisión de educación, debe dejar de ser el escenario de negociación política entre rectores, gobernador y políticos contradictorios. En otras palabras: ¡Cumplan con la Ley 26206 y 26061! ¡¡Queremos educación aun sea en el suelo!!...