lunes, 19 de enero de 2015

[Diariodeurgencia] ESPECIAL "DIARIOS DE URGENCIA" // ARGENTINA: ENCUENTRAN MUERTO AL FISCAL AMIGO DE LA CENTRAL INTELIGENCIA NORTEAMERICANA Y DEL MOSSAD ISRAELÍ


ESPECIAL "DIARIOS DE URGENCIA"

ARGENTINA
ENCUENTRAN MUERTO AL FISCAL AMIGO DE LA CENTRAL INTELIGENCIA NORTEAMERICANA Y DEL MOSSAD ISRAELÍ

"Todavía no podemos confirmar el suicidio"

Hallaron muerto al fiscal Nisman

El fiscal especial de la causa AMIA fue encontrado sin vida el domingo por la noche en el baño de su departamento de Puerto Madero junto a un arma de fuego y un casquillo de bala calibre 22, luego de que su madre ingresara a la vivienda alertada por la custodia del magistrado ante la "falta de respuestas" a los llamados. Por la tarde se conocerían resultados de las pericias. El funcionario debía presentarse esta tarde en el Congreso para explicar la denuncia contra la presidenta Cristina de Kirchner por la firma del Memorando de Entendimiento con Irán. El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, se mostró "apenado" por la noticia y advirtió que "todo lo trabajado por el fiscal debe ser investigado".

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En diálogo con la prensa en la puerta de la Torre Le Parc, donde se desarrolló el operativo policial iniciado a primera hora de la madrugada en torno al edificio situado en Azucena Villaflor 450, la fiscal Federal Viviana Fein detalló además que el cuerpo del fiscal "fue encontrado dentro de la unidad por su madre", quien acudió al domicilio de Puerto Madero al no tener novedades de su hijo en toda la jornada.

Poco después, el Ministerio de Seguridad confirmó a través de un comunicado que "los efectivos de la custodia de Nisman, pertenecientes a la Policía Federal Argentina, habían alertado a su Secretaría en horas de la tarde de su falta de respuesta a los insistentes llamados telefónicos. Al constatar que el hombre tampoco respondía al timbre de la casa y que el periódico del domingo aún se encontraba en el palier, decidieron notificar a los familiares".

"El fiscal disponía de 10 efectivos de la Policía Federal Argentina para su custodia personal. La custodia entonces recogió a la madre de Nisman en su domicilio y la llevó a la torre Le Parc. Al intentar ingresar, la mujer constató que la puerta se encontraba cerrada con la llave colocada en la cerradura por dentro", se resaltó.

El ministerio de Seguridad agregó que "los familiares solicitaron entonces al personal de mantenimiento del edificio que convocaran a un cerrajero para ingresar al departamento" "A primera hora de la noche, la madre ingresó a la vivienda acompañada por uno de los custodios, hallando el cuerpo de Nisman en el interior del baño de su habitación, bloqueando la puerta ingreso al mismo", subraya el comunicado.

Inmediatamente, "se notificó a la justicia de turno" y "ante la presencia del juez Manuel De Campos y de la fiscal Fein, el personal policial logró ingresar al baño". El comunicado concluye que "junto al cuerpo de Nisman, que se hallaba en el suelo, se encontró un arma de fuego calibre 22, además de un casquillo de bala".

Cerca de la 1 de la madrugada se montó el gigantesco operativo en torno al domicilio, cuando Gendarmería estableció un cerco perimetral y en el lugar trabajó personal de la Unidad Criminalística Móvil, de la Unidad Médica Forense, Prefectura y Same. Minutos después de las 3.30, fuentes policiales confirmaron el deceso de Nisman, y dos horas después su cuerpo fue retirado por la Unidad de Traslado Forense de Bomberos rumbo a la morgue de Tribunales, en la calle Viamonte.

La fiscal trabajó en el lugar junto al juez de la causa, Manuel de Campos, y el secretario de Seguridad de Nación, Sergio Berni, quien se constituyó en el edificio para supervisar la aplicación de los protocolos de preservación de la escena del crimen por parte de los servicios de policía científica de la Prefectura Naval Argentina y de la Policía federal Argentina convocados por los funcionarios judiciales a cargo de la investigación.

"Confío en la Policía Federal y Prefectura, trabajaremos con prudencia y cerca del mediodía tendremos precisiones, porque todavía no podemos confirmar el suicidio", puntualizó la fiscal antes de retirarse.

Nisman debía presentarse esta tarde en el Congreso para explicar la denuncia que presentó contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por la firma del Memorando de Entendimiento con Irán. La reunión había sido convocada para las 15 por la oposición, y el oficialismo había confirmado su presencia para el encuentro de comisión.

fuente Pagina 12

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LAS ULTIMAS HORAS DE NISMAN: "CON ESTO ME JUEGO LA VIDA"

  

Por  LAUREANO PÉREZ IZQUIERDO

 

Crédito: Martín Rosenzveig

El fiscal especial para el esclarecimiento de la causa AMIA, Alberto Nisman, fue encontrado muerto el domingo a la noche por su madre, en su domicilio de Puerto Madero. Su cuerpo fue hallado sin vida en el baño de su vivienda. En su escritorio estaban los papeles de la investigación que encaró el fiscal en la que hacía referencia a un plan para encubrir a los acusados del peor acto terrorista de la historia de la Argentina.

Sobre esos papeles Nisman había trabajado todo el sábado. Conocía al detalle la denuncia que preparó durante dos años, pero no quería que el azar fuera a desperdiciar la oportunidad que tenía de contar ante el Congreso lo que él había oído en cientos de escuchas telefónicas.

"Estoy tapado de trabajo, ordenando papeles. No sabés lo que es esto. Todavía no sé si son preguntas o tengo que exponer primero", repetía cada vez que lo interrumpían el sábado. "No quiero que se arme un show de esto. No quiero que el martes la tapa de los diarios sea que la exposición fue un escándalo, sino que sea lo que tengo para contar, que es muchísimo". El fiscal temía que su exposición se viera "embarrada" por alguna jugada extraña. Transmitía nervios e impaciencia. Quería que fuera lunes.

Conocí a Nisman hace varios años. No recuerdo el contexto. Estuvimos meses hablando sólo por teléfono hasta que hubo un café de por medio. Era más delgado de lo que transmitían las fotos y la televisión. Daba la impresión de un hombre hiperactivo. Que intentaba contener los nervios que indisimulablemente le salían por cada poro. Charlamos muchísimo. Intercambiábamos pareceres sobre la causa: yo muy escéptico con la captura de los iraníes; él muy confiado en hallar la verdad.

Me comentó sobre todos los nexos que encontró en su investigación entre Irán y el grupo terrorista Hezbollah. Tenía todos los nombres en su cabeza. No sólo el de los implicados y con pedido de captura internacional y "circulares rojas". Todos. Su cerebro era un archivo repleto de información: identidades, locaciones, nombres de empresas fantasma, cruces de llamadas. Almacenó durante años esos datos, uno tras otro dándole forma. Para estar seguro de no dejar ningún punto fuera de sus dictámenes. La trama del ataque terrorista estaba estructurada en su cabeza perfectamente. Se le podía preguntar cualquier cosa referida al caso que la rapidez con la que replicaba los nexos entre uno y otro protagonista aturdía. Del derecho y del revés.

Hubo decenas de nuevos contactos a lo largo de estos años. Celebró las famosas "circulares rojas" de Interpol. Sintió el apoyo a la investigación cuando se hizo explícita la firmeza argentina ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Y se indignó con el memorándum firmado entre el Gobierno e Irán. "Es inconstitucional", me confió en otro café que compartimos antes de presentar su escrito ante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral.

Y desde hacía dos años que trabajaba en este nuevo caso. "Tengo algo que es un escándalo. Están hasta la manija". Me lo adelantó hace más de un año, en noviembre de 2013, con otro café de por medio. Pero no podía decir nada más. Ni dar nombres. Sólo ese título. En ese momento creí que se trataba de una nueva prueba relacionada con la investigación del atentado. No sospechaba lo que vendría.

Pasaba el tiempo y la curiosidad crecía y con ella, los constantes llamados: ¿Y? ¿Algo para contar? Ya había pasado un año. "Todavía nada. Estoy más cerca. Muy cerca". Nisman era hermético.

En diciembre, se fue de vacaciones con su familia a Europa. Hablamos. Estaba feliz. Era un viaje que tenía prometido a una de sus hijas desde hacía tiempo. Siempre hablaba de ellas: eran su debilidad. "A la vuelta nos juntamos y vamos a almorzar". Sin embargo algo cambió el 7 de enero y decidió emprender -horas después- su retorno urgente a Buenos Aires. "Me están presionando. Me avisan que está escrito el dictamen de (Alejandra) Gils Carbó para apartarme", le comentó a un colaborador. Por eso concretó su vuelta y presentó ante la Justicia federal el escrito con la acusación por encubrimiento a los responsables del ataque terrorista a la AMIA que alcanza a la presidente Cristina Kirchner, al canciller Héctor Timerman y otros varios sospechados.

El miércoles a las 7 de la mañana hablamos por primera vez. Fui a verlo pocas horas después. Estaba con todo su equipo que iba y venía con carpetas. "Con esto me juego la vida", repetía a sus colaboradores. Me contó parte de la presentación que ya había hecho ante el juzgado de María Servini de Cubria, aunque me explicó que la causa recaería sobre el juez federal Ariel Lijo. Reconstruí los diálogos que habíamos tenido más de un año antes. Les encontré sentido. Sobre su escritorio tenía hojas y más hojas con apuntes. Frases marcadas con resaltado con los puntos más importantes de la investigación. "Necesito el dictamen. Las escuchas, algo", le rogué. "No puedo. Si hiciera eso estaría incurriendo en un delito. Hay nombres que por ley no puedo hacer públicos. Comprendeme. Es este, pero no podés leerlo. Ni tocarlo". Me mostró una carpeta con muchas páginas. "Son más de 300". Me enseñó la firma que probaba que ya había sido presentado y recibido en lo de Servini. Y nada más del expediente. "Es delito", insistía. Abandoné ante su firmeza.

Nisman estaba nervioso. Pero vivía nervioso. Era consciente del impacto que tendría su presentación. "Tengo todo probado. El pacto con Irán es la consecuencia del plan para asegurarle impunidad de los acusados". Sabía también lo que le esperaba. "Van a venir por mí", repetía a quien lo escuchara. "Van a decir cualquier cosa". También comentaba al pasar que estaba amenazado. "Hacé la denuncia", se le recomendó. No quiso. Decía que primero debía hablarlo con su ex mujer -en Europa con sus hijas- y que no quería que vivieran una pesadilla con custodia permanente hasta para ir al colegio.

Entre el miércoles y el viernes fueron constantes los llamados que mantuvimos de ida y vuelta. Impresiones sobre el avance de la causa. Su cita en el Congreso. Incertidumbre sobre qué lo esperaría. ¿Será televisada? Temía que un espectáculo mediático le impidiera dar un marco de seriedad al contenido que pretendía transmitir.

El sábado hablé tres veces con Nisman. La primera vez fue al mediodía. La segunda, a la tarde. Por último, a las 20.37. Ironizamos sobre intrascendencias y rió con ganas de un comentario. Nos saludamos. El domingo a las 7.54 le hice un típico reproche profesional por información que apareció en otro medio: el mensaje nunca fue leído.


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La muerte de Nisman

Berni: "Hay que ser prudente y responsable"

El secretario de Seguridad de la Nación remarcó que "como dijo la fiscal, las pericias son fundamentales", pero expresó que todos los indicios coinciden con la hipótesis del suicidio: "En criminalística, cuando usted tiene un cuerpo, una vaina y un arma, evidentemente las cosas se encaminan hacia un lado, dijo el funcionario en declaraciones a radio América. Asimismo, indicó que "la familia pidió reserva de diferente información. Hemos sido muy cuidadosos y respetuosos, y hemos dado simplemente escrito lo que ya era de público conocimiento".

En cuanto a su presencia anoche en el edificio del barrio porteño de Puerto Madero donde fue hallado sin vida el fiscal Alberto Nisman, Berni respondió: "Mi presencia ahí tiene que ver con la supervisión de todos los protocolos para conservar la escena del crimen". "A pedido del juez y la fiscal no podemos dar mayores datos. Hemos hecho un comunicado para no generar incertidumbre en la población debido a la importancia pública que tiene la muerte del doctor Nisman", añadió el secretario de Seguridad.

"Todas las cosas que han hecho la policía y la Gendarmería (en la escena del hecho) han sido con presencia de los testigos, de la fiscal, del juez, porque queremos todos aportar una investigación rápida, totalmente transparente y que no quede ninguna duda por lo que esto significa", añadió.

También confirmó que "el cuerpo (de Nisman) ya está en la morgue y están trabajando los peritos para satisfacer todos los interrogantes que tenga el juez y la fiscal", y reveló: "Le he dado la novedad a la Presidenta ni bien he tenido la confirmación del hecho".

Por otra parte, consultado sobre la custodia del fiscal fallecido, Berni relató que Nisman "no solamente tenía 10 custodios de la Policía Federal, sino que además él era el jefe de su propia custodia". "Él determinaba dónde los quería, cómo los quería y cuándo los quería", y también "cómo se hacía la custodia", añadió, y subrayó: "Nosotros hemos acudido al refuerzo de sus custodios. Los custodios que estaban hoy están con él desde 2007, así que mire la confianza que le tenía a su custodia el doctor Nisman".

Finalmente, el funcionario dijo que sobre este tema los medios "tienen que ser muy prudentes, no es bueno especular con diferentes hipótesis hasta no tener un panorama mucho más claro. Hay que ser más que prudente y responsable".


FUENTE PAGINA 12

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La muerte de Nisman

Voces desde la oposición

Referentes de los distintos partidos opositores se refirieron a la aparición sin vida del fiscal Alberto Nisman. El titular del radicalismo, Ernesto Sanz, afirmó que es "responsabilidad de la oposición" esclarecer las causas de la muerte, mientras el senador Luis Juez dijo no creer en la hipótesis del suicidio. La diputada Elisa Carrió habló de "una señal mafiosa" y Patricia Bullrich aseguró que Nisman le había contado que "estaba amenazado".

"Desde que se recuperó la democracia hasta hoy, este hecho debe ser uno de los más graves", expresó Sanz, senador nacional de la UCR y precandidato presidencial, en diálogo con radio Continental.

El legislador dijo que se deberá trabajar por "la dilucidación urgente de la causa de la muerte de Nisman, para traer luz sobre este hecho, y para que sus denuncias no queden en el olvido, y de esto es responsable la oposición".

Sanz manifestó que recibió la noticia con "congoja" y un estado de "shock", y adelantó que "el radicalismo va a tratar de ser muy prudente pero muy firme y vamos a tratar de tener acuerdos con los otros líderes de la oposición" en este sentido. "El contexto donde se produce esta muerte es muy complicado desde el punto de vista institucional, donde se mezcla el terrorismo internacional y los servicios de inteligencia de Argentina, una denuncia contra el gobierno y una presentación frustrada ante el Congreso que generó mucha expectativa", dijo.

Por su parte, el senador nacional del Frente Amplio Progresista Luis Juez afirmó esta mañana que no cree que el fiscal Alberto Nisman se haya suicidado, y aseguró que el Estado "va a tener que hacer un esfuerzo descomunal" para "llevar tranquilidad a los argentinos".

"Ahora resulta que este tipo, que parecía que se llevaba el mundo por delante, con una convicción increíble, a ese tipo después le faltó agallas para continuar con su vida. Yo no me lo creo, permítame que dude", señaló el legislador. En declaraciones a radio La Red, Juez insistió con que "hay muchas dudas", y afirmó que "siempre que estas cosas tienen que ver con el poder, las dudas persisten".

Más lejos fue la diputada nacional Elisa Carrió, quien dijo que la muerte del fiscal Alberto Nisman "era previsible" y aseguró que se trata de "una señal mafiosa". "Cuando uno conoce lo que no sale a la luz del poder, cómo se maneja el poder, cómo se manejan los Servicios (de Inteligencia), cómo se maneja la Policía y cómo se maneja el Gobierno desde Kichner a la fecha sabe que esto podía ocurrir", sentenció la líder de la Coalición Cívica.

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DOS NOTAS DE ANALISIS EN TORNO A NISMAN, POCAS HORAS ANTES DE SU MUERTE

ARTICULO DE HORACIO VERBITSKY, COLUMNISTA DE PAGINA 12 (DOMINGO 18 DE ENERO)

Del acuerdo Menem-Rabin a la denuncia contra Cristina

¿Hasta dónde Irán Nisman y Cía.?

Cuestionado por los jueces Canicoba y Servini y por Interpol, el fiscal Nisman llevará mañana al Congreso su gravísima denuncia contra CFK. Si un poder contramayoritario que intenta confinar la política a un expediente judicial intentara castigar a la presidente por la búsqueda de la verdad, la movilización popular podría marcarle sus límites. No basta con la purga en la SI mientras sean deudas pendientes las leyes de Inteligencia, de prevención de emergencias y de Acceso a la Información.

Por Horacio Verbitsky
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El fiscal Alberto Nisman hizo una estridente acusación, descalificada por el juez de la causa y por Interpol.

La gravísima denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la presidente CFK intenta apuntalar la versión sobre el atentado a la sede de la DAIA que acordaron hace más de veinte años los gobiernos de Israel y la Argentina, con el respaldo de Estados Unidos, cuando aún no había terminado la remoción de los escombros: acusar a Irán y no investigar la participación de Siria, pese a que las condiciones internacionales han cambiado. El problema es que en la causa no abundan elementos que lo sostengan, por lo cual ese relato descansa en recursos políticos y publicitarios. Mientras, nada se ha avanzado en el caudaloso expediente judicial, que se derrama al azar en episodios laterales, como la falsa conexión local y el desvío de la investigación por parte del ex presidente Carlos Menem y su ex juez Juan José Galeano. La estridente acusación de Nisman, descalificada por el juez de la causa y por Interpol, es otro capítulo de la misma estéril saga. Luego de recibir a Nisman, la complaciente dirigencia comunitaria de la DAIA y la AMIA convocó a todos los organismos y delegaciones que las integran pero la mayoría negó el apoyo que había solicitado el fiscal.

Un preciso ejercicio de desinformación intenta hacerle pagar al gobierno nacional la osadía de haberse apartado del libreto buscando que la justicia argentina pudiera indagar a los acusados por Nisman, en un tercer país o incluso en Irán, con el riesgo de que la presunta solidez del expediente se disipara en el aire, como ya ocurrió con el ex embajador persa en Buenos Aires, Hadi Soleimanpour: detenido en Londres a pedido de la justicia argentina, fue absuelto por falta de pruebas, puesto en libertad e incluso indemnizado. Que algún dirigente político o un falso influyente haya querido aprovechar para fines particulares el giro dado por el Poder Ejecutivo es una alternativa posible y recién se sabrá si algo hay de ello cuando se revelen las pruebas que dice tener el fiscal, quien mañana enfrentará en el Congreso al FpV. El oficialismo decidió no permitir que la oposición monte allí un nuevo escándalo. De progresar la agresión contra la presidente en la ciénaga judicial, no puede descartarse una convocatoria a la movilización en las calles. Esto pondría en evidencia los desbarres de un poder contramayoritario que intenta confinar la política dentro de los límites de un expediente tribunalicio, alimentado como en un chiquero judicial con basura de los servicios de informaciones.

Alerta roja

En la conferencia de prensa del jueves, el canciller Héctor Timerman mostró la nota que envió el 15 de febrero de 2013 a Interpol: le informaba a su secretario general (el abogado, economista y ex jefe del Servicio Secreto de Estados Unidos, Ronald Kenneth Noble), que los pedidos de captura internacional sólo podrían ser modificados a solicitud del juez Rodolfo Canicoba Corral. Esta semana Canicoba dijo que al firmar las órdenes de captura contra los iraníes que le solicitó Nisman, ordenó al fiscal que profundizara esa investigación y no se basara apenas en informes de inteligencia, y que también siguiera la pista siria y la conexión local. "Nada de eso hizo", sentenció. Tampoco su colega María Servini encontró en la presentación de Nisman "las pruebas que le otorgan sustento a sus solicitudes", por lo que se negó a habilitar la feria juicial. En el Forum Shopping de Nisman, la denuncia será considerada por el juez federal Ariel Lijo. Cuando la camarista Luisa Riva Aramayo comenzó la negociación con Carlos Alberto Telleldín para pagarle un falso testimonio, Lijo era uno de sus más próximos colaboradores. Su hermano, Alfredo Lijo, trabajó con el auditor Javier Fernández, a pedido de Riva Aramayo, según el propio Fernández en un reportaje de Hugo Aleonada Mon. Riva Aramayo no fue procesada junto con el juez Galeano porque murió en 2002.

El Memorando de Entendimiento con Irán fue firmado el 27 de enero de 2013, en Etiopía, cuando Estados Unidos y sus principales aliados comenzaban una negociación de desarme con el gobierno de Teherán y las aperturas hacia Siria ya habían fracasado. En una entrevista para esta nota, Timerman explicó que de regreso a Buenos Aires se reunió con las distintas asociaciones de familiares de las víctimas, con el presidente de la DAIA Julio Schlosser y con el de la AMIA, Guillermo Borger. En la única conferencia de prensa conjunta, todos declararon su apoyo al memorando. Pero sin explicación por el cambio, la DAIA y la AMIA pidieron al Congreso que no lo ratificara y reclamaron su inconstitucionalidad a la Justicia, concedida el año pasado por la sala I de la Cámara Federal porteña. Al mismo tiempo, dijo Timerman, el canciller iraní Ali Akbar Salehi le propuso enviar una nota conjunta a Interpol informando que con la firma del memorando debían cesar las alertas rojas. Esto no formaba parte de las instrucciones que había recibido de la presidente, dijo el canciller. Timerman llamó a Interpol para explicarle a Noble lo que estaba sucediendo. Noble le respondió en inglés que se quedara tranquilo, que las alertas rojas no se modificarían. Timerman le expuso su situación personal, como firmante del memorando, ministro del gobierno argentino y judío. Noble le dijo entonces, ahora en francés, que entendía la situación y que no tenía motivo para preocuparse. Timerman le contó de los insultos, las graves acusaciones y las amenazas que estaba recibiendo. Noble cambió del francés al castellano. "Se lo dije en inglés, en francés y ahora en su idioma: el memorando es muy conveniente y no hay riesgo de que sobre esa base se modifiquen las alertas rojas." Timerman le pidió que Interpol lo dijera en una nota formal. Ese mismo día la firmó el Consejero Jurídico de Interpol, Joel Sellier, y el entonces subsecretario de Justicia y actual subsecretario de Inteligencia, Juan Martín Mena, trajo el original desde Lyon a Buenos Aires. Decía que el acuerdo era positivo para esclarecer la causa y que "no implica ningún tipo de cambio en el estatus de las notificaciones rojas". Este jueves, Nisman respondió en tiempo real a la conferencia de prensa: dijo que Timerman había pedido levantar las alertas rojas y que Interpol se lo negó. A raíz de ello, Timerman se comunicó el viernes con Noble, quien sepultó cualquier polémica, con el mail que el canciller difundió esa misma tarde: "Usted dijo en forma explícita que la presidente Cristina Fernández de Kirchner, usted como ministro de Relaciones Exteriores y todo el gobierno argentino estaba cien por ciento comprometido con el mantenimiento de las alertas rojas de Interpol". Agrega que durante la asamblea general de Interpol, hace apenas dos meses, "usted reafirmó su compromiso personal y el del gobierno argentino con el mantenimiento de las alertas rojas, al mismo tiempo que trataba de hacer todo lo que estaba a su alcance para que hubiera verdaderos progresos en la investigación. Recuerdo la forma apasionada en que habló de las víctimas y de sus seres queridos, que tanto sufrieron y que merecen ver el avance de la investigación y la presentación a la Justicia de los responsables por este mortífero ataque". Se entiende mejor así por qué en las grabaciones de Nisman el presunto agente iraní Jorge Alejandro Khalil dice que "por las cagadas que se mandó este ruso de mierda las circulares no se bajaron". Si algún vendedor de humo había prometido lo contrario, es problema suyo. Hasta ahora nadie ha incurrido en el ridículo de sugerir que las comunicaciones con Interpol fueron personales del ciudadano Timerman, sin conocimiento de la presidente. La propia exégesis de Nisman ante la prensa refuta sus conclusiones. Goza de todos modos de una apreciable protección, que le permite hablar horas en las pantallas de televisión sin que ningún juez o fiscal lo acuse de violar secretos, como le ocurrió a su colega Carlos Gonella por retwitear una página oficial del Ministerio Público en la que se informaba sobre un pedido de procesamiento contra varias personas por lavado de dinero obtenido con la venta de cocaína.

La InfAMIA

Parte de esta historia ya fue narrada aquí el 18 de julio de 2004, en una nota que se tituló "La InfAMIA. El acuerdo Menem-Rabin para no investigar". A pocas horas de producido el atentado, a las 9.53 del 18 de julio de 1994, el gobierno israelí del general Yitzhak Rabin propuso al argentino de Carlos Menem coordinar una interpretación unificada, que conviniera a los intereses políticos de ambas administraciones. Así lo informó el embajador argentino en Israel José María Valentín Otegui, en un cable emitido a las 2.50 horas del 19 de julio de 1994, apenas 17 horas después del estallido que costó la vida a 85 personas y heridas a 300. De este modo, ambos gobiernos condicionaron la investigación a las respectivas ventajas que cada uno pudiera obtener y sin mayor interés por el descubrimiento de la verdad y el castigo de los responsables. Lo mismo ocurrió con los dirigentes de la DAIA y la AMIA. Timerman recuerda que durante una de las reuniones en las que se discutió el memorando, Schlosser le preguntó por qué insistía tanto en la investigación. "Por respeto a los muertos en el atentado", le respondió. "Olvidate de los muertos. Hay que pensar en los vivos", dijo Schlosser. Algo similar le transmitió a Timerman su colega israelí, Avigdor Lieberman, durante un encuentro en las Naciones Unidas. "¿Para qué quieren un juicio, si los diarios de todo el mundo ya publicaron que fue Irán?", le dijo con sorna. El año pasado, para desacreditar el Memorando de Entendimiento, el ex embajador de Israel en Buenos Aires, Itzhak Aviran, declaró que "la gran mayoría de los culpables ya está en el otro mundo, y eso lo hicimos nosotros".

El cable sobre el acuerdo Menem-Rabin fue hallado entre las informaciones secretas que el gobierno de Néstor Kirchner resolvió liberar al conocimiento de los familiares de las víctimas y de la Justicia. En 2004 el entonces encargado de la Unidad Especial de Investigación del atentado, Alejandro Rúa, puso en conocimiento de Canicoba Corral el cable EISRA 010365/1994. Allí Otegui informa que Rabin enviaba a Buenos Aires en un avión de la Fuerza Aérea israelí a un diplomático de su relación personal y directa, el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de la Cancillería de Israel, Dov Schmorak, quien había sido embajador en la Argentina entre 1980 y 1985.

Antes de embarcarse hacia Buenos Aires, Schmorak se comunicó en medio de la noche con el embajador Otegui y le pidió que lo ayudara a entrevistarse con el presidente Menem y con el canciller Di Tella en cuanto llegara a Buenos Aires. Para el gobierno israelí "es importante coordinar con el nuestro una versión coincidente del atentado", en especial por el impacto que la manera de presentar lo sucedido tendrá ante la opinión pública israelí, "dado que partidos de oposición y algunos medios de prensa están utilizando el hecho para atacar duramente política de paz gobierno Rabin". En ese momento, estaba muy avanzada una negociación de paz en Oslo que incluía a la OLP conducida por Yasser Arafat y por primera vez comprometía al gobierno sirio del presidente Hafez Al Assad. Contaba para esas tratativas con el apoyo del gobierno estadounidense de Bill Clinton, en cuya presencia se firmaron los acuerdos en la Casa Blanca, en septiembre de 1993. En enero de 1994 el presidente sirio anunció que la negociación con Rabin incluiría "una paz real y relaciones normales" a cambio de la devolución de las alturas del Golan, ocupadas por Israel en la guerra de 1967. Hasta entonces El

Assad había sido el más duro opositor a la mera existencia de Israel en el mapa del Medio Oriente. Pero a partir de allí, tanto Washington como Jerusalén se enfocaron en Irán y llegaron a contemplar un nuevo bombardeo a sus instalaciones nucleares como el que Israel realizó en 1981 en Osirak. Tres meses después del atentado contra la DAIA Rabin recibió el Premio Nobel de la Paz y al año siguiente fue asesinado por un estudiante derechista que se oponía a la devolución de territorios ocupados a cambio del cese de hostilidades. Desde entonces sólo hubo retrocesos en el intento de paz.

El cable del embajador Otegui agrega que "objetivo de entrevista de alto nivel solicitada es coordinar interpretación del atentado" con el propósito de "presentar a la prensa –inmediatamente después del encuentro– una versión unificada de lo ocurrido". Schmorak llegó por la noche del martes 19. Tal como se había solicitado fue recibido por Menem y en un reportaje concedido al diario Clarín al salir, dijo que "el número uno en la lista de sospechados es Irán. Hay organizaciones fundamentalistas islámicas inspiradas por Irán, financiadas por Irán, entrenadas por Irán, pero que no son iraníes, como Hezbollah, en el Líbano". También dijo que Menem aceptaba la hipótesis de la participación de algunos elementos locales. La ausencia más notoria en todas las declaraciones, del enviado israelí y de las autoridades argentinas, fue la pista siria, pese a las evidencias que saltaban a la vista. En la misma semana un vocero del ministerio de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos afirmó que Siria no tenía nada que ver con el atentado. Esa línea se siguió en forma minuciosa en todas las investigaciones posteriores. Luego de revelar la existencia y el contenido de este cable, el ex presidente de la DAIA Rubén Beraja, uno de los acusados por desviar la investigación me preguntó si había más información, para conocer si "fuimos títeres de un juego macabro por parte de ambos gobiernos". También me contó que el 22 de julio de 1994, durante una reunión en la quinta de Olivos, "Menem insistía que de confirmarse las presunciones debían cortarse las relaciones con Irán en forma inmediata". Es decir tres días después de la reunión con el enviado de Rabin.

Si las motivaciones de Rabin y Clinton se explicaban por razones políticas de sus respectivos gobiernos, el interés del gobierno argentino de entonces por desviar la atención lejos de Siria es comprensible, por los lazos familiares de Menem, el financiamiento que El Assad le suministró para su campaña presidencial en 1989 y la denuncia de traición en 1990, cuando Menem se sumó a la primera expedición estadounidense contra Irak (gobernado por el mismo partido Baas que Siria), incumplió los acuerdos de cooperación espacial con países árabes y entregó a Estados Unidos todos los de-sarrollos del misil Cóndor. Jacobo Timerman, padre del actual canciller, recordó en una entrevista que publiqué en esta página el 31 de mayo de 1992, dos meses después del atentado a la embajada de Israel, que Menem viajó a Siria en cuanto ganó la candidatura presidencial peronista. "Dijo que iba a saludar a una tía, cosa que se me hizo totalmente no creíble, y en realidad tuvo una reunión con el Presidente Hafez El assad, que es el más grande narcotraficante del mundo." Entre las líneas que la investigación judicial no profundizó hay una que concierne en forma cercana a los ex presidentes de Siria y de la Argentina. Un primo de El Assad y otras dos personas fueron detenidas después del atentado en el mismo edificio de la calle Cochabamba en el que Menem tenía el departamento que utilizaba en sus frecuentes visitas a Buenos Aires cuando era gobernador de La Rioja. El primo de El Assad y sus acompañantes fueron liberados luego de una reunión de Menem con el juez Galeano. Sucesivas notas de Raúl Kollmann y de Juan José Salinas han abundado sobre la seriedad de la pista siria y la inconsistencia de la investigación de Nisman, cuya subordinación explícita a las líneas de acción que le comunicaban en la embajada de Estados Unidos consta en abundantes cables dirigidos por esa sede a su gobierno. El viernes asumió sus funciones el nuevo embajador Noah Mamet. Habrá que aguardar una futura tanda de Wikileaks para saber si es real la información que circula entre funcionarios judiciales que conocen a Nisman, sobre un encuentro con el consejero político Ken Roy antes de presentar su incandescente dictamen. Roy es el enlace de la embajada con la Asociación de Magistrados, que conduce la resistencia judicial al gobierno. Esta relación promiscua con una potencia extranjera no ha producido el menor escándalo en quienes, de derecha a izquierda, sólo lo ven como un proyectil capaz de hacer daño al gobierno nacional. Cualesquiera sean los respaldos de Nisman, no se entiende cómo podría el gobierno "fabricar la inocencia de Irán". Como el fiscal es quien debe probar la culpabilidad, esta es una inversión de la carga de la prueba o una implícita admisión de que al cabo de diez años carece de elementos probatorios.

Acciones y omisiones

Lo burdo del intento por incriminar a la presidente, que tanto Canicoba Corral como el gobierno atribuyeron al removido jefe de la Secretaría de Inteligencia Antonio Horacio Stiuso, no implica que todos los pasos oficiales hayan sido apropiados. Tanto Nisman como Stiuso contaron con el respaldo de Kirchner, quien en 2005 llevó a las Naciones Unidas la denuncia contra Teherán, cuando George W. Bush buscaba un pretexto para repetir sobre Irán la devastación de Bagdad, tal como se señaló entonces aquí. Cristina siguió ese esquema durante su primer mandato. Sus frecuentes encuentros dentro y fuera del país con la DAIA y la AMIA no impidieron que esas organizaciones se alinearan con la oposición en el cuestionamiento a sus tentativas de esclarecimiento. En cambio nunca recibió a la organización de familiares de las víctimas Memoria Activa, que apoyó en el Congreso el Memorando de Entendimiento y que denunció ahora una operación contra la presidente. También llevó el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y aceptó un proceso de negociación amistosa con el patrocinio del CELS y CEJIL. El 4 de marzo de 2005, el Estado reconoció ante la CIDH su responsabilidad internacional por la violación de los derechos humanos al no haber cumplido la función de prevención, por la denegatoria de justicia debido al encubrimiento de los hechos y al grave y deliberado incumplimiento de la función de investigarlos. Como reparación integral se comprometió a una agenda de trabajo tendiente a informar a la población, investigar los hechos, prevenir su repetición futura, compensar los daños y reformar algunas leyes, entre ellas la de Inteligencia. Además de informar sobre el acuerdo, debía fortalecer los organismos investigativos tanto del Ministerio Público como del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, garantizar la investigación del atentado y de su encubrimiento, profundizar el relevamiento de archivos en poder de la Secretaría de Inteligencia, extenderlo a la Dirección de Migraciones e informatizar sus registros. También se comprometió a crear una unidad especializada en catástrofes, tanto para la atención de las emergencias médicas como para la recolección y protección de pruebas en casos criminales, incluyendo un plan de contingencia para casos de atentados. Además debía impulsar una ley de reparación para todas las víctimas del atentado, transparentar el sistema de utilización de fondos reservados de la Secretaría de Inteligencia y facilitar el acceso a la información de inteligencia por parte de los jueces involucrados en investigaciones vinculadas con hechos de terrorismo. A veinte años del atentado y diez del reconocimiento de responsabilidad, los compromisos no se han cumplido. En este tema, como en tantos otros, Cristina ha mostrado capacidad de rectificación. Pero no basta con la remoción de los agentes de la Secretaría de Inteligencia que resolvieron su conflicto de obediencias en contra de sus deberes funcionales y de su lealtad nacional. Quienes los impugnaron cuando estaban en la cumbre de su poder no necesitan sobreactuar ahora sus críticas. Basta con señalar que este es un momento oportuno para cumplir con la reforma de la ley de Inteligencia comprometida ante la CIDH y con la complementaria y también adeudada ley de acceso a la información pública. Tal vez así, además de las apasionantes anécdotas del día, se avance en reformas estructurales que ayuden a impedir la repetición de tanto bochorno.



En tanto, la diputada del PRO Patricia Bullrich informó que Nisman le había dicho que "estaba amenazado" luego de haber denunciado a la presidenta Cristina Kirchner por "encubrimiento" en la causa AMIA y afirmó que no cree en la hipótesis de un suicidio.

"El fiscal me dijo que estaba amenazado, me lo dijo el viernes y me lo dijo el sábado", afirmó Bullrich en declaraciones a la prensa en la puerta de la casa donde encontraron muerto a Nisman. La diputada agregó más tarde que Nisman le había comentado que sabía "que lo iban a denostar, que lo iban a acusar de cualquier cosa, que la causa era muy pesada, muy fuerte", pero que estaba "dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias".

"Hablé con él el sábado para coordinar detalles de su presencia en el Congreso, me dijo que se iba a quedar todo el fin de semana en su casa estudiando la causa", señaló. En declaraciones a radio Continental, Bullrich explicó que el fiscal quería que la reunión que se iba a desarrollar hoy en el Congreso fuera reservada "para dar pruebas más contundentes", y que el kirchnerismo quería hacerla pública "para poder recusarlo".

"No creo en la hipótesis de un suicidio alrededor de tanto poder y tantas situaciones. Siento que acá hay mucho que ver y muchos intereses", dijo la diputada al ser consultada sobre la causa de la muerte del fiscal.


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Sobre las ruinas de la AMIA. De burdo montaje a virtuosa operación política

Por Facundo Escobar, PIA.- La corporación judicial argentina, en un nuevo hito en la manipulación de la causa que investiga el ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, revela la lógica de la disputa política local y las operaciones internas e injerencia de Estados Unidos e Israel en el sistema político argentino. Un fiscal local que reporta a Washington y al gobierno de Israel denunció a la propia presidenta del país y a varios dirigentes políticos de "fabricar la inocencia de Irán a cambio de un acuerdo comercial beneficioso".

Atentado AMIA

Alberto Nisman, fiscal especial a cargo de la causa que investiga el atentado a la AMIA, el que se cobró la vida de 85 personas en julio de 1994, estancada desde hace 20 años, presentó una insólita denuncia contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque (La Cámpora), dos reconocidos dirigentes populares antiimperialisas, defensores de los derechos del pueblo palestino, Luis D'Elía (MILES) y Fernando Esteche (MPR Quebracho), un dirigente de la comunidad islámica argentina, Yusf Jhalil, un ex fiscal y un número desconocido de integrantes de los servicios de inteligencia.

Esta nueva operación de alta visibilidad, de potente cobertura mediática -y en concreto, la ausencia de avances en el esclarecimiento de la autoría del ataque- parece exponer que los intereses de aquellos que tienen a cargo la investigación no es resolver el caso, sino mantenerlo sin solución a la vez que garantizar la impunidad de los verdaderos responsables. La nueva coyuntura abierta con la denuncia expone el juego de poder local, la penetración política del poder judicial y la injerencia imperial en el sistema judicial y político local.

En la denuncia, según documentos girados a periodistas por la propia fiscalía, se acusa a la jefa de Estado y al canciller de ordenar y dirigir "un plan de impunidad y encubrir a los prófugos iraníes de la voladura a la mutual judía" y al resto de los actores, de orquestarlo y llevarlo a cabo en una especie de diplomacia para-estatal "para cerrar el caso con falsos culpables y permitir que la Argentina intercambie con Irán petróleo por granos". El Memorándum de Entendimiento firmado en 2012 entre Argentina e Irán para establecer la verdad acerca del atentado a la AMIA  sería un método para fabricar la supuesta autoría del ataque. Cabe recordar que aunque haya sido criticado y combatido por Israel, la AMIA, DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), la oposición política local, y el propio Nisman, el Memorandum fue aprobado por el Congreso de la Nación Argentina y apoyado por gran cantidad de familiares de víctimas, la propia Interpol y distintos organismos internacionales.

Durante el juicio de 1994 se llevó adelante un proceso judicial repleto de irregularidades, donde el propio juez Juan José Galeano fue acusado de pagar 400 mil dólares a un traficante de autos acusara a un funcionario iraní de haberle comprado una camioneta, para luego ser destituido por pagar sobornos, fabricar y destruir pruebas, llevar a cabo escuchas ilegales, tal como demostró la justicia, entre otras (probadas) acusaciones.  En este marco, el ex presidente Néstor Kirchner ordenó el cierre del escandaloso juicio, destituyendo al juez Galeano y su equipo, los cuales contaban con el apoyo del entonces presidente de la DAIA, Rubén Berajas. Luego Kirchner designó a Nisman como fiscal de la causa con poderes especiales quien todavía sigue la línea de trabajo de Galeano, la hipótesis de trabajo de Washington y Tel Aviv: "la pista iraní".

El año pasado Nisman presentó una supuesta conclusión de su investigación, sin prueba alguna, en la que supone que  varios altos funcionarios iraníes serían responsables de la masacre. La presentación judicial resultó una burda copia de lo que plantean Estados Unidos e Israel sobre la supuesta presencia de grupos del país persa que habrían estado operando amparados por gobiernos de la región.

Esa vinculación y dependencia política de Nisman se sostiene no sólo observando el devenir del propio su trabajo, sino atendiendo a la información revelada por Wikileaks y el libro Argenleaks del periodista Santiago O'Donnell (nunca negada por el propio fiscal) donde quedó expuesto que durante los años de su trabajo en la causa, Nisman reportó con frecuencia a la Embajada de Estados Unidos. Según los cables del propio ex embajador Earl A. Wayne el fiscal "pedía muchas disculpas" ante la sede diplomática "y agradecía el apoyo y la ayuda del gobierno de los Estados Unidos" al tiempo que expresaba que "de ninguna manera quería socavar eso". A su vez, es de público conocimiento que Nisman ha viajado asiduamente a Israel donde elevó informes de la causa.

Familiares de víctimas, jueces, periodistas, políticos y organizaciones de la sociedad civil denuncian a Galeano, Nisman y a otra de las piezas claves, el ex jefe de los aparatos de inteligencia de Argentina, el ex director general de Operaciones Antonio "Jaime" Stiusso, desplazado por Cristina Kirchner, por no investigar y obstaculizar la causa.

La manipulación de la causa AMIA encontró un nuevo hito en esta reciente denuncia presentada en los Tribunales del nivel de Justicia Federal durante la feria, ante el juzgado de Ariel Lijo, quien tiene a su cargo el actual procesamiento del vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, acusado de cohecho y negociaciones incompatibles con su función. Lijo resolverá en las próximas semanas. La jueza de turno, que recibió la denuncia, resolvió no levantar la feria aduciendo que las pruebas presentadas no lo ameritan.

Luego de 10 años trabajando en una investigación que lleva 20 años estancada, Nisman sostiene que dedicó dos años y medio redactando su denuncia, construida en base a la manipulación de información de inteligencia de procedencia ilegal, escuchas que no fueron ordenadas delineadas por suposiciones políticas. Según sostuvo el juez a cargo de la causa, Rodolfo Canicoba Corral, Nisman se arrogó facultades para extraer elementos de la causa pero sin informarle. Canicoba Corral dejo saber que evalúa remover a Nisman de su cargo caracterizando su conducta como "casi delictual", indicando que la excesiva información que otorgó a la prensa (sobre las escuchas), además de no haber contado con su visto bueno como juez a cargo, es una forma de arruinar las pruebas. Se expone así un sistema de espionaje del cual el fiscal Nisman emerge como pieza visible.

¿Por qué se elige esta coyuntura precisa para sacar a la luz la denuncia de Nisman? Más allá que la denuncia avance, llegue o no a procesamiento judicial, llegue o no a juicio, existen otros objetivos que se han hecho explícitos inmediatamente después de que la maniobra haya sido lanzada por Nisman.

A nivel local, los recientes cambios en el aparato de inteligencia de Argentina integrados en la contienda electoral ya iniciada, que delineará todo el 2015 culminando en una nueva elección presidencial a fin de año, configuran un contexto propicio para operaciones conspirativas de estas características. Hay mucho poder en juego.

El debate que se fue configurando a escala nacional, en todos los medios de comunicación, dejó en claro que uno de los objetivos parece haber sido, trabajando sobre el sentido común, a nivel de sociedad, instalar desde lo simbólico, a escala colectiva, la asociación Irán-terrorismo, gobierno-corrupción, operaciones internas-gobierno; alimentando a su vez la estigmatización de dirigentes políticos como Fernando Esteche y Luis Delía.

Algunas figuras políticas locales, en su intervención sobre el tema, aportan a su vez elementos que pueden servir para entender la disputa de fondo y las formas de confrontación. Sergio Massa, candidato a la presidencia, ex Jefe de Gabinete de Cristina Ferández, también indicado como asiduo visitante a la Embajada de Estados Unidos en los cables de Wikileaks, declaró que "el gobierno eligió abrazar a los violentos del mundo" en referencia a la República Islámica de Irán.  Mientras tanto Massa, en su campaña presidencial, dejó en claro que un objetivo central luego de una posible victoria sería que Argentina reestablezca relaciones prioritaras, estratégicas, con Estados Unidos, Inglaterra e Israel, hoy quizás, los mayores estados terroristas a escala planetaria.

El contexto internacional, teñido por el ataque al semanario satírico Charlie Hebdo en Francia no puede ser un dato menor. La denuncia viene a alimentar por un lado la escalada de islamofobia y la persecución sobre aquellos sectores políticos que cuestionan las líneas de las matrices de la política internacional e insinúan una apertura o construcción de relaciones político-económicas y culturales con países fuera de la órbita imperialista. El marco internacional es la caída del precio del petróleo y el inicio, quizás, de una nueva profundización de la injerencia en Medio Oriente.

La denuncia de Nisman, que parece pretender desviar la atención en el caso AMIA respecto a los autores del ataque, puso de relieve muchos elementos del sistema político en Argentina. Marca quizás el tono de lo que será un año electoral, con el propio cargo de presidente en juego, donde Cristina Fernández de Kirchner no puede postularse al cargo y el partido de gobierno no tiene por el momento candidato sucesor definido. Por su parte, la oposición política sigue fragmentada, con la puja en la construcción del candidato propio, teñida fuertemente por la injerencia imperial y las influencias neoliberales, aunque con la certeza de que deberán sostener importantes políticas de estado y orientaciones políticas generales a riesgo de desatar mayores niveles de conflictividad social. Mientras tanto, otras fracciones de la dirigencia política local, incluso de extracciones progresistas, con sus declaraciones avalando la denuncia de Nisman, hasta el momento, han demostrado en la actual coyuntura un fuerte temor o incapacidad por enfrentar las operaciones de inteligencia y los intereses imperiales injerencistas en nuestro país.

Este operación de alto impacto no puede ser entendida aislada de los procesos de desestabilización que se dieron en nuestra región al estilo Honduras y Paraguay, donde el Poder Judicial sirvió de vector clave en la destitución de Zelaya y Lugo, inaugurando una nueva forma de golpismo. ¿Puede concretarse un golpe de esas características así en nuestro país? Creemos que no. Sin embargo, estas operaciones pueden golpear, e incluso provocar graves heridas.

Heridas por el desgaste del gobierno, heridas por el descrédito que puede implicar la falta de respuesta de la dirigencia política que ya se ha notado (quizá porque el eje de sus decisiones consiste en enfrentar al oficialismo), heridas porque puede significar un nuevo proceso de persecución política contra dirigentes como Delía que ya han afrontado algo así, o Fernando Esteche, quien ha estado en prisión como preso político durante todo el año 2014, condenado por un hecho del que hasta los propios jueves saben que no participó.

Más allá de que prime la idea de que esto se trata de un burdo montaje (tal como parece indicarlo la forma en que es entendido por la mayoría de la población argentina), la denuncia se ha trastocado en virtuosa operación política catalizada por los medios de comuniación, y dada la realidad del sistema judicial en Argentina (su corrupción, su precio, su racismo y su lugar preferencial y blindado en el sistema de poder en general) puede avanzar y cobrarse víctimas políticas.

Los contrapesos posibles serán el rol y la dignidad de la dirigencia política en general, y la dirigencia de vocación popular -por el momento acallada, tímida, temerosa o incluso funcional-; el entendimiento que se logre desde el pueblo, vale decir, la efectividad de la maniobra de instalación; y finalmente, la movilización política de los sectores populares.

@facundoesco

*Facundo Escobar es Antropólogo, docente en la cátedra Relaciones Internacionales y Comunicación (II) de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social – UNLP, parte del equipo PIA e integrante de la Dirección Nacional del MPR Quebracho de Argentina.

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Sobre las ruinas de la AMIA. De burdo montaje a virtuosa operación política

18/01/2015


Por Facundo Escobar, PIA.-
La corporación judicial argentina, en un nuevo hito en la manipulación de la causa que investiga el ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, revela la lógica de la disputa política local y las operaciones internas e injerencia de Estados Unidos e Israel en el sistema político argentino. Un fiscal local que reporta a Washington y al gobierno de Israel denunció a la propia presidenta del país y a varios dirigentes políticos de "fabricar la inocencia de Irán a cambio de un acuerdo comercial beneficioso".



Alberto Nisman, fiscal especial a cargo de la causa que investiga el atentado a la AMIA, el que se cobró la vida de 85 personas en julio de 1994, estancada desde hace 20 años, presentó una insólita denuncia contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque (La Cámpora), dos reconocidos dirigentes populares antiimperialisas, defensores de los derechos del pueblo palestino, Luis D'Elía (MILES) y Fernando Esteche (MPR Quebracho), un dirigente de la comunidad islámica argentina, Yusf Jhalil, un ex fiscal y un número desconocido de integrantes de los servicios de inteligencia.

Esta nueva operación de alta visibilidad, de potente cobertura mediática -y en concreto, la ausencia de avances en el esclarecimiento de la autoría del ataque- parece exponer que los intereses de aquellos que tienen a cargo la investigación no es resolver el caso, sino mantenerlo sin solución a la vez que garantizar la impunidad de los verdaderos responsables. La nueva coyuntura abierta con la denuncia expone el juego de poder local, la penetración política del poder judicial y la injerencia imperial en el sistema judicial y político local.

En la denuncia, según documentos girados a periodistas por la propia fiscalía, se acusa a la jefa de Estado y al canciller de ordenar y dirigir "un plan de impunidad y encubrir a los prófugos iraníes de la voladura a la mutual judía" y al resto de los actores, de orquestarlo y llevarlo a cabo en una especie de diplomacia para-estatal "para cerrar el caso con falsos culpables y permitir que la Argentina intercambie con Irán petróleo por granos". El Memorándum de Entendimiento firmado en 2012 entre Argentina e Irán para establecer la verdad acerca del atentado a la AMIA  sería un método para fabricar la supuesta autoría del ataque. Cabe recordar que aunque haya sido criticado y combatido por Israel, la AMIA, DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), la oposición política local, y el propio Nisman, el Memorandum fue aprobado por el Congreso de la Nación Argentina y apoyado por gran cantidad de familiares de víctimas, la propia Interpol y distintos organismos internacionales.

Durante el juicio de 1994 se llevó adelante un proceso judicial repleto de irregularidades, donde el propio juez Juan José Galeano fue acusado de pagar 400 mil dólares a un traficante de autos acusara a un funcionario iraní de haberle comprado una camioneta, para luego ser destituido por pagar sobornos, fabricar y destruir pruebas, llevar a cabo escuchas ilegales, tal como demostró la justicia, entre otras (probadas) acusaciones.  En este marco, el ex presidente Néstor Kirchner ordenó el cierre del escandaloso juicio, destituyendo al juez Galeano y su equipo, los cuales contaban con el apoyo del entonces presidente de la DAIA, Rubén Berajas. Luego Kirchner designó a Nisman como fiscal de la causa con poderes especiales quien todavía sigue la línea de trabajo de Galeano, la hipótesis de trabajo de Washington y Tel Aviv: "la pista iraní".

El año pasado Nisman presentó una supuesta conclusión de su investigación, sin prueba alguna, en la que supone que  varios altos funcionarios iraníes serían responsables de la masacre. La presentación judicial resultó una burda copia de lo que plantean Estados Unidos e Israel sobre la supuesta presencia de grupos del país persa que habrían estado operando amparados por gobiernos de la región.

Esa vinculación y dependencia política de Nisman se sostiene no sólo observando el devenir del propio su trabajo, sino atendiendo a la información revelada por Wikileaks y el libro Argenleaks del periodista Santiago O'Donnell (nunca negada por el propio fiscal) donde quedó expuesto que durante los años de su trabajo en la causa, Nisman reportó con frecuencia a la Embajada de Estados Unidos. Según los cables del propio ex embajador Earl A. Wayne el fiscal "pedía muchas disculpas" ante la sede diplomática "y agradecía el apoyo y la ayuda del gobierno de los Estados Unidos" al tiempo que expresaba que "de ninguna manera quería socavar eso". A su vez, es de público conocimiento que Nisman ha viajado asiduamente a Israel donde elevó informes de la causa.

Familiares de víctimas, jueces, periodistas, políticos y organizaciones de la sociedad civil denuncian a Galeano, Nisman y a otra de las piezas claves, el ex jefe de los aparatos de inteligencia de Argentina, el ex director general de Operaciones Antonio "Jaime" Stiusso, desplazado por Cristina Kirchner, por no investigar y obstaculizar la causa.

La manipulación de la causa AMIA encontró un nuevo hito en esta reciente denuncia presentada en los Tribunales del nivel de Justicia Federal durante la feria, ante el juzgado de Ariel Lijo, quien tiene a su cargo el actual procesamiento del vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, acusado de cohecho y negociaciones incompatibles con su función. Lijo resolverá en las próximas semanas. La jueza de turno, que recibió la denuncia, resolvió no levantar la feria aduciendo que las pruebas presentadas no lo ameritan.

Luego de 10 años trabajando en una investigación que lleva 20 años estancada, Nisman sostiene que dedicó dos años y medio redactando su denuncia, construida en base a la manipulación de información de inteligencia de procedencia ilegal, escuchas que no fueron ordenadas delineadas por suposiciones políticas. Según sostuvo el juez a cargo de la causa, Rodolfo Canicoba Corral, Nisman se arrogó facultades para extraer elementos de la causa pero sin informarle. Canicoba Corral dejo saber que evalúa remover a Nisman de su cargo caracterizando su conducta como "casi delictual", indicando que la excesiva información que otorgó a la prensa (sobre las escuchas), además de no haber contado con su visto bueno como juez a cargo, es una forma de arruinar las pruebas. Se expone así un sistema de espionaje del cual el fiscal Nisman emerge como pieza visible.

¿Por qué se elige esta coyuntura precisa para sacar a la luz la denuncia de Nisman? Más allá que la denuncia avance, llegue o no a procesamiento judicial, llegue o no a juicio, existen otros objetivos que se han hecho explícitos inmediatamente después de que la maniobra haya sido lanzada por Nisman.

A nivel local, los recientes cambios en el aparato de inteligencia de Argentina integrados en la contienda electoral ya iniciada, que delineará todo el 2015 culminando en una nueva elección presidencial a fin de año, configuran un contexto propicio para operaciones conspirativas de estas características. Hay mucho poder en juego.

El debate que se fue configurando a escala nacional, en todos los medios de comunicación, dejó en claro que uno de los objetivos parece haber sido, trabajando sobre el sentido común, a nivel de sociedad, instalar desde lo simbólico, a escala colectiva, la asociación Irán-terrorismo, gobierno-corrupción, operaciones internas-gobierno; alimentando a su vez la estigmatización de dirigentes políticos como Fernando Esteche y Luis Delía.

Algunas figuras políticas locales, en su intervención sobre el tema, aportan a su vez elementos que pueden servir para entender la disputa de fondo y las formas de confrontación. Sergio Massa, candidato a la presidencia, ex Jefe de Gabinete de Cristina Ferández, también indicado como asiduo visitante a la Embajada de Estados Unidos en los cables de Wikileaks, declaró que "el gobierno eligió abrazar a los violentos del mundo" en referencia a la República Islámica de Irán.  Mientras tanto Massa, en su campaña presidencial, dejó en claro que un objetivo central luego de una posible victoria sería que Argentina reestablezca relaciones prioritaras, estratégicas, con Estados Unidos, Inglaterra e Israel, hoy quizás, los mayores estados terroristas a escala planetaria.

El contexto internacional, teñido por el ataque al semanario satírico Charlie Hebdo en Francia no puede ser un dato menor. La denuncia viene a alimentar por un lado la escalada de islamofobia y la persecución sobre aquellos sectores políticos que cuestionan las líneas de las matrices de la política internacional e insinúan una apertura o construcción de relaciones político-económicas y culturales con países fuera de la órbita imperialista. El marco internacional es la caída del precio del petróleo y el inicio, quizás, de una nueva profundización de la injerencia en Medio Oriente.

La denuncia de Nisman, que parece pretender desviar la atención en el caso AMIA respecto a los autores del ataque, puso de relieve muchos elementos del sistema político en Argentina. Marca quizás el tono de lo que será un año electoral, con el propio cargo de presidente en juego, donde Cristina Fernández de Kirchner no puede postularse al cargo y el partido de gobierno no tiene por el momento candidato sucesor definido. Por su parte, la oposición política sigue fragmentada, con la puja en la construcción del candidato propio, teñida fuertemente por la injerencia imperial y las influencias neoliberales, aunque con la certeza de que deberán sostener importantes políticas de estado y orientaciones políticas generales a riesgo de desatar mayores niveles de conflictividad social. Mientras tanto, otras fracciones de la dirigencia política local, incluso de extracciones progresistas, con sus declaraciones avalando la denuncia de Nisman, hasta el momento, han demostrado en la actual coyuntura un fuerte temor o incapacidad por enfrentar las operaciones de inteligencia y los intereses imperiales injerencistas en nuestro país.

Este operación de alto impacto no puede ser entendida aislada de los procesos de desestabilización que se dieron en nuestra región al estilo Honduras y Paraguay, donde el Poder Judicial sirvió de vector clave en la destitución de Zelaya y Lugo, inaugurando una nueva forma de golpismo. ¿Puede concretarse un golpe de esas características así en nuestro país? Creemos que no. Sin embargo, estas operaciones pueden golpear, e incluso provocar graves heridas.

Heridas por el desgaste del gobierno, heridas por el descrédito que puede implicar la falta de respuesta de la dirigencia política que ya se ha notado (quizá porque el eje de sus decisiones consiste en enfrentar al oficialismo), heridas porque puede significar un nuevo proceso de persecución política contra dirigentes como Delía que ya han afrontado algo así, o Fernando Esteche, quien ha estado en prisión como preso político durante todo el año 2014, condenado por un hecho del que hasta los propios jueves saben que no participó.

Más allá de que prime la idea de que esto se trata de un burdo montaje (tal como parece indicarlo la forma en que es entendido por la mayoría de la población argentina), la denuncia se ha trastocado en virtuosa operación política catalizada por los medios de comuniación, y dada la realidad del sistema judicial en Argentina (su corrupción, su precio, su racismo y su lugar preferencial y blindado en el sistema de poder en general) puede avanzar y cobrarse víctimas políticas.

Los contrapesos posibles serán el rol y la dignidad de la dirigencia política en general, y la dirigencia de vocación popular -por el momento acallada, tímida, temerosa o incluso funcional-; el entendimiento que se logre desde el pueblo, vale decir, la efectividad de la maniobra de instalación; y finalmente, la movilización política de los sectores populares.

@facundoesco

*Facundo Escobar es Antropólogo, docente en la cátedra Relaciones Internacionales y Comunicación (II) de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social – UNLP, parte del equipo PIA e integrante de la Dirección Nacional del MPR Quebracho de Argentina.

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